Capítulo 12. Ellas

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ALEXIA

Aiden besa mi rostro tantas veces que me es inevitable no reír. Sus labios sellan los míos y no puedo dejar de hacerlo, amo besarlo, es increíble cuando hace eso.

Vamos, no sé cómo empezó, pero me agrada. Me agrada tenerlo a mí lado, es que sus besos robados han dado en cada entraña de mí pecho. Ahora los dos parecemos unos niños que solo quiere probar de nuestros labios.

—Hola, becada.

—Me gusta está forma de saludar.

—No es mi culpa. Adoro esa boca sabor a mora.

—Eres un molestoso.

Su boca besa de nuevo la mía, sus manos agarran mi cintura y me apega mucho más a su pecho.

—Está noche quiero llevarte a un lugar.

—No creo y pueda.

—¿Qué cosa?

—Mi papá no me deja. Reglas de casa.

—¿Reglas de casa? ¿Vives en un claustro?

—No, pero a mi papá no le agrada la idea de verme salir en las noches. Además Lucas me recoge de la Universidad, papá es muy... protector.

—Eso suena como mi padre con las gemelas y Mia.

—Bueno, supongo.

—¿Quién es ese Lucas?

—Mi hermano. Quien ya viene, por cierto. Nos vemos mañana.

Bajo las escaleras luego de darle un beso, el carro de mi hermano está a unas cuadras del lugar corro hacia él y saludo a mi pequeño sobrino.

—¿Disculpen?

Giro del golpe al verlo ahí. ¿Qué hace aquí?

>>Soy un amigo de Alexia, me preguntaba si la puedo llevar a comer.

—¿A comer? – dice Lucas y ríe. Bajo mis ojos al suelo y juego con mis manos.

>>La quiero antes de las seis en mi oficina.

Abro los ojos, Lucas me empuja y lo abrazo.

—¡Muchas Gracias!

—Me está costando, pequeña, pero ya es hora.

Aiden se despide de mi hermano y yo no dejo de reír.

—No puedo creer que lo convencieras.

—Bueno, soy muy persuasivo.

—Lo sé – río.

******

—¡Me fascina este lugar!

—Lo sé, es uno de mis favoritos.

Cada cosa me encanta, bueno admito que me gusta ir a los bolos, pero este lugar es más que genial. Tiene mesas redondas acolchadas con increíbles asientos en forma de pompones.

La comida es asombrosa, ahora mismo saboreo un milkshake de fresa con algodón de azúcar y una barra de helado sabor chocolate. Mucha azúcar, pero es delicioso. Aiden por su parte come una hamburguesa y una torre de papas, estiro mi mano y agarro unas pocas para mí.

—Por cada papa que comas me debes un beso.

—Bueno, es ese caso no comeré ninguna. – Río tiernamente y él me roba otro beso.

—Vamos, quiero que me ganes en los bolos, becada.

—Bueno, creo que no podré, no soy muy buena.

—Los bolos son el deporte de todos.

—No el mío, y ¿esto es un deporte?

—Lo es, creo.

Río mientras sigo bebiendo. Esta es otra faceta de Aiden y me gusta. Me agrada mucho.

AVRIL

—Muy ancha, esa es la palabra.

Trago en seco y mis nervios continúan. ¿Qué es lo que les pasa? ¿Por qué deben ser malas? No creo y me cuerpo esté en mal estado. Yo estoy de acorde a lo adecuado según mi médico.

No dejes que te hagan sentir mal, Avril – me repito tantas veces puedo.

Camino despacio a la sala, mi nombre es llamado y salgo caminando, me detengo al ver un pequeño cartel en el centro, un ramo de flores y algunos globos de helio.

Eres increíble

Entonces empiezo, empiezo y no paro. Mis pies se mueven, mi alma igual, todo de mí se pierde en los versos de aquella canción.

Abro los ojos y lo primero que veo es a Adam de pie.

Los profesores me miran y salgo despacio. Adam me espera fuera del camerino, recibo sus flores y sé que aunque no sea la elegida, sé que para alguien fui la mejor... y eso es suficiente.

—————

Dos capítulos, lindas. Lamento la demora, no me olvidó de este libro, solo que estaba concluyendo otra de mis sagas. Ahora está pendiente acabar este. Es un libro pequeño, pero haré lo más rápido por terminarlo.

Besos.

TRES HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora