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El primer sábado del nuevo año que acababa de empezar había llegado. No había tanta gente, pero de todas formas habíamos tenido que hacer una fila para entrar al planetario. Jimin se balanceaba sobre sus propios pies con las manos en sus bolsillos. De vez en cuando me miraba de reojo y sonreía mínimamente, casi queriendo ocultarlo. Reí mientras negaba con la cabeza. Era extremadamente tierno.








—¿Qué?








Reaccioné. Me di cuenta de que lo había estado mirando por un largo rato sin haberle quitado los ojos de encima ni por un minuto. Lo abracé de costado y él miró hacia todos lados. Al parecer, de nuevo pensando que los demás se burlarían de mí por estar con él. Lo abracé más fuerte y con ambos brazos, levantándolo un poco del suelo.








—H--hyung... —dijo casi de manera inentendible, pues su mejilla se aplastaba contra la mía.








Lo bajé.








—Ah, lo siento. Quería hacerlo.








Jimin acomodó su cabello y volvió a sonreír mientras giraba su rostro para que no pudiera verlo.

Adorable.

Sólo pasaron unos minutos hasta que estuvimos al frente de la fila. Luego de haber enseñado nuestras entradas, pudimos pasar al planetario. Jimin nunca había ido, y se veía más que emocionado con cada cosa que veíamos... ni hablar de cuando le mencioné que iríamos a una función en donde nos mostrarían todo sobre las estrellas. Jamás lo había visto sonreír tanto.

Cuando llegó la hora, entramos a un pequeño teatro dentro del lugar, y nos ubicamos en nuestras butacas, casi atrás de todo. No faltaba mucho para que empezara, así que tras varios minutos, las luces comenzaron a apagarse. La voz del hombre que "nos guiaba en un paseo por el mágico mundo de nuestro Universo", tal y como lo había anunciado, se escuchaba fuerte y clara, y una enorme pantalla frente a nosotros mostraba imágenes impresionantes de lo que iba explicando.

En un momento, tras haber pasado ya un tiempo en la misma posición, Jimin se movió y apoyó su mano sobre el apoyabrazos del asiento, justo encima de la mía. Cuando se dio cuenta, giró su cabeza rápidamente y me miró con sus ojos bien abiertos. Estaba muy oscuro, pero sabía con exactitud que se había sonrojado. Su mirada bajó a nuestras manos, y pareció haber entrado en pánico. Quiso alejarse, pero fui más rápido y entrelacé mis dedos con los suyos. Con la misma sorpresa que antes había aparecido en sus ojos, volvió a mirarme. Yo miré otra vez hacia el frente y sonreí. Él tardó un poco más en hacerlo.

Sus manos eran tibias, suavecitas, pequeñas... quería sostenerlas por siempre.

Y ahí estaba de nuevo con mis pensamientos. Taehyung tenía razón. Estaba perdido. Aunque no era nada malo, ¿Verdad?

Una vez que la función hubo terminado, con Jimin nos dirigimos hacia la azotea. No sabía con certeza si podíamos estar allí, pero no nos importó demasiado. Él se sentó en un lugar aleatorio en el suelo e instantáneamente miró hacia arriba. Me acerqué a él y me senté justo al lado. Estiré mis piernas, e hice que se recostara sobre ellas. Soltó una suave risita, y revolví sus cabellos.

Sobre nuestras cabezas podían verse cientos de estrellas brillando en lo alto. Agradecí internamente que hubiéramos escogido el horario nocturno.








—Es una pena que no puedan verse todas.

—¿Eh?

—Si estuviéramos en otra parte, podríamos ver muchas más.

Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora