Capítulo 23 "Día 7: Tres deseos "

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-Ay, no sabes lo que me encanta estar así- decía Jazmín tendida en una manta en el césped, con Florencia sobre su pecho
-A mí también… se siente una…-
-Paz-
-Sí, una paz- afirmó Flor aferrándose a su pecho
-Una paz que hace mucho tiempo que estaba buscando- susurró Jaz sin dejar de acariciar el cabello de su chica
Se dejaron llevar por sus pensamientos, Jazmín mirando el hermoso día y Flor sumergida en el latido del corazón de esta. Nunca se había sentido de esta forma tan especial… tan enamoradas.
Flor ya se había enamorado antes, al igual que Jaz pero nada se comparaba a esto. Esta plenitud, esta emoción. A ambas le parecía increíble que el único hecho de compartir una mirada podía removerles su mundo. Porque sí, Flor había removido el mundo de Jaz y Jazmín el de Flor.
Por la mente de Jazmín pasaban tantos pensamientos, tantas preguntas, que decidía que eran mejor no contestar. Ella llevaba una vida bastante peculiar antes de conocer a Flor, una vida basada en sus propias reglas, las cuales no eran tan adecuadas.
1 Nunca abrirse a los demás
2 Nunca enamorarse
3 Nunca besar con el corazón
4 No hacer el amor, solo sexo
5 No unirse a alguien de tal forma que le causara dolor una vez estuviera ausente
6 Ser libre
7 No sufrir
8 No contar su verdad
9 No aferrarse a nada
10 No repetir un verano
Estas diez reglas eran las que regían la vida de la joven colorada, la cual ahora no podía evitar sonreír al darse cuenta de cómo Flor en solo siete días la había hecho romper una y cada una de ellas, sin ningún esfuerzo.
Ni siquiera su familia había logrado esto, ni su querido hermano Lucho, el cual hasta el momento era la persona más cercana a ella. Nadie había conseguido lo que esta morocha había logrado en tan poco tiempo. El amor hacía maravillas, sin dudas.
-¿En qué piensas?- la voz de Flor la hizo salir de sus pensamientos
-En vos… en lo que has hecho conmigo- susurró dejando un beso en su cabello
-¿El qué?- dijo Flor mirándola curiosa
Jaz sonrió ante su curiosidad, y se acomodó para poder mirarla bien a los ojos
-Me has cambiado, Flor. Sin darte cuenta me has cambiado- dijo acariciando su mejilla
-¿Para bien?- dijo Flor algo tímida
-Por supuesto… me has transformado en mejor persona-
-Lo dudo, Jaz. Vos sos la que me has hecho mejor persona a mí… Yo no te cambié, cuando te conocí tú ya eras esta persona maravillosa- dijo Flor con una sonrisa
Jaz sonrió ante las palabras de la chica y le dejó un delicado beso en los labios
-El payaso llora por dentro, Flor. Todo en mí no es lindo- dijo Jaz y su voz salió algo cortada
-Para mí sí que lo es, Jazmín. Para mí todo en vos es la cosa más maravillosa del mundo ¿sabes?-
Jaz la miró de la forma más intensa que había mirado a una persona. Esos ojos marrones la hacían perder la razón, los sentidos. Ahí se dio cuenta de que solo Florencia tenía la capacidad de cambiarla, de traer de vuelta a la antigua Jazmín. Aquella Jazmín que amaba la vida, a pesar de todo.
-Vos sí que sos maravillosa, Flor- y volvió a besar sus labios de una manera lenta y calmada, necesitaba sentirla, saborearla cada minuto de su vida
Tras un largo pero calmado beso, las chicas se separaron, dejando sus frentes unidas y sus miradas conectadas. Jaz se perdía en aquel brillo de los ojos de Flor, un brillo que los suyos hacía mucho tiempo que habían perdido, pero que Flor había comenzado a hacer renacer.
-Te amo, Floppy-
-Te amo, Jaz-
Sus almas estaban unidas en ese momento, alcanzado el más alto nivel de intimidad espiritual que se puede alcanzar con una persona, pero en ese momento a la loca cabeza de Jazmín le vino una idea.
-Ya sé- dijo levantándose de golpe y dejando un poco confundida a Flor
-¿Qué?- aún el suelo, observando a la colorada la cual ya estaba de pie sacudiéndose la ropa
-Ya sé lo que vamos a hacer hoy- y extendió su mano
Flor sonrió de medio lado, con miedo a la locura de esta chica, pero aún así le dio la mano y la siguió hacia donde ella quería desarrollar esa loca idea.
Tras caminar un poco hacia dentro de los árboles, cosa que estaba haciendo impacientarse a Flor, Jaz sonrió al divisar por fin su destino
-Si me traes de nuevo a ver estrellas, te advierto que de día es muy difícil verlas… a no ser yo- bromeó Flor, y Jaz rió ante su mala broma
-No, no es eso… te tengo una sorpresa-
-¿Otra?-
-¿Qué te dije?- dijo Jaz alzando una ceja llena de satisfacción.
La colorada se acercó a Flor, y por atrás cubrió sus ojos con sus manos, para comenzar a caminar guiándola
-¿A dónde vamos, Jaz?-
-Shhh- y continuó caminando
El sonido de los pájaros, la naturaleza, la respiración de Jazmín cerca de su nuca… esto eran los únicos sonidos que oía Florencia Estrella en estos momentos. Se estremeció todo su cuerpo al sentir los labios de la colorada rozar sus cuello, al esta hablar
-Ya estamos acá- y sacó sus manos lentamente de los ojos de Flor
Al abrir bien los ojos y mirar lo que tenía al frente, Flor se volteó confundida. No entendía nada. Delante de ella había un viejo pozo, algo que parecía bastante abandonado, no entendía qué podría tener de especial. Pero sin duda l tenía, eso se lo confirmaba la gran sonrisa que estaba dibujada en el rostro de su chica
-¿No me digas que no sabes qué es?- Flor negó con la cabeza -¿En serio? ¿Nunca oíste hablar sobre el pozo de los deseos?-
-¿Este es el pozo de los deseos?- dijo incrédula mirando aquel abandonado lugar
Jaz se encogió de hombros, y se acercó al pozo, hasta recostarse a él.
-Puede que no sea el pozo de los deseos original, pero para mí lo es… y es cierto que está un poco acabado, pero tiene un gran significado para mí ¿Sabes?-
-¿Por?- curiosa
-No lo sé, lo encontré hace dos años, cuando llegué acá… y supongo que me transmitió… magia-
-¿Magia?-
-Sí, Flor. Yo necesitaba algo en qué creer, y llegó un momento en el que deseé con todas mis fuerzas que este pozo me considera lo que tanto deseaba- suspiró mirándolo
-¿El qué?-
Jaz bajó la mirada, y luego la volvió a sus ojos con una sonrisa bastante afligida
-Tiempo- susurró y Flor la miró confundida. Decidió no preguntar, debido a que parecía un tema delicado para la colorada ¿Tiempo? ¿Por qué tiempo? ¿Será por su hermano? Seguro que sí
Flor se acercó y la unió a su cuerpo en un intenso abrazo, un abrazo al cual Jaz se aferró con toda su fuerza. La necesitaba, necesitaba que estuviera a su lado… necesitaba estar a su lado… por siempre.
-Gracias, Flor- murmuró contra el pecho de la morocha
-¿Por qué?- confundida y mirándola
-Por… por estar acá… conmigo… por aceptar… ser mi novia… ser mi verano-
-Yo aceptaría cualquier cosa con tal de estar a tu lado, Jaz. Sos la persona más especial que he conocido en mi vida-
Jazmín sonrió complacida con sus palabras, y como acordándose de algo comenzó a hurgar en sus bolsillos
-Acá están. Sabía que tenía unas- dijo sacando de su bolsillo dos monedas
-¿Para qué son?- preguntó Flor curiosa
-¿Para qué van a ser? ¿Pozo? ¿Monedas? ¿Deseo? Para jugar al monopolio- bromeó mientras caminaba hacia el pozo
-Ah, no te burles, es que a veces me cuesta seguirte-
-No dejes de hacerlo-
-Nunca- aseguró Flor juntándose a ella a un lado del pozo
Ambas se colocaron delante del pozo, mirando hacia el enorme vacío que había en él.
-¿Vos estás segura de que esto cumple deseos realmente?- preguntó Flor sonriendo ante lo decidida que se veía Jaz respecto a este tema.
-Sí, para mí si… o al menos eso espero- dijo Jaz alzando la moneda y cerrando los ojos
Flor la observó por esos pocos segundos, en los cuales se la veía más concentrada que nunca. Lo que sea que estuviera pidiendo era realmente importante.
Le di0 una última mirada a la moneda y tras darle un beso la lanzó dentro de aquel hondo y viejo pozo. Flor aún no había dejado de mirarla por un segundo, estaba fascinada con esta parte nueva de la colorada. Era una soñadora, sin duda.
-Te toca- dijo Jaz dándole la moneda y dejando que tomara su sitio
Flor la miró confusa. No sabía muy bien qué hacer. ¿Qué debía pedir? En esos momentos no se le ocurría algo lo suficientemente bueno como para ponerlos entre sus deseos.
-No sé ¿Qué pediste vos?-
-Mmmm… eso no se vale, tramposita- dijo Jaz apretándole un cachete en forma de juego –Eso te toca a vos y solo a vos-
Flor miró la moneda concentrada ¿Deseos? ¿Qué podía pedir? De pronto una sonrisa se dibujó en sus labios, y tras darle un  pequeño a la moneda la lanzó dentro del pozo, como hacía unos minutos la colorada lo había hecho
-¿Qué pediste?- preguntó Jaz emocionada al verla lanzar la moneda
-Jjjj, eso es secreto, Jazmín. Sino no se me cumple-
-¡Flor! Dale, cuéntame- dijo como una nena pequeña
Flor la miró enternecida con la escena. Se veía tan hermosa y adorable que le provocaba unas locas ganas de comérsela a besos, pero antes de dejarse llevar por sus impulsos tuvo una idea
-Te lo digo si vos me decís los tuyos- contraatacó la morocha, dejando en blanco a Jazmín, la cual no se lo veía venir
-No es justo, yo pregunté primero- se quejó
-Pero yo pregunté después… así que, adelante, señorita del Río. Cuénteme sus más secretos deseos- susurró Flor en forma de broma
Jaz se acercó a ella y la envolvió en sus brazos, dejando muy cerca sus labios de los suyos
-Mi primer deseo es… besarte toda la vida- dijo y dejó un tierno beso en sus labios. Al separarse, no pudo evitar sonreír al ver la cara de boba que se le había quedado a Flor –el segundo… pues… hacerte sonreír de la forma en la que ahora lo haces- y la sonrisa de Flor se amplió –Y el tercero, pero no menos importante- apretó su agarre –Hacerte mía cada segundo de mi vida- susurró de la manera más seductora que pudo existir
Al oír estas últimas palabras las piernas de Floppy comenzaron a tambalearse, se sentía débil ante la intensa mirada de la pelirroja. ¿Cómo alguien puede decir tantas cosas con una mirada?
La tensión entre ambas había aumentado, el deseo que florecía entre ellas ya era casi incontrolable. Y el hecho de que el tercer deseo de Jazmín, sea el primero de la lista de la morocha, la había sacado un poco de juego. Deseaba ser de Jaz, lo deseaba desde el primer momento en que la vio en su porche con aquella guitarra entre sus piernas. Nunca había sentido tanta necesidad de sentir ese contacto íntimo con una persona, como la sentía con aquella pelirroja de ojos esmeraldas.
Los ojos de Jaz se posaron sin ningún disimulo sobre los labios de Flor, los cuales casi como un acto reflejo, esta humedeció. La respiración se estaba haciendo pesada y el calor ya estaba llegando a unos niveles sobrehumanos.
-Jaz…- trató de hablar Flor
-Shhh- pero Jazmín la detuvo posando un dedo sobre su boca –Déjate llevar- susurró y se fue acercando de a poco con un solo objetivo. Probar el dulce sabor de aquellos labios
-¡Jaz!- una voz a lo lejos las hizo sobresaltarse y separase un poco, cortando el momento tan intenso que se había creado en pocos segundos
-Tiene que ser una broma- murmuró Jaz mientras se separaba de Flor, la cual se reía de la actitud de la colorada –definitivamente es una broma- aseguró al ver de quién era la voz que las había separado

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora