Capítulo 11 "Mensajes nocturnos"

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Aquella tarde Florencia se había despedido de Jazmín en medio de una fuerte lluvia. Como las nubes avisaban se estaba acercando una gran tormenta, la cual arruinó sus planes el resto de ese día.  Tras una larga despedida en el porche de su casa, Flor entró a La Estrella, viendo como aquella enigmática colorada volvía a la Gloria con la más satisfechas de las sonrisas. Puede que la lluvia hubiera arruinado los planes de la tarde, pero nada quitaba el hecho de que habían pasado la mejor de las mañanas juntas.
Con una sonrisa de boba Flor entró a la Estrella, recostándose completamente mojada a la puerta de madera. Por una fracción de segundos todo lo ocurrido se reprodujo en su cabeza: los gestos, las caricias, las miradas, las provocaciones por partes de ambas, su mano sobre la suya, la palidez de su piel, la cercanía en la lancha y en el agua, su cuerpo mojado, las gotas de agua de río cayendo por su pelo hasta perderse en sus pechos, su aroma, como la había olido, sus labios sobre su cuello… todo. Todo esto la estaba haciendo perder la cordura de una manera que nunca antes había hecho
-Ah, Jazmín- suspiró cerrando los ojos y mordiéndose el labio con fuerza
De repente el sonido de un carraspeo de garganta la hizo salir de su estado de hipnosis. Abrió los ojos asustada para encontrarse con la figura de su hermana a unos pocos centímetros de ella. Carla estaba ya de pijama y dejaba caer su cuerpo contra una de las columnas de madera de la cabaña. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho y su mirada llena de picardía. Ella conocía muy bien a su hermana y se olía lo que estaba sucediendo.
-Mmm…. Veo que genial con nuestra vecinita ¿No?- dijo Carla con un tono burlón
-Carla…- fue lo único que dijo Flor en forma de regaño antes de irse al salón
-¡¿Qué?! Sabes que soy cotilla… así que dime ¿Cómo te fue con ella? ¿Te besó?-
-¡Carla!- abriendo sus ojos
-¡Lo hizo!- exclamó la Estrella emocionada -¡Te besó, te besó!- decía Carla dando brincos como una adolescente -¿Cómo fue?-
-No, no…- decía Flor haciendo gestos para que se callara. No quería por nada del mundo que Jaz oyera los comentarios de su hermana –No, no me besó-
-¿No? Ah, me decepcionó un poco la del Río- dijo Carla frenándose
-Pero estuvo a punto- confesó Flor haciendo que los ojos de Carla se abrieran de par en par
-¿Cómo?-
-No sé, solo sucedió. Fuimos a su lancha y…-
-¡¿Tiene una lancha!?-
-Carla, céntrate en la historia o no te cuento- la regañó Flor mientras se secaba con una manta
-Ok, ok-
-Bueno, fuimos a su lancha y nadamos… que ahí ya las cosas estaban calientes porque… ah, Carla, debes verla. Es la chica más caliente que he visto en mi vida. Sus curvas ¡Dios, Carla! ¡Sus curvas!-
-Está buena ¿No?- alzando una ceja con picardía
-Muy buena-
-Entonces, ¿Por qué no te lanzaste?- confundida
-No sé… hay algo en ella, Carla, hay algo en ella que me hace desconfiar. Que me hace dudar. Es como si ocultara algo-
-¿Por qué lo decís? ¿Por lo de las mujeres anteriores?-
-No sé. Es que ella es tan dulce conmigo y me hace sentir tan bien que me parece que no es real- confesó Flor sentándose en el sofá
-Ay, Flor. No, ¿Por qué piensas eso? Puede que ella te quiera de verdad, ¿Por qué no arriesgarse?-
Flor la miró sin saber qué responderle. No sabía qué hacer. Ella sentía algo muy fuerte por Jazmín, pero más fuerte que este sentimiento era su miedo. El miedo a salir lastimada. No quería ser una chica más en la vida de la colorada, no quería ser una Elena.
-Piénsalo- le dijo Carla acariciando su cabeza –Y cámbiate de ropa, antes de que te de una pulmonía- y se fue hacia su cuarto
Florencia miró al techo pensativa ¿Qué debía hacer? No sabía y no quería averiguarlo aún. Quería dejar que las cosas fluyeran. Que pase lo que tenga que pasar. Ese fue el último pensamiento de Florencia Estrella antes de subir al piso de arriba.
Tras darse un relajante baño, Flor salió aún con su cabeza en las nubes y un solo pensamiento: los labios de Jazmín. No podía creer que casi los había probado por segunda vez. Ella sabía muy bien lo que le había advertido a la colorada: ¨Nada de insinuaciones¨. Pero esta  ignoraba completamente esta regla, cosa que por algún motivo le gustaba.
A Flor le encantaba ver como Jazmín la deseaba, como se la comía con la mirada, o como se moría de ganas de besar su boca. Le gustaba ser deseada por aquella chica, que más que una chica parecía una diosa.
-Dios- exclamó Flor lanzándose en su cama cuando de pronto oyó el sonido de su móvil
Alzó la vista y vio el aparato sobre la mesita de noche. Le dio pereza ir a buscarlo pero este continuó sonando… eran mensajes. Lo supo por el tono. Rodando los ojos en blanco al pensar en que podría ser Dani o alguna de sus hermanas esta se acercó para alcanzarlo, pero al ver quien era su rostro cambió por completo. Era ella. Era Jazmín
Jazmín: Hola, bebé. ¿Qué haces?
Jazmín: ¿Me extrañas?
Jazmín: ¿Bebé?

Flor: Sí, aquí estoy. Es que estaba en el baño

Jazmín: Ah, pensé que me habías olvidado

Flor: Nunca. ¿Y vos? ¿Qué haces?

Jaz: Acá, en la cama. A punto de poner una peli

Flor: Mmm…. ¿Una buena?

Jaz: Pff, creo que no. Pero es lo que hay

Flor: Jjj, ¿Si la peli está mala por qué la ves?

Jaz: A lo mejor no está tan mala, solo que me parece así porque no tengo la compañía correcta

Flor: Mmm, ¿Y quién sería?

Jaz: ¿Es necesario que lo diga?

Jaz: Vos, Flor. Vos serías mi compañía perfecta

Jaz: ¿Flor?

Flor: Vos también serías la mía

Jaz: Lo

Flor: Que ego

Jaz: Tal vez apunte esto para nuestras vacaciones

Flor: ¿El qué?

Jaz: Lo de ver películas abrazadas en mi cama

Flor: Me gusta la idea, pero creo que lo de abrazadas…

Jaz: ¿Qué?

Flor: Todavía te falta para lograr eso

Jaz: ¿Cuánto?

Jaz: ¿Flor?

Jaz: ¡Mierda! ¿Sabes que no voy a dormir pensando en eso?

Flor: Me alegra saberlo, Jazmín

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora