Capítulo 27. Viaje

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MIA

Sobo mis manos mientras papá mete las maletas a mi cuarto. El me mira muy feliz de que haya aceptado venir con él a este viaje. Insistió tanto que nadie le pudo decir que no, incluso mis hermanos.

—Me alegra saber que estés aquí.

Abrazo a papá con fuerza. La cobardía no me permite hablar, pero quiero decirle que en verdad lo necesito en esta situación.

>>Vamos a que comas algo. Es decir, todos en familia. Como en los viejos tiempos.

—No estás viejo, papá —menciono abrazándolo. Sus besos llenas mi rostro mientras me hace reír un poco, bajamos las escaleras y todos yacen reunidos en la mesa.

Ema y Alessandro.

Avril.

Amelia y Damon.

Alexia.

Mis padres, mis hermanos y las gemelas que ven una película en la tv.

—Te estamos esperando —habla Aiden con la boca llena. No puedo evitar reír, el padre de Alexia le da una mirada matándolo. No sé qué sucede pero parece ser que mi hermano ha caído.

Despacio agarro un elote y algo de carne con ensalada. Los demás conversan sobre boxeo, arte, moda y muchas cosas más. Alexia y Aiden no dejan de darse miradas extrañas, pero se quedan fríos cuando su padre los pilla. Sonriendo como un poco pero todo me revuelve, dejo la comida y papá empieza con su interrogatorio.

—Solo que con el viaje todo parece revolverme. Ya ves que siempre estoy enfermiza.

Mamá me da un poco de agua y los demás charlamos un poco, los chicos por la universidad, solo los escucho y hago como que me interesa, cuando la verdad es que solo quiero preguntar por Maximiliano.

—Yo quiero ir y caminar un poco. Existe una pequeña cabaña por el lago —exclama Alexia.

—Tu mamá no puede caminar mucho.

—Damon ellos pueden ir. Son chicos que quieren ir y explorar el mundo.

—Bella...

Amelia posa su mano en su rostro y el despacio empieza a seder.

—Vayan todos los chicos. Nosotras tomaremos un té —interviene Ema.

Los chicos enseguida se levantan felices para alistar las cosas. Mis hermanos me bajan una chompa más abrigada, me la coloso encima de que llevaba y salimos por el lugar. Avril va a mi lado y aunque un poco callada y tímida empieza a contarme sobre sus clases.

Alexia es la que nos guía en todo momento, debo admitir que es una experta en las excursiones de montaña. Caminamos por un largo momento mientras los chicos conversan sobre muchos temas en particular.

Adam se acerca a mí y me abraza.

—¿Todo bien?

—Sí, estoy un poco cansada.

—Luces un poco enferma.

—He tenido unas semanas muy estresantes.

—Lo entiendo. ¿Todo bien con Max? Papá debe...

—¡Llegamos! —chilla la pelirroja.

Observo el hermoso lugar, una pequeña cabaña de dos pisos, es un decorado en madera, una cabaña un tanto pequeña pero con una vegetación a su alrededor que la hace ver increíble.

—¡La amo! ¡La amo!

Mi hermano agarra mi mano mientras me ayuda a correr, algo en mí se detiene cuando siento como alguien me observa. Mis hermanos me ayudan a pasar por una pequeña piedra de obstáculo.

TRES HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora