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Capítulo 15 | Noche de bares, parte 1

NOTA DE AUTORA: ¡Buenas a todas! Quería aprovechar y daros absolutamente todo mi agradecimiento por el aumento de lecturas, vuestros comentarios y votos. De verdad que me anima muchísimo a continuar escribiendo y seguir la historia. Muchas gracias a todas. Ahora, os dejo con el capítulo 15, el cual espero que disfrutéis. Recordad que si tenéis alguna objeción que hacerme la leeré encantada. Las críticas, mientras sean constructivas, ayudan al escritor a mejorar su historia. ¡Nos leemos!

Vestidos por doquier, tops, camisas, pantalones, leggins y demás prendas de ropa repartidas de manera desordenada por toda la habitación. Las chicas tenían algo de indecisión a la hora de vestirse, yo ya había escogido lo que me iba a poner: un vestido negro bastante corto, ya que éste terminaba poco más abajo de mis muslos, con transparencias en la espalda y en el amplio escote que poseía. Me encontraba terminando de maquillarme, tal vez me haya pasado con la raya del ojo, pero me parece que queda bien. Doy unos últimos retoques a mi pelo con la plancha y lista.

Me dirijo a la habitación y las chicas al fin encontraron algo que ponerse; Elizabeth una blusa blanca con una falda de tiro alto negra, mientras que  Rebeca se puso un vestido azul marino bastante ceñido, ya que este se le pegaba tanto al cuerpo que parecía formar parte de su piel.

—Una pregunta, ¿no estáis algo preocupadas?— Dijo Elizabeth comenzando a plancharse el pelo.

—¿Por qué deberíamos estarlo?— Dijo Rebeca.

—¿De las que estamos aquí quién tiene más de 18 años?— Preguntó Eli irónicamente.

Rebeca y yo guardamos silencio.

—Niall dijo que no había por qué preocuparse— añadí observándome en el espejo, me miré más de cerca y luego expandí un poco más el pintalabios por mi boca.

—Es que Niall es mayor de edad, a ver, tiene 20 años...— dijo Rebeca añadiendo al final una pequeña risa.

Si desde ya empezábamos con preocupaciones y malos rollos se me quitaban absolutamente todas las ganas de salir. Vale, tienen razón, tenemos 17 años y podríamos acabar en comisaría, pero yo era partidaria de pensar en que me iba a divertir y punto.

De pronto, se me ocurrió una genial idea, que tal vez a Rebeca no le haga mucha gracia, pero era lo mejor.

—Voy a decirle a los chicos que vengan— musité sacando mi móvil del bolso negro con brillantes que iba a llevar.

—¡¿Qué chicos?!— Chilló Rebeca.

—A los amigos de Niall; Zayn, Harry, Louis... Liam— respondí enviándoles un mensaje a cada uno, invitándolos a venir.

Me parecía buena idea, ya que así estarían todos juntos, y eso era lo que Liam quería.

—Mi pregunta es... ¡¿para qué?!— Volvió a gritar, esta vez casi me deja sorda.

Puse los ojos en blanco.

—Escucha, todos son mayores de edad, si nos piden el carnet ellos se pondrán delante de nosotras y se lo darán, verán que son mayores y nos dejarán pasar, ¿o te crees que se van a parar a mirar las edades de todos? Además, somos tías, tenemos... nuestros atributos, por Dios, ¡mira cómo estamos vestidas! Nadie nos echaría menos de 19 ni de coña— dije.

Rebeca respiró profundamente y asintió, miró a la pantalla de su BlackBerry y nos indicó la hora; 22:20. Los bares abrían a las 11 de la noche, mejor era ir saliendo ya para aprovechar la noche lo máximo posible.