Capítulo 15. Especial

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MAXIMILIANO

Sentir las manos de Mía recorrer mi abdomen hace que por un momento mi mundo se detenga. Ella es hermosa, definitivamente una mujer en la que veo un futuro. Sé que será con ella en toda mi vida, pero primero me comeré en mundo con Mía. La amaré únicamente a ella y estoy seguro después de haber disfrutado algunos años a su lado, legalmente la haré mía.

Mi boca desciende a su cuello, su olor tan dulce me embriaga, pero es lo más perfecto que puedo tener. Mi lengua recorre cada una de sus terminaciones nerviosas, porque la conozco y sé perfectamente en que partes debe ser tocada.

Sus jadeos me alertan, levanto su vestido despacio, enseguida sus brazos me ayudan con la prenda. Un conjunto en encaje es el que puedo ver, mi boca se hace agua al ver el perfecto cuerpo.

—Mía,... — jadeo con desesperación. Las manos de ella recorren los botones de mi camisa, me los quita despacio y desprende la prenda. Puedo sentir su miedo, pero la beso para decirle que estoy con ella.

Despacio recargo su cuerpo en el suave colchón, mis brazos empiezan a abrirse para caminar como un animal hacia ella. Beso su abdomen mientras pequeños gemidos salen de ella, veo sus pechos y la miro, cuando me da una aprobación, desabrocho la prenda de su cuerpo. El fino material sale y miro sus pezones rectos. Mi boca devora los picos rosados, ella suspira y no dejo de hacerlo hasta tener su espalda arqueada.

—Por favor...

Mis besos bajan por sus piernas, hasta sus muslos, retiro la prenda de su entrepierna, su olor embriagante llega a mí. Una vez su prenda está fuera, me levanto despacio y quito mis prendas restantes.

Mía abre las piernas y mis ojos se achinan. La deseo tanto. Mis dedos recorren la abertura de su vagina; muy mojada. Sintiéndome extremadamente bien, saco mi dedo despacio y beso su boca cayendo en ella, sin aplastarla.

—Vas a ser mía, ¿estás lista? —Agarro un condón de mi velador y me lo coloco,

—Sí.

Sonrío mientras agarro sus manos sobre su cabeza. Empujo despacio y gruño al sentir las paredes de su coño extraerme con fuerza.

—Mía, joder... te sientes tan bien.

Sus ojos azules se conectan con los míos. Algunas gotas de sudor se han formado en su pecho.

Empujo un poco más y sé lo que es sentir el paraíso. Mis movimientos van en aumento, puedo sentir como todo de mí se ha tensado. Ella me mira y me pierdo; me tiene por completo.

—¡Max! —jadeo, levanto sus piernas en mis hombros, encuentro su punto G y su vagina se aprieta.

>>!Max...! No sé lo que haces pero me encanta.

—¡Te ves tan bonito toda sonrojada!

—¡Oh!

Bombeo mucho más fuerte, mis manos se sueltan y bajo hasta encontrar ese punto débil. Ella se retuerce entre las mantas y chilla cuando el placer nos nubla.

Su cuerpo será mi perdición, lo sé. Ella es perfecta, y lo adoro. Cada parte sonrojada hace que quiera poseerla mucho más fuerte.

Mía araña los músculos de mis brazos y su cabeza se sacuden, puedo sentir sus piernas temblando, bajo mi boca a uno de sus pezones y lo muerdo cuando el orgasmo llega.

—¡Oh! ¡Dios! Max...

Mía teniendo un orgasmo con mi pene enterrado en ella es lo más hermoso del mundo.

Empujo más fuerte y al verla aún tensa por las olas de placer, hace que explote dentro de ella. Caigo encima de ella sin aplastarla, beso su boca y ella abre esos increíbles ojos.

Beso su boca y despacio salgo de ella.

—Ha sido increíble.

—Tú haces que mi mundo se paralice, Mía. ¿Quieres ser mi novia?

Sus ojos quieren llorar.

—Oh, Max. Sí, claro que sí.

ALEXIA

—Aiden basta. Basta —chillo, sus labios siguen devorando mi cuello.

>>Aiden, me dejarás un...

—Adoro el olor de tu cuello.

Río mientras despacio se aleja de mí.

—Basta. Me haces reír. —Sus manos agarran mis mejillas.

—Deja de besarme... harás que mi labial se corra.

—Bueno, en ese caso tendré que quitártelo por completo... ya sabes, así nadie lo nota.

Lo detengo mientras él gruñe.

—En serio, Aiden. Hemos faltada a dos clases, ya es hora de ir.

—Eso me parece aburrido.

—Bueno. En ese caso, nos vamos más tarde. Debo ir.

Un pequeño gruñido sale de él. Roso sus labios y empiezo a bajar del balcón, sus pasos están detrás de mí minutos después. Salimos con disimulo por el lugar e ingresamos a la sala. Despacio me siento en la penúltima fila y trato de prestar atención a la clase.

AIDEN

—Hola gemelo malvado.

—Solo cállate Adam.

—Que humor.

Olvídalo.

Mis ojos divisan a la pequeña pelirroja sentada a unos puestos de mí. Casi gruño al ver quien quería sentarse a su lado, pero me calmo cuando una chica toma su lugar.

—Ya veo...

Miro a mi hermano medio enojado y muevo mi cabeza.

El ríe.

—No vuelvas a burlarte de mí.

—Si admitieras que Alexia te importa más de lo que parece todo sería diferente.

—Solo cállate, Adam. Solo cállate.

Mi hermano sigue burlándose de mí, no es sino hasta minutos después que habla.

—La otra semana es la presentación de la obra que...

—Déjame adivinar. Avril es la protagonista.

—Sí...

—Esa chica te tiene mal.

—Avril es una muy buena amiga.

—Ajá.

—Deja de molestar Aiden. Eres molesto a veces.

—Lo sé.

—Solo cállate. Abril invitará a Alexia, así que espero...

—Iré, ¿feliz?

—Solo era esa palabra, hermano. Ella te gusta así lo niegues.

—No...

¡Mierda! Esto no está bien.

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Aquí en tan esperado cap. Espero les haya gustado.

Un beso. 

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