Capítulo 22 "Día 6: Bajo las Estrellas"

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Felicidad… eso era exactamente lo que sentía Florencia Estrella esa tarde tras volver de casa de Jazmín. Nunca se había sentido tan feliz en su vida como lo estaba haciendo ahora, y sabía que la causante de todo eso era esa pícara y hermosa colorada que convertía cada uno de sus días en el mejor.
Jazmín era su felicidad sin duda. De a poco se había adueñado de su pequeño y dañado corazón, y se había aferrado a él sin intención de alejarse.
En otra situación Flor se hubiera asustado de este sentimiento, pues la Estrella era de este tipo de personas que pensaba que siempre que sucedía algo bueno… venía lo malo, pero esa vez no. Esta vez estaba segura de que no vendría nada malo, no podría venir nada malo mientras Jazmín permaneciera a su lado.
Tras una larga sesión de besos en el porche de La Estrella, Flor entró a su casa finalmente, pero sin borrar la tonta sonrisa que se había quedado impregnada en su cara desde primera hora de la mañana.
-Vaya, vaya… se nota que chapa bien la colorada- la voz de Carla la hizo salir de su estado de liviandad
-¡CONCHA PUTA!- exclamó asustada, debido a que Carla la había tomado por sorpresa -¿Qué decís?-
-Digo lo que veo- dijo señalándole la cara
Flor frunció el ceño y confundida fue hacia un espejo para ver a qué se refería su hermana.
-Hm, hm, hm- comenzó a pestañear a toda velocidad nerviosa al ver el estado en que estaba.
Tenía todos los pelos alborotados, sus labios hinchados y su labial… bueno, más que labial parecía pintura para payaso, debido a que estaba por toda su cara. ¿Cómo no se había dado cuenta?
Sintiendo sus mejillas sonrojarse se volteó hacia su hermana, la cual la miraba con una sonrisa pícara
-Cuenta todo- dijo Carla sentándose entusiasmada en el sofá
-¿Qué querés que te cuente, Carla?- acercándose
-No sé, todo… ¿Cómo te besó? ¿Dónde? ¿Qué hicieron? Todo el cuento-
-¿Deseas saberlo realmente?- dijo frunciendo el ceño
-Obvio- ansiosa
En ese momento el celular de Flor sonó indicando que tenía un mensaje, el cual le devolvió aquella boba sonrisa de enamorada.
Jazmín: Sal en media hora… te tengo una sorpresa que creo que te va a encantar
Jaz: Ah, se me olvidaba. TE AMO, Floppy.
Se mordió el labio ante las palabras de su novia, porque sí… Jazmín del Río era su novia, y deseaba que lo siguiera siendo para toda su vida.
-Uhhh, era ella no- bromeó Carla al ver la sonrisa que se había dibujado en su cara
-Sí, y creo que vos te vas a tener que quedar con las ganas de cotilleo, porque me tengo que ir a arreglarme-
-¿Ocasión especial?-
-Con ella todo es especial, Carla- dijo Flor guiñándole un ojo a su hermana para luego subir a su cuarto
Tras una relajante ducha, Flor se puso lo más encantadora que podía para Jazmín. Se dejó el pelo suelto con unas hermosas siluetas, y se pintó los labios de un color rosado suave, simple para la ocasión. Luego de rebuscar millones de veces en su armario se decidió por un sencillo pero hermoso vestido blanco, la cual le daba una inocencia terriblemente hermosa.
Se miró en el espejo y sonrió complacida, estaba segura del efecto que tendría este atuendo en la colorada. Se dio unos toques finales y ya estaba completamente lista para ir a su misteriosa cita.
Salió de su porche emocionada, dispuesta a ir a buscar a Jazmín a La Gloria, pero no había dado ni un paso fuera de él, cuando sintió un silbido a sus espaldas. Se giró sorprendida para encontrarse con la causante de toda su felicidad sentada en la barandilla del su porche, bajo la luz del foco que alumbraba esa zona de la casa.
-Ey, ¿Qué haces ahí?- dijo Flor risueña y Jazmín se levantó para caminar hacia ella con una sonrisa
-Esperarte- dijo dándole un delicado beso en los labios –Te tardaste un poco-
-Lo siento-
-No pasa nada. Yo por vos esperaría toda la vida si es necesario, Flor- y ahora fue la morocha la que la besó
-Estamos algo cursis nosotras ¿No?- rió la morocha tras separarse de aquel beso
-¿Te molesta?-
-Me encanta-
-A mí también, amor- dijo Jaz volviendo a besarla pero esta vez con un poco más de intensidad, haciendo que la morocha se sintiera derretir entre sus brazos
Sabiendo el efecto que causaba en ella, Jazmín se separó del beso, para ver como Flor aún lo saboreaba con los ojos cerrados. Bajó su mirada para ver la adorable apariencia de su chica y se quedó hipnotizada
-Flor, vos estás…- no tenía palabras
-¿Qué?-
-Hermosa… completamente hermosa- mirándola de arriba abajo fascinada
-Eso lo decís porque no te has mirado a un espejo. Estás hermosa-
Jazmín iba bastante sencilla, unos jeans rotos, como los que siempre acostumbraba a usar, y una blusa de color rojo intenso, la cual tenía un escote que hacía que los ojos de la pequeña morocha se perdieran en el canalillo de sus perfectos pechos.
-Sí, se nota- dijo Jaz riendo al ver hacia donde estaba centrada la mirada de la morocha –Mis ojos están acá- tomándola por la barbilla y haciéndola conectar sus miradas
-Perdón- dijo Flor ruborizándose al ser atrapada
-Tonta, no me molesta. Al contrario- dijo Jaz y Flor se puso aún más roja -¿Vamos?- y extendió su mano para salir de ahí
Flor la tomó y juntas comenzaron a caminar por la noche. Había poca luz, solo la Luna y unas cuantas farolas alumbraban la noche, pero esto a ellas parecía no importarles. Al contrario, esta oscuridad les brindaba una intimidad que les fascinaba. Tal pareciera que eran ellas dos las únicas por todo aquello.
-Se puede saber a dónde vamos- dijo Flor después de haber caminado por un rato tomada de la mano de Jazmín
-Mmm… es una sorpresa- dijo Jaz con una sonrisa pícara
-¿Todo con vos va a ser así? ¿Una sorpresa?- dijo la morocha y Jaz se paró en seco para mirarla a los ojos
-¿Qué? ¿Por qué? ¿No te gusta?-
Flor achinó los ojos mirándola por un rato, poniéndola nerviosa, pero todo esto acabó al escaparse una carcajada de su boca
-Obvio, que me encanta, Jaz. Es una de las cosas que más me gustan de vos. No te cansas de sorprenderme- dijo acercándose y envolviéndola en sus brazos
-Si me dejas, yo te voy a sorprender toda mi vida, Flor- y selló este pacto en un delicado y delicioso beso
Caminaron un poco más entre risas, besos y caricias, hasta que llegaron a un lugar bastante apartado de las cabañas, un lugar en el que solo había naturaleza.
-Llegamos- dijo Jaz deteniéndose en el medio de aquel solar
-¿A dónde? Esto es el medio de la nada, Jaz-
-Sí, lo es… pero también es el lugar perfecto-
-¿Para qué? ¡PARA COMERME LA ALMEJA! No, no, perdón- dijo avergonzada por su oportuno Tourrette
Jaz río ante su comentario, le encantaba estos momentos de Flor, pues sabía que su Tourrette en parte decía lo que pensaba su subconsciente
-No, no, no es para eso. Aunque si vos querés…- dijo acercándose
-Boluda- rió Flor al ver que estaba de joda -¿Perfecto para qué es?-
-Mira hacia arriba- dijo Jaz señalando el cielo
Flor alzó la mirada y una vez lo hizo se quedó hechizada con la vista. Un montón de brillantes estrellas cubrían el oscuro cielo, brindándole una hermosa y única vista.
-Jaz, esto es…-
-Hermoso, lo sé- sin dejar de mirar el cielo
-Único-
-Vení- dijo Jaz sentándose en el césped y sacándose la mochila que llevaba en el hombro
-¿Qué traes ahí?- dijo Flor curiosa al verla rebuscar en su mochila
-Ta chan- exclamó al sacar un pequeño telescopio
-¿Y eso?- risueña
-Bueno, si te traigo a ver las estrellas tengo que tener todo preparado ¿No?- dijo Jaz extendiendo el telescopio
-A ver- dijo Flor tomándolo entre sus manos y mirándolas
-Espera, déjamelo a mí que voy a buscar la estrella más hermosa de todas- dijo Jaz quitándole el telescopio
-Ah, dale- emocionada
Jaz comenzó a observar por el telescopio como buscando una estrella en específico, mientras que Flor solo la miraba intrigada y fascinada por la belleza que esta tenía. De repente notó como Jaz bajó el telescopio, y a través de él la estaba mirando a ella
-Ya la encontré- susurró sin apartarlo
Al darse cuenta de lo que había querido decir, Flor comenzó a reír avergonzada, aún le causaba rubor estos halagos repentinos por parte de la colorada, a la cual parecían fascinarle.
-Sos la estrella más hermosa, Flor… y lo mejor de todo es que eres solo mía- dijo acercándose para dejar un suave beso en sus labios
-Solo tuya- murmuró Flor antes de volver a tomar sus labios
Era impresionante la conexión que se había creado entre sus labios en tan poco tiempo. Tal parecían como si se hubieran conocido toda la vida, y hubieran sido creados para estar unidos todo el tiempo.
Dejándose llevar por el suave ritmo de estos, Jaz recostó a Flor sobre el césped, y ella colocó la mitad de su cuerpo sobre ella, con la intención de profundizar aquel beso.
Tras un rato en embriagadas por ese momento, la colorada se separó y colocó su cabeza sobre el pecho de Flor, oyendo su respiración y cerrando los ojos debido a la paz que esto le daba. Mientras Flor seguía mirando las estrellas, y con su mano acariciaba aquellos largos cabellos naranja de su chica.
-Sabes que soy dueña de otra estrella- dijo Jaz de repente sacando a Flor de sus pensamientos
-¿Qué?- sin entender
Jaz se alzó y apoyó su barbilla contra su pecho para mirarla mejor
-Que tengo otra estrella- volvió a decir con una sonrisa
-¿Me tengo que poner celosa?- fingió molestia
-No- reía por la reacción de Flor –Me refiero a una estrella de verdad, una de esas- señalando el cielo
-No puede ser-
-Sí, mira- dijo tomando el telescopio y colocándolo en las coordenadas exactas
Flor tomó el telescopio y miró hacia la estrella señalada. Era hermosa, no sabía si era por lo que recién había dicho Jazmín, pero la veía como la Estrella más hermosa de todas
-Es una broma ¿No?-
-No, es mía realmente. Si quieres te enseño los papeles-
-No, no hace falta… Te creo- sin dejar de mirar la estrella
Así estuvo un rato hasta que decidió mirar a Jaz a los ojos
-¿Por qué la compraste?- preguntó Flor curiosa
Jaz encogió sus hombros y miró al cielo pensativa
-Para no ser olvidada- suspiró
-¿Qué? No entiendo-
-No hay nada que entender, Flor. Esta estrella solo la conocen las personas realmente importantes para mí… así… así el día en que yo no esté… esas personas sean las únicas que la miren y se acuerden de mí… es una forma de ser eterna-
-¿El día en qué no estés? ¿Qué quieres decir?- dijo Flor confundida, al ver cómo los ojos de Jazmín estaban algo humedecidos
-Cosas mías… no me hagas caso- dijo Jaz sonriendo para aliviar la situación –Solo te voy a decir una cosa…-
-¿El qué?-
-Prométeme que cada vez que mires esa estrella te vas a acordar de mí. Cada vez que la mires recordarás lo feliz que te hice- prácticamente le suplicaba con sus ojos
-Te lo prometo, Jaz. Aunque no me va a hacer falta una estrella para recordarte… porque vos vas a estar a mi lado- dijo segura
-¿Ah, sí?-
-Sí- afirmó –Yo voy a envejecer junto a ti, Jazmín del Río-
-¿Y eso? ¿Con quién contaste?-
-Con nadie. Ya está decidido… si me dejas voy a estar toda la vida a tu lado… para hacerte sonreír, para que me hagas sonrojarme… para amarte siempre- dijo Flor acariciando el rostro de la colorada, la cual la miraba de la manera más intensa que se podría mirar a alguien
-Eres única, Flor- dijo antes de sellar sus labios contra los suyos
-Somos únicas, Jazmín-
Y así pasaron toda la noche bajo las Estrellas, besándose y prometiéndose cosas que a lo mejor en un futuro, una de ellas no podría cumplir… pero el futuro ahora no importaba, lo que importaba era el presente y ese amor tan fuerte que hacía latir sus corazones con una fuerza casi sobrehumana.

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora