• 29 •

4K 607 94
                                    

Hoseok me miraba fijamente y en silencio desde hacía ya un buen rato. Cuando me vio suspirar por milésima vez esa tarde, rodó sus ojos y se paró de su lugar favorito en la mesa para sentarse a mi lado. Puso una mano en mi hombro y presionó sus labios con preocupación.






—¿Qué te pasa?

—Jimin...

—¿Qué tiene?

—No lo sé, y eso me preocupa.

—¿Intentaste hacer que te contara?






Alcé una ceja.






—¿Por qué no lo haría?

—Tienes razón.

—Creo que algo sucede en sus clases. Tal vez no entiende, tal vez no se anima a responder o a preguntar, no lo sé.

—¿Le ofreciste acompañarlo?

—Mil veces, pero no quiso. Yo... juro que ahora mismo iría hasta allá para cerciorarme de que todo está bien

—¿Y por qué no lo estás haciendo?

—¿Qué pensará él si lo hago? Ya arruiné las cosas metiéndome en su vida una vez.

—Creo que si se lo explicas bien, entonces entenderá que lo haces porque te preocupas por él y porque lo quieres.






Asentí varias veces con la cabeza. Tenía razón. Corría el riesgo de que Jimin pudiera molestarse, pero prefería mil veces eso, a que estuviera cargando con algo que lo estaba lastimando por dentro.

*************

Cerca de quince minutos había tardado en recorrer las cuadras que distanciaban la casa de Hoseok de la de aquel chico que le daba clases a Jimin. Tengo que admitir que me sentía más que nervioso, pero mi gran cariño por mi novio me motivaba a seguir adelante. Me escondí tras unas plantas, y los vi por una ventana. Me acerqué sin que pudieran verme. Estaban cerca, y podía escucharlos. El joven que lo ayudaba a estudiar estaba revisando lo que Jimin había hecho.






Bien, veo... que está todo correcto, Jimin.






Él asintió con la mirada fija en unos libros que estaban sobre la mesa.






¿Pensaste en lo que hablamos el otro día? —puso su mano sobre la de él.

Sí, lo hice —se deshizo de su agarre bruscamente.






El otro frunció sus cejas, lo tomó de la muñeca y se acercó a su oído para susurrar algo que por desgracia (o por suerte) no llegaba a escuchar desde mi lugar. De pronto, se aproximó aún más, y comenzó a dejar besos en su barbilla hasta llegar a sus labios. Jimin cerró fuertemente sus ojos. Lucía disgustado. Quiso alejarse, pero el otro lo tomó de la cintura para que no lo hiciera.

Apreté mis puños más que furioso. No tenía idea de qué estaba pasando entre ellos, pero me molestaba que lo estuviera agarrando de esa forma, que lo estuviera besando... que Jimin no se alejara o que no me haya contado nada de eso.

Ni siquiera me di cuenta de en qué momento me había parado para ir al frente y golpear la puerta varias veces y con fuerza. Dentro de mí había una mezcla de celos, enojo y tristeza, y era horrible. La puerta se abrió poco después, revelando al muchacho, quien me miró a los ojos.






—Hola, ¿Se te ofrece algo?

—Vine a buscar a Jimin.

—Está estudiando ahora, no pued--

Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora