Capítulo 13. Cambio

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MÍA

Camino por los pasillos de la Universidad, casi son las ocho de la noche cuando acaba la clase. Quiero que esto termine ahora mismo, estoy tan cansada. Bostezo mientras saco mi barra de granola y la como despacio.

Mis piernas se sienten cansadas, estoy ayudando a mi madre en la empresa y debo decir que es agotador y cansado.

—¡Ay! —chillo asustada, unos brazos cruzan por mi cintura. Alejándome con prisa miro el rostro de Maximiliano—. ¿Pero qué haces?

—Solo saludo.

—No de esa manera.

—Mía, ¿no lo entiendes? Yo te quiero.

—¿Por qué eres así? ¿Qué es lo que te sucede? Tengo un novio, Maximiliano y no... — No puedo seguir, sus besos devoran mí boca, jadeo en medio de ella. Es que lo deseo también, no puedo mentir cuando lo quiero.

<<Soy una mala persona>> Debo decírselo, ahora mismo. Adrián no merece eso.

—Max... basta Max — chillo jadeante, su boca sigue pegada a la mía, es increíble.

—Mía, entiende. Esto. —Nos señala—, es increíble. Eres Mía, te quiero a mi lado siempre.

—No... no...

—Mía. —Sostiene mis mejillas—. Te quiero conmigo, tú sientes lo mismo. Lo noto. Lo sé.

Mis manos se dirigen a su pecho.

—Tengo miedo. Tú... ¿y si me equivoco?

—Mía, tú estarás a mi lado. Siempre.

—Adrián...

—¿Lo amas, Mía?

—Yo...

Me mira. Sus ojos examinan cada parte de mí.

—Ves, Mía. Mira como tú piel se pone cuando te veo... tu cuerpo me reconoce, sabe a quién pertenece —susurra. Su boca devora la mía de nuevo y lo dejo sin importarme nada.

******

Adrián examina mis movimientos.

—¿Qué sucede, cariño?

Mis manos tiemblan, su oficina es enorme ahora mismo, no dejo de ver la cuidad desde el piso número treinta.

—Necesito hablar contigo.

—Mía estoy a unas horas de una importante reunión.

—Adrián.

—Cariño, llegaré a tu departamento. Prometo...

Miro el anillo, luego me lo quito.

—Lo lamento, Adrián, no puedo seguir con esto.

Su mirada cambia, despacio se levanta del lugar en el que estaba. Cruzo mis brazos, pero mis dedos le entregan el anillo.

—Hemos terminado aquí mismo.

—Mía, cariño, ya lo hablamos.

—No puedo. Lo lamento.

—Mía, son años de relación. ¿Me dejarás así?

—Yo... ya no te amo. Lo lamento.

—Mía —dice el admirado.

—No quiero esto. Hablaré con mis padres más adelante, no creo y se lo tomen tan bien. <<Excepto papá>>

—No puedes hacerme esto, Mía. Eres la mujer de mi vida, mis padre te aman, mis familia. Yo te amo más que a nada.

—Adrián, cuando entiendas que el trabajo no es todo, espero no sea tarde.

—Mía...

—No sigas, por favor. Ya es demasiado para mí.

Mis lágrimas están por salir, tampoco puedes negar el amor que le tienes a alguien. Beso su mejilla y corro hacia la puerta, puedo sentir sus gritos a mi lado, pero decido correr hacia mi coche. Mis manos tiemblan, no puedo creer que esto haya pasado. ¿De verdad lo hice?

Mi celular suena, despacio lo contesto, es Maximiliano.

—Buenos días a la mujer más hermosa del planeta.

—Buen día, Maximiliano.

—¿Estás disponible para desayunar conmigo?

—Yo...

—Vamos, por favor. Nada mejor que ver tu rostro para empezar el día. - Ya lo había hecho antes de salir de casa, pero quería verlo.

—Bueno, está bien.

ALEXIA

—¿Papá, es en serio? Es hermosa. Me encanta.

—Bueno, eso hará que regreses rápido a casa.

—Eres increíble —bromeo. Me lanzo a sus brazos y la gira a mí alrededor. Mamá sale por la puerta y sonríe al vernos. Su pequeño vientre es apenas notable, pero su ropa apretada solo resalta aún más a nuestro nuevo integrante.

Papá enseguida la mira, la atrae a nosotros y nos abraza a las dos. El calor hogareño me invade; amo mucho a mi familia.

—¿Te gusta tu regalo, hija?

—Es hermoso. Gracias, mamá.

Bajo mis manos a su vientre, ella ríe.

—Pensé y no volvería a tener un bebé, tú te iras y alguien podrá hacerme compañía.

—Mamá, nunca me alejaré de ustedes.

—¿Lo prometes?

—Siempre, mamá.

La beso y abrazo.

—Tú madre expondrá sus obras la semana que viene.

—¿Mamá es verdad?

—Damon, no es un gran evento.

—Es importante, Bella. Mi mujer es la mejor en esto.

—Mamá es la verdad. ¿Por qué no nos has dicho nada?

>>Se lo diré a Lucas y al tío Will, todos estaremos ahí.

Enseguida agarro mi celular y camino a contarles las noticias, puedo escuchar la risa de mi madre y no puedo ser más feliz cuando los veo reír.

******

Dejo mis libros dentro de los canceles, empiezo a agarrar mi mochila cuando siento un golpe en mi espalda.

—Becada.

¿Qué le pasa a ese sujeto? ¿Por qué me dice así?

Trato de evitar su mirada y agarro mi mochila del piso, justo en ese momento algo se impacta contra mis glúteos. Me levanto furiosa y lo veo reír con su grupo de amigos, ni siquiera lo conozco mucho, apenas y lo he visto en unas clases.

Antes de pensarlo, doy la vuelta a su cuerpo y estampo mi puño en él. El silencio reina y él se levanta sangrando del piso.

—¡Maldita, becada! ¡No eres nada aquí!

Sus dientes crujen, levanto mi pierna con fuerza y se estampa contra los casilleros. Uno de sus amigos agarra mi brazo.

Pierdo el control.

Mi cabeza se estampa con la suya, algunos gritos se escuchan.

—¡Hey! ¡Calma! Soy yo... Shhh.

Aiden me sostiene, mi cuerpo entero respira con rabia.

—¿Peleando de nuevo, princesa?

<<Esa voz>>

Me paralizo cuando mi papá me observa en el centro de todo. Los chicos miran admirados al hombre que yace ahí, muchos susurran y el afloje en mis brazos disminuye.

TRES HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora