Capítulo 34 | Trece

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Sara

—Vamos, Rebe, cógemelo— susurraba a la par que me mordía las uñas con desesperación, llevaba varias horas intentando hablar con ella, pero no quería saber nada de mí, por lo visto. Es cierto que no me puse en su lugar en ningún momento, pero ella no quiere aceptar que Liam no es el mismo de antes, me lo ha demostrado. Dios, no sé qué hacer, ni qué creer, ni qué pensar, estoy tan confundida y ni siquiera sé si debo estarlo. 

Para qué mentir, estoy jodida, realmente jodida. ¿Por qué cuándo todo está bien algo malo ocurre? Siempre que arreglo un problema, otro aparece, y así sucesiva y eventualmente.

Debería hablar con Liam, y que él me explique lo ocurrido, así habré escuchado ambas versiones y podré hablar con Rebeca en clase, porque de otra forma...

Marqué el número de Liam en la pantalla con algo de miedo, tal vez lo que él me cuente sea diferente a lo que he escuchado, y quien sabe, igual es peor.

—Oye, ¿podemos vernos hoy? Tenemos que hablar de una cosa— dije nada más Liam coger la llamada, él comenzó a reír descontroladamente y mandaba a alguien a callar, ¿qué le pasaba? Fruncí el ceño hacia la pantalla de mi iPhone y lo volví a posicionar en mi oreja.

—Eh, vale, sí, en un rato, yo te aviso.

—¿Dónde estás?

—En casa de Zayn— Dijo él, y continuaba riéndose. Estos dos estaban drogados, fijo.

Suspiré tratando de soportar su faceta de emporrado y volví a prestar atención a la llamada.

—Oye, tengo una idea, te parece si luego quedamos en mi casa, ¿en una media hora?— Me propuso.

—Vale— dije sin apenas mostrar entusiasmo.

Colgué y abrí mi armario, sacando de él un crop top de un color amarillo bastante notable con un bordado triangular precioso, luego saqué dos shorts; uno verde oscuro bastante holgado, y uno azul vaquero, de tiro alto y excesivamente corto, ya que este dejaba parte de mis nalgas al descubierto. Cogí este último, reconozco que hay momentos en los que me gusta enseñar más de la cuenta, pero mejor hacerlo ahora que arrepentirme en un futuro en el que no pueda enseñar nada.

Cogí unas sandalias bajas y una vez que estaba ya vestida fui al baño a maquillarme y a peinarme.

Liam

—Va, tío, vamos a mi casa, que Sara quiere verme— dije levantándome como podía, haciendo varios traspiés y tropezando con todo el mobiliario del cuarto de Zayn, quien no supo hacer otra cosa que reírse sin parar y caer desplomado, no era para menos, nos habíamos hecho ya tres pipas de marihuanna y cualquier mínimo movimiento nos parecía lo más divertido e ingenioso del mundo.

—Te lo dije, te tiene controlado.

—Lo que tú digas, pero levántate.

—¿Y yo para qué quiero ir?— Preguntó incorporándose en su cama.

—Cuando se vaya podemos seguir con la fiesta, ¿no?

—No sé, no sé, tal vez deberíamos estudiar algo...

Reí al escucharle y le eché una mirada bastante irónica.

—Pues nada, iré solo a mi casa— resoplé y salí de la habitación, buscando la salida.

Nothing → l.pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora