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Para ser un frío día de invierno, el clima estaba dando lo mejor de si para que se pudiera estar afuera. El cielo estaba pintado de color turquesa, y el sol brillaba iluminando cada pequeño rincón. Me apoyé en una pared mientras miraba todo a mi alrededor, y por fin encontré a quien quería ver, a aquel joven con quien había hablado por teléfono durante horas la noche anterior. Supuse que por eso estaba llegando tarde, aunque no era mucho problema para él.









—¡Ey! ¡Hola, novio! —exclamé.









Desde la distancia, Jimin me vio, abrió enormemente sus ojos, y calzó mejor su capucha sobre su cabeza. Miró hacia ambos lados. Muchos nos miraban. Carraspeó.









—¡Vamos, novio mío! ¡Apura tus pasos!

—¿Podrías parar? ¡Estás hablando muy fuerte! —dijo entre dientes una vez que estuvo cerca.

—Cierto, olvidé que no te gusta estar conmigo...

—No empieces —rodó sus ojos.

—Te extrañé.

—Nos vimos ayer, y hablamos hasta la madrugada —rió.

—¿Y? Eso ya lo sé.

—También te extrañé.









Me acerqué más a él y lo abracé con cariño, apoyando mi mentón en su hombro mientras hacía mimos en su espalda. Lo escuché reír.









—¿Qué es tan gracioso?

—Estoy feliz, hyung —se separó de mí y me miró a los ojos.

—¿Por qué?

—Me hace bien verte y estar contigo.

—¿Seguro?

—Si es por lo de cuando llegué... aún me cuesta no pensar en que van a juzgarte por estar conmigo. Siento mucho si parecí enojado. Es más...









Jimin inhaló y exhaló varias veces, como si estuviera muy nervioso. Se quitó su capucha, haciendo que sus negros cabellos despeinados estuvieran a la vista, moviéndose con el viento. Su cara también se pudo ver mejor, y el color de sus ojos parecía más claro con la luz del sol. Me mostró una muy pequeña sonrisa, y luego tomó una de mis manos, apretándola suavemente.









—¿Vamos?

—¿A dónde?

—Al lugar de siempre, contra la pared de los salones.

—De acuerdo.









Mientras caminábamos, pude observar a mucha gente que nos veía con curiosidad, probablemente más a él que a mí, pues jamás se quitaba su capucha en público. Mucho menos se juntaba con gente, y que estuviera haciendo todo a la vez y de una manera tan melosa, era algo que llamaba la atención. Pero no me importó, y se ve que a él tampoco.

Una vez que llegamos al lugar, nos sentamos en el césped, el cual estaba milagrosamente seco para el tipo de clima que habíamos estado teniendo. Él recostó su cabeza en mi hombro, y yo lo rodeé con uno de mis brazos. Dejé un beso sobre su cabeza.









—Estás muy tierno conmigo hoy.

—Es... por una especie de reflexión que tuve hace un rato, cuando me saludaste.

—¿Y eso?

—Quiero hacer estas cosas. Quiero estar contigo y que no me importen los demás, dejar de pensar en que te están juzgando por mi culpa, porque no soy suficiente para ti... y cuando te pedí que bajaras la voz, me sentí mal, porque también noté que te había molestado. Además... miré a mi alrededor y vi a los demás alumnos. En sus mentes o entre ellos podrían decir lo que sea, pero yo voy a querer seguir estando contigo, ¿Por qué alejarme así? ¿Por qué alejarte?









Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora