Capítulo 21 "Día 6: Te amo" (parte 2)

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Florencia no dudó en aceptar aquella propuesta, ahora que sabía que Jazmín sentía lo mismo que ella no la dejaría sola ni un solo minuto. Tenía esa loca necesidad de estar a su lado, todo TODO el tiempo, y para su suerte Jazmín también parecía sentirla.
-Che, pero tengo que ir a mi casa- dijo Flor al darse cuenta de una cosa
-¿Por qué?- se quejó como una nena haciendo puchero
-Jazmín… Mírame- dijo señalándose de arriba abajo y al darse cuenta a lo que se refería Jazmín estalló en una carcajada
Flor estaba completamente cubierta de pintura violeta, y sin duda esa ropa ya no serviría para más nada. Mientras reía Jaz se miró su cuerpo y estaba exactamente en las mismas condiciones. Sin duda era dos nenas cuando estaban juntas.
-¿Y te ríes?- dijo Flor fingiendo molestia
-Vos empezaste- rió
-Pero vos te pasaste- refutó la morocha
-Igual, te ves hermosa así ¿Sabes?- dijo Jaz acercándose sugerentemente
-Mmm…¿Realmente tienes que ir a buscar eso ahora?- dijo la morocha como pudo, debido a que ya Jazmín estaba atacando su cuello con lentos besos
Jaz no contestó solo siguió besando aquella zona, la cual se había convertido en su favorita, mientras que Flor ya tenía los ojos cerrados debido a la excitación. De una los ojos de la colorada se abrieron al recordar el motivo de por qué tenía que ir al correo, por lo que de mala gana se separó de la morocha, la cual estaba ya sin aire
-Será mejor que me vaya a cambiar a mi casa… y a darme una ducha… fría- dijo Flor una vez separada de ella
-¿Y por qué no te das la ducha acá?- dijo Jaz con una sonrisa
-Jazmín…- dijo Flor notando sus dobles intenciones, lo cual hizo que la colorada comenzara a reír nerviosa
-Ey, no en serio… no lo dije por eso…- reía –Es solo que… así no te tienes que ir. Yo te prometo que me voy a portar bien… y la ropa te la presto-
-¿Segura? ¿Te vas a poder contener?- le preguntó acariciando su mejilla
-No te prometo nada- dijo Jazmín volviendo a unir sus labios
Tras unos segundos hablando de qué haría, Flor cedió a bañarse en lo de Jazmín, pues la colorada le prestaría algo de ropa y así no tendría que separarse mucho tiempo de ella.
La colorada ya estaba limpia de restos de pintura y cambiada de ropa, cuando sintió el grifo de la ducha abrirse. Trató de ignorar la tentación que esto le había creado, pero su control se perdió al ver cómo Florencia había dejado la puerta media abierta.
Tragó en seco ante el pensamiento de ver desnuda a Flor, sin duda esa sería una imagen que le costaría bastante trabajo  de sacar de su mente. Caminó unos pasos más y ya se encontraba en aquella puerta, mirando hacia dentro de aquel pequeño baño en donde estaba la morocha.
Los ojos de Jazmín oscurecieron al ver la silueta del perfecto cuerpo de la morocha, era tal y como se lo había imaginado miles de veces. Sus curvas, sus pechos, su manera de moverse… todo la estaba haciendo perder el norte.
Se quedó un buen rato mirando, tentada de entrar, mientras se saboreaba de solo pensar en las cosas que podría hacerle en esos momentos. Se moría de ganas por entrar y hacerla suya bajo el agua de aquella ducha, pero no… no era el momento. Quería hacer las cosas bien… quería que su primera vez con Flor fuera especial y única… ella se lo merecía.
Luchando contra la faceta lujuriosa de su ser, Jazmín cerró la puerta y se dirigió hacia la cama, donde se dejó caer totalmente fuera de sí. Estaba excitada, pero no podía… no podía ceder a sus deseos… no aún. Por lo que tratando de recobrar el control de su cuerpo cerró los ojos y comenzó a tararear canciones en su mente. Era una técnica que había aprendido de pequeña para relajarse.
Ya iba por la tercera canción cuando sintió la puerta del baño abrirse y de esta salir una reluciente Flor. Llevaba una de sus remeras favoritas, de color rojo, junto con sus jeans rasgados, los cuales le quedaban increíbles a la morocha.
-¿Qué?-
-Estás… hermosa-
-Exagerada. No exagero… te queda genial mi ropa- dijo levantándose de la cama sin apartar la mirada de sus curvas, cosa que hacía sonrojar a la morocha –Me encanta hacerte sonrojar- confesó Jaz una vez cerca de ella
Flor la miró con una sonrisa de oreja a oreja, cediendo a las caricias que ahora la colorada dejaba sobre su mejilla.
-Sos hermosa- dijo Jaz casi en un susurro antes de estrechar nuevamente sus labios, en un beso lento y dulce.
Finalmente salieron de ¨La Gloria¨ y Jazmín no podía dejar de mirar a Flor. No sabía bien por qué, pero verla con su ropa puesta la ponía de una forma que no tenía descripción. Por su mente solo pasaban las múltiples formas en las que podía quitársela.
-¿Qué me miras?- dijo Flor haciéndola salir de sus pensamientos más lujuriosos
-Lo jodidamente sexy que te queda mi ropa- confesó Jaz con una voz ronca
-Nahh, ¿en serio?- mirándose
-Muy en serio- susurro Jazmín sujetándola de la cintura y pegándola a su cuerpo, para devorar sus labios. Ya no podía contenerse, y permitió a su lengua entrar en la boca de Flor para zacear sus deseos.
Fue eminente el hecho de que el beso subiera de temperatura, y cuando se vinieron a dar cuenta ya la colorada estaba arremetiendo a Flor contra una de las columnas de madera de su porche
-Ey, ¿vos no tenías que ir a un lado?- dijo Flor risueña
Jaz se separó de mala gana y soltó todo el aire que tenía
-Perdón, es que... Todo…- señalándola -Demasiado para mí- confesó Jaz mostrándole lo caliente que estaba, lo cual hizo que Flor comenzara a reír. Le causaba mucha gracia ver a aquella diosa en esa situación… y más si era por ella.
-Mejor nos vamos- dijo Flor separándose de ella y comenzando a caminar en dirección al camino
-Ey, ¿a dónde vas?- dijo Jaz al verla caminar
-Al correo, ¿no?- encogiéndose de hombros
-Está un tanto lejos, Flor. ¿Quieres ir a pie?-
-EH... ¿Si?-
-¡No!! Ven, que tengo una mejor idea- dijo Jaz caminando hacia la parte trasera de la casa y llegando a un pequeño cuarto
Esta abrió el cuartito que parecía ser un garaje improvisado y de ahí salió con una motocicleta roja
-¿Y esto?- dijo Flor sorprendida
-Esto es mi bebé- dijo orgullosa -¿Vamos?-
-Estás loca si piensas que voy a montar ahí – dijo Flor al ver las intenciones de Jazmín. No era que no confiara en ella, en la que no confiaba era en aquella pequeña moto.
-Shhh... Nada de quejas. Hazme caso. La vas a pasar bien- dijo Jaz dándole un casco
-No lo dudo, pero igual me da miedo-
-Confía en mí-
-Siempre-
Flor se subió sobre aquella inestable moto, guiada por Jazmín, quien tomando sus manos las acercó con fuerza a su cintura
-No te sueltes- le susurró, mientras mantenía el contacto
-Nunca- le dijo Flor aferrándose con más fuerza
Al sentir las manos de Flor aferrándose a su cintura, Jaz no pudo evitar soltar un suspiro. ¿Cómo era posible que esta chica con un solo toque provocaba ese mar de sensaciones en ella?
La miró por un momento y luego arrancó con una sonrisa de oreja a oreja. El hecho de tener a Flor así tan cerca de ella, no solo en lo físico, le llenaba el corazón de alegría.
Estaban tan cerca, que no podían respirar. Las manos de la morocha se aferraban con fuerza a la cintura de Jaz, la cual a cada rato las miraba y una sonrisa boba ocupaba la cara de ambas, al sentirse tan cerca.
Flor se acercó con más fuerza a la colorada, como abrazándola y pegó su cabeza a aquella firme espalda. Jaz se erguió y la trató de mirar de reojo. No la veía bien, pero pudo notar su sonrisa.
Dios, esa sonrisa la mataba. La hacía perder la razón. Sin duda Flor era especial para ella, y quería que ella lo fuera también para Flor.

Minutos más tardes las chicas llegaban a la zona comercial, donde un montón de tiendas familiares predominaban en el lugar. Jaz aparcó la moto cerca del correo, y tras pedirle a Flor que la esperara entró aquel local.
Al entrar Alfonso, el chico del correo la esperaba con cara de sueño, y esta se acercó con una sonrisa de oreja a oreja.
-Vaya, es un milagro verte por acá- dijo Alfonso
-Es tu jefe… Me llamó. Me dijo que tenía algo para mí- dijo Jaz
-Ah, puede ser. Déjame ver- dijo el chico revisando el computador, mientras Jaz esperaba impaciente
En el exterior del local, Flor estaba sentada sobre la moto de Jaz, mirando todo a su alrededor. Le causaba mucha gracia ver lo pintoresco que eran los locales, y las personas llenas de amabilidad que pasaban por su alrededor. De pronto su atención se centró en un grupo de adolescentes que se reunían frente a una vidriera.
La curiosidad le ganó y se acercó a ver qué era lo que miraban con tanta emoción. Una vez junto a las chicas vio como se apuntaban a lo que parecía ser una lista de algún tipo de evento.
Segundos después las chicas se alejaron, y la morocha pudo leer con mejor claridad aquel anuncio.
-¿Competencia de Baile ¨Las Rosas¨?- murmuró leyendo el cartel
-¿Te gusta?- la voz de Jaz la hizo salir de sus pensamientos y se volteó para encontrarla a escasos centímetros suyo con un paquete en la mano
-¿Terminaste?- preguntó Flor
-Sí, era solo un pequeño trámite. ¿Qué mirabas?- dijo Jaz acercándose para ver el cartel -¿Te quieres apuntar?- preguntó risueña al verlo
-¿Yo? No, no, no, que va. Cómo crees... No, no- negó Flor rápidamente
-¿Por qué?-
-Bailo fatal, Jazmín-
-Lo mismo dijiste aquella vez en el karaoke y cantaste hermoso-
-Sí, pero eso fue porque estaba con vos-
-Mmm... ¿Y eso porqué?- acercándose
-Vos me haces hermosa- cerrando el espacio que había entre ellas
Ambas se sumergieron en aquel beso lleno de amor, el cual las hacía perder el norte. No les importaba nada, ni el lugar, ni la gente… solo querían sentir sus bocas más que unidas. Dejándose llevar, Jaz sostuvo las caderas de Flor con fuerza, mientras dejaba entrar su lengua en su boca. Flor se colgaba de su cuello, enredando sus dedos en aquellos largos cabellos color fuego.
Estaban tan sumergidas que no se percataron de la presencia que había a su lado, hasta que oyeron un carraspeo.
-No coman delante de los pobres-
Al oír esa voz, Jaz se separó de Flor, para centrarse en aquella voz conocida
-¿Lolita? Hola- dijo Jaz centrándose en la chica, la cual las miraba desde bastante cerca
-Nada, que vine a hacer la compra ¿Y vos? ¿No me presentas?- le dijo Lolita señalando con la cabeza a la morocha
-Ah, por supuesto. Lolita, esta es Flor… Flor, ella es Lolita, la novia de Javo-
-Ex novia- aclaró la chica
-¿No lo habéis arreglado?- preguntó Jaz haciendo puchero y Lolita negó con la cabeza
-¿Y vos? ¿Qué onda?-
-¿Yo?- dijo Jaz confundida y al notar como Lolita miraba a Flor lo comprendió todo –Ah, genial. Flor y yo estamos que no nos separamos para nada, ¿A qué sí, cariño?- y le robó un beso a la morocha, la cual a esa altura ya estaba algo cabizbaja por no ser presentada formalmente
-¿Así qué están de novias? ¿Eh?- preguntó Lolita sorprendida y Flor miró a Jaz esperando su respuesta
-Por supuesto. Flor es mi chica- aseguró la colorada tomando la mano de Florencia
Flor miró a la colorada, y luego a la chica que estaba delante de ella, la cual para su sorpresa no tenía cara de buenos amigos ¿Por qué?
-Bueno, será mejor que yo me vaya yendo- dijo Lolita
-Nos vemos, Tetita- dijo Jaz una vez la chica ya se estaba alejando
Iba a emprender camino de vuelta a la moto, cuando sintió la mirada de la morocha sobre ella.
-¿Qué pasa?- preguntó al verla -¿Por qué me miras así?-
-¿Somos novias?- dijo bastante seria
Al oír esto Jaz tragó en seco. Lo había dicho casi sin pensarlo, pero sin duda sí… Flor era su novia, la amaba con locura… pero al parecer esto no le había caído tan bien a la morocha
-¿Eh?... Sí, no, no sé… ¿Vos…? ¿Vos querés?-
-¿Ahora me preguntas?-
-¿Hice mal?- dijo Jaz asustada por su reacción
-Sí… pero no en decir qué somos novias… sino en haber tardado tanto en pedírmelo- dijo Flor dejando salir su sonrisa y acercándose a ella para robarle un beso
Jaz sonreía durante el beso, y a cada rato de decía varios ¨Te amo¨ a su chica. La amaba, la adoraba… Flor era su mejor medicina, la única que le había devuelto verdaderamente las ganas de vivir.
Mientras a unas cuadras de ahí, Lolita sacaba con dificultad el móvil de su bolso y presionada un número
-¿Hola?- la voz del otro lado
-Tenemos que hablar-
-¿Qué pasa?-
-Elen, creo que hay algo que debes saber-

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora