Capítulo 32 | Sin ti no queda nada

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—¡Es idiota!— grité mientras caminaba por los pasillos del instituto, acompañada de Eli y Rebeca, nos dirigíamos al segundo edificio, a clase de Latín.

—Un poco, pero iba drogado, Sara...— trataba de defenderle Eli.

—Eso no es excusa, es un miserable y un imbécil. En realidad la culpa es mía, por ilusionarme con que podría llegar a ser diferente, es un cabrón de mierda.

Las chicas guardaban silencio, aunque a veces hacían algún aporte, en su mayoría de veces trataban de calmarme, pero no podía hacerlo, no después de lo de anoche. Ni siquiera quería venir a clase, prefería quedarme en casa, de esa forma al verle no me entrarían ganas de matarle. ¿Cómo pudo ser tan estúpido? ¿A quién diablos se le ocurre emborracharse y fumar antes de un evento importante? Claro, igual para él no era tan importante, solo hacíamos un mes juntos, un puto mes aguantando sus mierdas, una tras otra. Tan solo le pedía que llegase a cenar y a pasar una noche agradable, fin, tampoco era tan difícil.

—¡Es idiota!— repetí caminando algo más deprisa, lo que me faltaba era llegar tarde y que me pusieran otro retraso en el parte.

                                                              [...]

Apenas le estaba prestando atención a la clase, creo que en breve me quedaría dormida, Eli, que estaba sentada a mi lado, tenía que despertame dándome sútiles codazos en el brazo.

¿Quién no se dormiría aquí? El decorado de esta clase es tan rústico... Pupitres de madera unidos a un banco, de madera también, en el cual nosotros nos sentábamos. Un amplio techo que finalizaba en forma de cúpula y se encontraba decorado con mezclas de colores grises y negros. También tenía la típica pizarra verde, en la que se escribía con tizas, y al fondo de ella y de la mesa del profesor, una pequeña pero espaciosa biblioteca. Esta clase era la más grande de todo el instituto, si no me equivoco, lo cual veo como un desperdicio de espacio, ya que casi todos se fugan de esta hora.

—¿Y no vas a hablar con él?— Preguntó Eli, despejándome de mi estado de sueño.

—No.

—¿Nunca?

Suspiré y alcé la vista, tratando de encontrar una respuesta válida, pero por más que pensase no la iba a encontrar, al menos no en este momento.

—No lo sé— respondí finalmente.

—Eso es un sí— añadió ella con una sonrisa traviesa.

Sinceramente, no lo sabía. Tal vez sí hable con él, pero no ahora. 

Todos opinan que estoy exagerando al enfadarme tanto, y quién sabe, tal vez sea así, pero realmente la actitud de Liam fue decepcionante. Creía que sería algo más maduro, pero veo que es mejor dejar de hacer suposiciones y aceptar la realidad.

—No es un sí, bueno, no lo sé. Agh, si él viene a hablar pues le escucharé, dejémoslo así— fue mi testimonio final.

—Tú haz lo que quieras— dijo Eli, y me hizo gracia viniendo de ella, ya que tiene la mala costumbre de coaccionar y manipular las opiniones de los demás.

Alcé una ceja y dirigí mi vista a mi cuaderno, fue entonces cuando terminó la hora de clase. Bien, otra hora en la que no me entero de nada, podemos añadirla a la lista.

Recogí mis cosas y salí de la clase, detrás de mí estaban Eli y Niall deborándose el uno al otro, sin importarles las miradas indiscretas de los demás, vaya.

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