Capítulo 7. Fiesta

2.3K 195 10
                                    



AVRIL

Es que no creo y sea conveniente —susurro mientras Adam sigue parado en la entrada de mi habitación.

—Avril, apenas sale. Vamos, no es tan mala mi idea.

—Si Max se entera...

—Tienes 18 años, no puede enojarse cuando eres libre y mayor de edad. Además es una lugar tranquilo, lo juro.

—Es que...

—Yo cuidaré de ti.

Asiento despacio y le pido unos minutos para arreglarme. Agarro un pantalón negro y body blanco, con cuello alto y abertura en mis clavículas. Enredo mi cabello en una alta coleta y apenas me coloco un poco de rímel y labial.

—Listo. Vamos.

Adam agarra mi mano y me lleva con él, llegamos al parqueadero, su auto es pequeño y nada excéntrico, en color gris.

Conduce al lugar, una casa muy linda, blanca total, con destellos plateados, un equipo de seguridad enorme y música muy encendida.

—Es una bonita casa.

—Mi hermano ya debe haber llegado.

—¿Tu hermano?

—Es un cabecilla, vengo para impedir que haga algo malo.

—Bueno...

—Vamos, Avril. Tratemos de disfrutar mientras Aiden no haga nada malo.

Camino por entre la gente, algunos saludan a Adam y me miran raro, casi puedo asegurar que mi cabeza solo pasa agachada. Tendría que decir que es mi primera vez en una fiesta universitaria... bueno, en una fiesta en general.

—No aceptes nada de lo que te den, Avril.

—De acuerdo.

Adam saluda con un chico, me imagino que es el dueño de la fiesta. Un rubio de ojos grises, su acompañante, un pelirrojo de ojos cafés.

—¿Quién es tu acompañante, Adam?

—Una amiga. Sin acercarse, Dan.

El solo levanta las manos y clava su mirada en mí.

—Es personal, pero siempre me han gustado las de primer semestre.

—Fuera de límites. No se mira ni se toca. —Dan ríe y me mira descaradamente.

—Pueden pasar a mi sala exclusiva.

—Gracias Tom.

Entramos a una especia de terraza con juegos de azar y billar. Solo nosotros estamos usando este lugar.

—¿Quieres algo de beber?

—Agua con gas o una soda de dieta.

Adam camina a la distribuidora de bebidas y trae lo pedido.

—Es un gusto tenerte aquí, lástima que tu hermano no es como tú.

>>Un segundo. Ya regreso.

Tom sale corriendo y minutos después regresa con la chica de cabello rojo que conocí el primer día aquí. Ella luce hermosa con un conjunto nada atrevidos, un top negro y jean igual.

—Hola —saluda.

—Me alegra saber que mi chofer fue por ti, Alexia.

—No tenías que hacerlo, pero gracias Tom.

TRES HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora