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Namjoon contó algunos billetes que sacó de su billetera, y cuando terminó de hacerlo, los sostuvo con una mano, la cual extendió hacia mí. Los agarré sin decir nada, y él sonrió.







—Siento mucho tener que pedirte esto, pero--

—Ey, todo sea por el bien de Jimin, ¿No? Tanto yo como los chicos estamos encantados de poder ayudarlo. No hace falta que devuelvas nada.

—Pero te dije que lo haría.

—Es un regalo de parte de todos. Acéptalo, por favor.

—Gracias.

—¿Ya le dijiste?

—A sus padres sí. No le dije nada a él porque seguramente se iba a negar.

—Entonces, ¿Cómo vas a hacerlo?

—Tengo todo planeado, no te preocupes.







Namjoon se cruzó de brazos mientras posó su mirada en algún sitio de la mesa. Un pequeño bufido se escapó de entre sus labios.







—A pesar de que no hable mucho, lo extrañamos demasiado ¿Cuándo podremos ir a verlo?

—No sé. Hay días en que no quiere ver a nadie.

—¿Ni a ti? Vaya, eso dice mucho.

—Está muy deprimido, Joon. Intenté hablarle, escuché todo lo que tenía para decir, incluso le di consejos, pero nada parece funcionar.

—Hay algo que está saliendo bien, y tú no lo ves.

—¿Qué cosa?

—Que todavía estás ahí, intentándolo ¿Crees que él no se siente mejor por eso?

—No está bien.

—Nunca dije que lo estuviera, sólo que sin tu apoyo y tu esfuerzo por hacer que se sienta mejor puede que las cosas sean mucho peores. Conociendo el historial de Jimin, supongo que hay que agradecer que sólo esté llorando en su cuarto.

—Sí, es verdad...

—Y hay algo más: si hay una persona que siempre tuvo el poder de hacer que abriera su corazón, que lo incitara a atreverse a hacer cosas por si mismo y a quererse por su bien, que puede transformar sus lágrimas en una sonrisa... ese eres tú ¿Por qué necesitas esforzarte tanto? Lo que realmente lo ayudaría está en ti y en nadie más. Tú eres a quien él quiere, Yoongi. Ya tienes eso, ya eres tú. Es lo único que necesitas.

—Lo dices para que vaya con él y les devuelva el dinero, ¿Verdad?

—No seas idiota, te dije que es un regalo —sonrió—. Ah, qué suerte tiene Jimin. Eres un gran novio.

—Bien, Namjoon, eso fue bastante raro.







Mi amigo se carcajeó ante mi comentario, y yo no podía dejar de pensar en mis planes. Deseaba con todas mis fuerzas que todo saliera bien.

***************

Golpeé un par de veces la puerta de la habitación de Jimin, tal y como venía haciendo desde hacía días. Algunos, tenía respuesta; otros, simplemente era ignorado. Afortunadamente, esa tarde fui recibido por él, quien abrió lentamente asomando su rostro por el hueco entre la puerta y el marco de la misma.






—Yoongi...

—¿Puedo pasar?






Tras haber oído mi pregunta, dudó durante un par de segundos antes de asentir con la cabeza y dejarme entrar. Hacía tres días que no lo veía. Su habitación estaba desordenada, muy contrario a lo que había visto otras veces, y su mesita de noche estaba repleta de pañuelos usados. Los ojos de mi novio estaban rojos al igual que su nariz, lo cual indicaba que había estado llorando. Me acerqué a él lentamente y besé con cariño sus labios, con la esperanza de que aunque sea ese mínimo gesto de amor reparara un pedacito de su corazón. Cuando nos separamos, me miró con una triste sonrisa.






Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora