Capítulo 16. Juntos

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AVRIL

Pensar sobre lo que tendré que hacer solo me produce un gran revuelo en mi estómago, esta noche mis padres, hermano y amigo han venido a verme y los nervios suben a mil por eso.

Respiro mientras las mariposas y el vacío en el estómago me dan a entender que puede que esté sufriendo un ataque de pánico.

Me miro en el espejo, cada una de mis expresiones se nota; nervios y más nervios. Respiro tres veces cuando escucho el primer llamado, entonces la puerta de mi camerino se abre y Adam ingresa con un ramo de flores.

—Adam, ¿Qué haces aquí? Te pueden hablar.

El sonríe mientras deja las flores blancas en la mesa, lo abrazo mientras los nervios empiezan a traicionarme.

—Sabía que debía venir. Estás muy nerviosa y es comprensible, pero confío en ti y en tu talento.

>>Ve y demuéstrales de lo que eres capaz.

—Es que estos nervios no quieren irse.

Adam agarra mis manos y me hacer verlo.

—Piensa en algo. Otra cosa.

—No lo sé.

—Mira, si bailas con el corazón que sé y lo harás, te prometo llevarte al lugar que tú quieras.

—Pero yo siempre he querido ir a Las Vegas, me refiero a un casino y todo lo demás, más ahora que soy mayor de dad.

—Bien, Las Vegas será.

—¿Qué...? ¡Estás loco!

—No lo estoy. Es mejor que bailes bien, Avril. Siempre anhelé volver a esa hermosa ciudad.

<<Segundo llamado>>

>>Ya debes ir. Están por empezar. Estaré viéndote.

Adam besa mi mejilla y sale de ahí, por alguna razón su estrategia funciona un poco. Despacio salgo a ponerme en posición, todos parecen locos. Me ubico en mi lugar y todo empieza, aún con miedo hago lo que más me gusta: bailar.

Mis piernas se mueven y entonces es como una alegría que recorre mis venas. Emocionada sigo cada uno de los parámetros y técnicas aprendidas.

Finalmente cuando todo termina los aplausos resuenan y mis ojos divisan a mi familia, papá me mira orgulloso y mamá no puede estar más feliz, desvío mis ojos a una fila de asientos más adelante. Adam me mira como nunca antes y no puedo evitar sonreír.

Todo parece un rebullicio, pero mi familia logra subir para felicitarme, salgo corriendo a mi camerino y me cambio de ropa, salgo hacia los parqueaderos y me sorprendo al ver a mis padres, Max, Mía, los gemelos y Alexia.

—Yo no sabía esto Mía.

—Hablaremos luego —dice la castaña a sus hermanos, Max sostiene su mano y yo no puedo evitar agrandar mis ojos.

Corro a los brazos de mi madre y dejo que sus caricias me relajen.

—Lo hiciste muy bien.

—Eres mi mayor orgullo, Avril —sigue papa.

—¡Hey! —se queja Max y reímos.

—Bueno, ¿Dónde quieres ir? Eres la invitada.

—Bueno, papá, llevo una semana entera comiendo vegetales. Solo quiero una hamburguesa.

Mis amigos ríen, Alexia me da un abrazo y menciona—: Lamento no poder ir contigo, pero debo ir al Salón de actos de la cuidad.

—¿Vas a la exposición de Amelia Hamilton? —pregunta mi madre entusiasta, supongo y es la autora de cada cuadro que hay en mi casa. Papá prometió ir con ella, pero por lo que veo no han ido aún.

TRES HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora