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Hacía frío, pero ya no tanto. La primavera no estaba tan lejos. Ya se podía apreciar en el aire el cambio que pronto iba a llegar. Con Jimin habíamos salido de su casa para ir a la de Jungkook, quien había organizado una reunión, aprovechando el hecho de que sus padres hayan ido al cumpleaños de unos amigos de ellos.

A medida que llegábamos al lugar, Jimin fue deteniendo sus pasos de a poco. No le dije nada, ya que no quería molestarlo. Sólo tomé su mano con un poco más de firmeza y seguí avanzando por la vereda hasta el camino que conectaba con la casa. Una vez allí, toqué el timbre. Jungkook no tardó mucho en abrir, y nada en dar un salto de alegría en su lugar.







—¡Chicos! —exclamó— ¡Sí vino!

—¿Por qué no vendría?

—Tú no, tonto. Te veo siempre. Hablaba de Jimin.







Fue entonces cuando mi amigo tironeó suavemente del brazo de Jimin, rompiendo el agarre de nuestras manos. Lo llevó hacia adentro de la vivienda y yo ingresé tras ellos, cerrando la puerta detrás de mí. Una vez que estuvimos en la sala, unos gritos ensordecedores reemplazaron el silencio del lugar. Los demás, quienes estaban sentados en los sillones y en el suelo, se levantaron inmediatamente para abrazar a Jimin con todas sus fuerzas.







—¡Al fin volviste! —exclamó Hoseok.

—¡Te extrañamos mucho! —dijo Namjoon.







Jimin sonrió ante tantas muestras de afecto. Parecía sentirse incómodo, pues su cara estaba más que roja, e inmediatamente después de que lo hayan dejado ir, caminó hacia mí y se aferró a mi brazo con fuerza. Adoraba a los chicos, mas no le gustaba ser el centro de atención.







—¡Ah! ¡Por fin tenemos de vuelta a nuestro Jiminnie! ¡Hay que celebrar! —dijo Seokjin, acercándose a él— De verdad te hemos extrañado.

—Y yo a ustedes —dijo casi en un susurro y bajó su cabeza—. Lamento no haberlos recibido en casa o no haber querido ir con ustedes, uhm... yo--

—Lo sabemos —asintió con la cabeza Taehyung—. No hace falta que te disculpes. Te entendemos perfectamente.

—Además... no es tan malo, Jimin. Sé que tú no lo hiciste, pero yo, como tu último... "entrenador de exámenes", me tomé el atrevimiento de revisarlo.

—Ay, Namjoon, no--

—Fuiste uno de los mejores, de quienes no pasaron. Estuviste a unos puntos de haber entrado.

—¿De verdad?

—Así es. Tendrás otra oportunidad el año que viene, si es que aún quieres hacerlo. Y estoy más que seguro de que podrás hacerlo hasta con los ojos cerrados.

—No sé...

—Sé que podrás.

—En tu lugar, le haría caso —dijo Jungkook—. Él es el genio del grupo.







Jimin sonrió mínimamente. Supe que no sabía bien qué decir o qué hacer. Se encogió de hombros. Fue un gesto muy suave, casi imperceptible.







—Jimin... —llamó Namjoon, acercándose a él.

—¿Sí?

—Hay... otra razón por la cual hemos organizado esta reunión, además de que sea con el propósito de disfrutar nuestros últimos días libres juntos.

—¿Cuál es?

—Ya verás.







Namjoon tendió su mano para que él la tomara, pero la alejó en cuanto se dio cuenta de que no lo hacía. Asintió con la cabeza para si mismo, incluso sonriendo mínimamente, como si ya lo esperara de él. Mi amigo volteó para caminar hacia otro lado, pero Jimin secó sus temblorosas manos en su pantalón y se atrevió a tomar la de él, sorprendiéndolo en demasía con aquella acción. Joon aceptó gustosamente y se dirigieron hacia el patio de atrás de la casa, siendo seguidos por todos los demás, incluyéndome. Allí afuera había una escalera que dirigía a la terraza. Subimos todos juntos como pudimos, pues éramos muchos, y pude escuchar a Jimin, quien jadeó, asombrado.

Let me love you [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora