• 21 •

4.8K 683 231
                                    

El ciclo lectivo estaba terminando ya, y por eso aumentaban las tareas, el cansancio, el estrés y los nervios. Yo era una víctima de todas esas cosas, y después de haber estado estudiando durante dos días seguidos encerrado en mi cuarto, mi cuerpo dejó de resistir y se apagó momentáneamente. Ni siquiera me había dado cuenta de ello. No hasta que sentí dos toques sobre mi hombro. Dos tímidos y suaves toques que pude reconocer sin necesitar más pistas. Froté mis ojos y abrí uno de ellos. Estaba realmente cansado.






—¿Jiminnie? ¿Eres tú? 

—Sí, hyung. Lo siento.






Sonreí mínimamente. A pesar de que mis palabras hayan sido dichas casi de una manera incomprensible, él las había entendido a la perfección.






—No te vi en la universidad, y tampoco respondías los mensajes. Quise preguntar a los chicos, pero no me atreví a ir con ellos. Ni siquiera cuando me invitaron. Creí que te había pasado algo, y vine a averiguarlo. 

—Lo siento, Jiminnie.






Con las escasas energías que había logrado reunir con mi pequeña siesta de diez minutos, me incorporé y lo abracé.






—No fue mi intención haberte dejado solo, o haberte ignorado. De hecho, llevo ya... no tengo idea de cuánto tiempo exactamente llevo aquí encerrado, pero es necesario. Tengo mucho que estudiar, y quiero hacerlo bien.

—Pero no tienes por qué llegar hasta este punto. No te ves bien —bajó su mirada al piso y me miró nuevamente—. Tu mamá estuvo aquí. Ella fue quien me abrió, y me pidió que te avisara que tu cena está lista abajo. También me dijo que te regañara si no descansabas ni comías bien.

—Supongo que viniste para eso, ¿Verdad?

—Bueno, me gustaría, pero eso significaría hacer que te sintieras aún más molesto. 

—No. Creo que es lindo.






Jimin se sonrojó y carraspeó.






—E--escucha... necesitas descansar. Levántate de esa silla y recuéstate en tu cama. Te traeré algo para que comas. Luego tienes que dormir.

—¡Pero--!

—No, Yoongi —se puso serio—. Ahora vuelvo.





Resoplé. No tenía caso seguir insistiendo, pues Jimin ya había salido de mi cuarto. Como pude, y tropezando de vez en cuando, llegué hasta mi cama, en la cual me acosté, y suspiré satisfactoriamente al haber sentido la esponjosidad del colchón y de mis almohadas debajo de mí. No había sido nada cómodo haber dormitado en la silla de mi escritorio.

No pasó mucho tiempo hasta que Jimin hubo aparecido de nuevo con una bandeja entre sus manos. Un humeante plato lleno de algo que olía delicioso, unos palillos y un vaso con agua estaban encima de la misma, y lo dejó frente a mí una vez que me senté.





—En cuanto termines, lavaré eso por ti y te dejaré dormir, ¿Sí?

—¿Vas a estar aquí?

—¿Y eso cómo te ayudaría? Sólo sería un estorbo, y tú tienes que descansar.

—¿Te irás? Ah, qué pena... yo creo que podría volver a pararme, podría volver a ir hacia allá a estudiar, y de nuevo estaría desvelándome con--

—Entonces —comenzó a decir en un susurro— no tengo más opción que quedarme.





Sonreí en respuesta. Se preocupaba tanto por mí... a veces creía que no era merecedor de tales tratos.

Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora