Capitulo 19: Ninfa

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Era la madre de todos los desastres cuando los Lobos llegaron a aquella casa. Dezz estaba bastante pálida y miraba a Gerard que directamente no tenía color, Will se veía bastante desconcertado y Max no tenía expresión legible. Driel estaba en un rincón bastante malhumorada, reparó en ella por más tiempo, pero cuando ésta le devolvió la mirada cargada de odio y repugnancia la apartó al instante.

Siguió y observó a dos Brujos gemelos que nunca había visto antes, y eran los únicos de la habitación que no parecían en nada afectados, además de ellos estaban los dos Vampiros, un cambia-forma y una mujer Lobo. Incluso Magnolia se veía terrible por vaya a saber uno qué.

No tuvo que hacer una cuenta matemática, allí además de Adam y Alice, faltaba Michael.

Aidan ingresó con el caído aún inconciente, la muchacha tenía una expresión de sentirse como la mismísima mierda aún estando profundamente dormida.

Ni siquiera preguntó que sucedió, el ambiente bien se lo podía decir. Apareció Argos desde la sombras y Matt sintió que se le enfriaba todo el cuerpo con sólo verlo. Se conocían, no podía decir que no.

― Está más tranquilo ―repuso.

Matt sacó la conclusión solo.

― ¿Cómo?

― Lo dormí... ―contestó incomodo.

― ¿Cómo? ―inquirió nuevamente Gerard.

― Si quieres escuchar que lo dormí con un golpe, bien, fue lo que hice.

El Vampiro le gruñó y le mostró absolutamente todos sus dientes, el Lobo se apresuró a tomarlo antes que Dezz lo hiciera, sabía que ella lo haría y no era bueno en un estado tan débil, aunque lo último no lo diría en voz alta no si no quería recibir un buen golpe de manos de Dezz.

― Querías que alguien lo calmara, no podía hacer otra cosa, no es como si acarreara conmigo un calmante por si un Ángel Oscuro se descontrola.

Las acotaciones del bastardo no bastaban para hacer que el Vampiro se calmase, Matt lo sostuvo con más fuerza y fue medianamente conciente de que Dezz se había acercado, puso una de sus manos en su hombro y lo apretó un poco, al momento el Vampiro se calmó. Aunque eso no dejaba de lado la furia que traía encima.

― Aidan ―gruñó Matt.

Su compañero se acercó con su protegida en brazos y el Profeta se acercó a ellos.

― ¿Quién es? ―preguntó Max.

― Mi compañero, un Lobo. Fue el que vio a la legión de Demonio, y tiene al menos una idea de qué esperar de ellos...

Podría estar mal, pero el Profeta no había preguntado por Aidan. Se notó incomodo y se apartó del grupo.

― Es tiempo de diseñar una estrategia, porque se están movilizando, emprendiendo el camino hasta aquí, y por lo que tengo entendido, una gran conglomeración de Ángeles bajará para devolverlos al inframundo.

Dezz sintió a lo que Aidan dijo y miró a Gerard, quien parecía no prestarles demasiada atención.

― Bien, diseñaremos un plan luego. Nick y Quentin no trajeron exactamente buenas noticias.

Supo que se trataba de los Brujos, ya que eran quieres le faltaban ser presentados.

― ¿Y qué demonios sucedió ahora?

― Por supuesto nada bueno ―repuso Dezz con sorna.

***

Alastor se sentía bastante mejor desde la última vez con Azael. Su cuerpo respondía correctamente a todo lo que él le pedía, y aquello era la gloría. Se fue entrada la madrugada para no toparse con nadie, dar explicaciones en verdad lo enervaba más que cualquier otra cosa.

Saga Ángel Oscuro II. La Dama de BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora