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Jimin y yo habíamos salido a comprar un par de cosas para la cena. Hacía frío, y no había casi nadie en las calles. Él saltaba a mi lado mientras me miraba con una tímida sonrisa. Jamás lo había visto de esa forma. Me tomó del brazo.










—Yoongi...

—¿Sí?

—N--nada.

—Es algo, y lo sabes.

—Sí, pero no importa.










Rodé mis ojos y negué con la cabeza. Sabía que esta vez era diferente, pues estaba de buen humor, y nada estaba molestándolo. Lo atraje en un abrazo y caminamos los pocos pasos que quedaban hasta la entrada del supermercado. Una vez allí, nos metimos y comenzamos a añadir al carrito lo necesario.










—Estoy ansioso por lo de hoy, hyung. Nunca me había quedado en tu casa. De hecho, nunca me quedé en ninguna casa —confesó.

—¿De verdad?

—Una vez unos compañeros en la primaria se reunieron en una fiesta de cumpleaños, y estábamos invitados a dormir, pero en cuanto comencé a sentirme incómodo fingí un dolor de cabeza y me buscaron. Después de eso, nunca más pasó.

—Hoy no te enfermarás, ¿Verdad?

—No, yo--










Jimin presionó juntos sus labios, dejó de sonreír y miró al piso. Levanté la cabeza para ver hacia adelante y vi al muchacho de las clases particulares. No nos había visto, pero estaba frente a nosotros. Tomé a Jimin de los hombros y lo alejé suavemente de allí, yendo hacia la vereda y regresando por el camino que nos llevaba hasta mi casa.










—Yoongi--

—Soy bueno cocinando, puedo improvisar algo con lo que ya tengo en casa, ¿No lo crees?

—No era necesario.

—¿No?

—Bueno, es obvio que no quería verlo de nuevo tan pronto aunque tenga que volver a hacerlo, pero tal vez--

—¿Por qué tendrías que volver a hacerlo?

—Bueno... cuando volvimos de su casa, agarré mi mochila, pero olvidé sobre la mesa algunos de mis libros. Entre ellos estaba el que me habías regalado, ya que tenía cosas que servían mucho, no puedo dejarlo allí.

—No te preocupes por eso. Lo recuperarás —sonreí—. Escucha, a veces no está mal escapar para evitar pasar un mal rato, ¿Pero sabes qué? Te enseñaré un par de cosas para que ya no vuelva a pasar.

—¿Y cómo lo haré?

—Tranquilo. Primero disfrutemos de un lindo momento en casa, y mañana te lo diré.










Detuve mis pasos, y él igual. Tomé entre mis manos su rostro y besé su frente como tanto amaba hacerlo.

***********

Ya había cocinado para nosotros, y nos encontrábamos a la mesa. Jimin sonrió, y sus ojos se volvieron dos pequeñas líneas. Tenía la boca llena, razón por la cual no dijo nada.










—¿Cómo está todo?










Asintió con la cabeza y levantó su dedo pulgar en aprobación a lo que había hecho. Reí en silencio. Tomé con mis palillos un poco de lo que tenía en mi plato y lo puse en el suyo. Me miró, confundido y negó.










Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora