Capítulo 52 "Promesas"

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Siempre soñó con este día de pequeña. Recordaba como obligaba a Lucho a vestirse de caballerito para caminar por ¨el altar¨ simulado que ella creaba en su cuarto.
Ahora todo era diferente… ya su vestido no eran las sábanas blancas de su cama, ni el altar era simulado… ahora todo era real, tan real como la hermosa mujer que esperaba ansiosa a la hora en la habitación colindante.
No podían verse, muy a pesar de ambas, debido a que Gero exigía la tradición de ¨no ver a la novia antes de la boda, que trae mala suerte¨… ¿Más? Pensó Jazmín por un segundo
Se miró al espejo pensativa, se veía hermosa, tan hermosa como en sus sueños, pero eso no le importaba… lo único que realmente importaba en ese momento eran sus miedos… no miedos por casarse, no, de hecho, de eso era de lo único que estaba segura. Se quería casar con Flor, quería formar una familia con ella… su miedo era no poder disfrutar de esos sueños lo suficiente
-¿Se puede?- se escuchó tras dos golpecitos en la puerta
Jaz se volteó para ver a su querido amigo asomando la cabeza
-Vos siempre- dijo con una sonrisa mientras el cordobés hacia su entrada
-dios, te ves hermosa, amiga- dijo el chico llevándose las manos a la boca –Si fuera hetero te comería ahora mismo-
Jaz se rió de las ocurrencias de su amigo. Siempre hacia las mismas bromas, desde que eran adolescentes
-Sos re loco- dijo negando con la cabeza y volviendo su vista al espejo
-Ella ya está casi lista- dijo Gero sentándose en la cama
-¿Sí?- entusiasmada
-Dios, estás hasta los huesos por esta chica, ¿No?- dijo Gero dándose cuenta
-La amo, Gero. La amo mucho- dijo Jaz llena de sinceridad
-Se te nota… la forma en la que te brillan los ojitos cuando hablas de ella te delata por completo- dijo Gero sonriendo ante la felicidad de su amiga –Y ella también te ama… mucho-
-Lo sé. Estoy segura de su amor- dijo Jaz feliz, pero de repente un punzada en su cabeza la hizo detenerse y sujetarse a la silla que estaba junto a ella
No, no de nuevo, pensó tratando de recomponerse
Al verla así Gero rápidamente se acercó para ayudarla lleno de preocupación
-Colorada, ¿Qué pasa?- decía tratando de volverla en sí -¿Qué te ocurre? Voy a buscar ayuda-
-¡No!- lo detuvo Jazmín con las pocas fuerzas que le quedaban –Ya se me va a pasar- pero no pudo terminar la frase cuando sintió como un líquido caliente ascendía por su garganta y salía de su boca
Comenzó a vomitar en el suelo, sintiendo como algo sumamente caliente  y con sabor a óxido rasgaba su garganta y se llevaba un poco de su energía
Gero la sujetó y la llevó hacia el baño, donde la acomodó para que siguiera vomitando, sumamente preocupado debido a que el contenido de su vómito no era usual… el color rojo le hacía sospechar lo peor
Jaz se levantó de delante del retrete y fue al lavamanos. Se enjuagó los restos que quedaban y un suspiro frustrado salió de sus labios al ver como había quedado su vestido
-Jazmín, eso era… eso era…- dij9o Gero temeroso mirando el contenido
-Sangre- dijo Jaz tajante. Sabía muy bien qué era y cuál era la causante de eso -Sí, Gero, era sangre- apoyándose llena de rabia sobre le lavamanos
-Pero… ¿Llamo un médico?- preguntó confundido
-No, es normal-
-¡¿Normal?! No  me jodas, Jazmín. Normal es que llueva, que salga el sol, pero esto… ¿Qué sucede?-
Jazmín miró el suelo deseando no tener que contárselo as u amigo. No deseaba volver a darle esa terrible noticia a uno de sus seres queridos.
-Me estoy muriendo- susurró tan débil que Gero no logró escuchar
-¿Qué?-
-Que me estoy muriendo, Gerónimo- dijo en un tono de voz más grave y decidido, se irguió para mirarlo a los ojos –Me estoy muriendo-
Los ojos de Gero intercambiaron de lugar en varias ocasiones. No entendía, no asimilaba la información que por más irreal que pareciese su amiga le estaba diciendo
-Dejate de joder, Jazmín. Dale- dijo riendo sin humor. Deseando con todas sus fuerzas que solo fuera una mala broma de su amiga. La colorada negó con la cabeza sin coincidir sus ojos con los del chico –Me tengo que sentar- dijo dejándose caer en la elevación que separaba la bañadera de los demás elementos del baño
Jaz lo miró con los ojos humedecidos. Odiaba dar esa noticia,. En su mente aún seguían grabadas las miradas de cada uno de sus seres queridos cuando se enteraron de su destino. Recordaba los ojos llenos de lágrimas de Javo, la mirada llena de dolor de Elena, la desesperación e incredulidad de Lucho, el horror en los de su padre… la tristeza en los de Flor.
Y ahora estaba ahí, de nuevo, teniendo que decirle a alguien que amaba que posiblemente esa fuese la última vez que se verían
Se acercó a Gero que no sabía cómo actuar, qué decir… tomó sus manos y se puso a su altura
-Gero, mírame- dijo apretando su agarre –Está bien. Estoy bien-
-¿Cómo? ¿Cuándo?- tratando de entender
-Hace más de cinco años que lo sé. Tengo un tumor cerebral, que al parecer ya está haciendo de las suyas dentro de mí- dijo Jaz sonriendo, tratando de calmar a su amigo
-¿Cómo puedes sonreír? Te estás muriendo, Jazmín- dijo sujetando sus mejillas
-Sí, lo sé. Y yo acepto- dijo convencida. Porque era cierto, aceptaba su eminente muerte, no le temía… lo único que no aceptaba era tener que despedirse de Flor tan pronto
-¿Y te vas a casar así?- preguntó Gero recordando a la morocha que estaba en la habitación de la cabaña de al lado
Jaz asintió secándole las lágrimas –Flor sabe… y aceptó casarse conmigo aún así. Nos amamos, Gero. Flor es el amor de mi vida, y estoy segura de que quiero pasar lo que me queda en este mundo a su lado. Haciéndola feliz-
-¿Por eso tenías tanta prisa por casarte con ella?-
-Sí, como ves… voy contra reloj-

Media hora más tarde, Flor fue llevada por Mateo hacia el río, donde Gerónimo había montado un pequeño altar. Todo estaba hermoso, tan natural y sencillo que era mágico. Flor llevaba un vestido blanco, con un escote marcado pero muy elegante. Y su cabello era adornado por una tiara de flores blancas. Parecía un hada
-Te ves hermosa- dijo Mateo mientras se acercaban
-Gracias- dijo flor sin ni siquiera mirarlo. Estaba embobada mirando el hermoso lugar
-Jazmín tiene mucha suerte de tenerte- dijo Mateo nuevamente mientras colocaba los últimos detalles
-No, yo soy la afortunada por tenerla a ella-
-Creo que tengo que darte la razón- dijo Mateo esta vez apartando la vista de Flor y centrándola en aquella hermosa diosa que se acercaba de mano de su jefe
Jazmín se acercaba de manos de Gero. Llevaba su pelo suelo como antes, pero esta vez no llevaba vestido. Había tenido que cambiarlo por un juego de pantalón, muy elegante. Que la hacía verse aún más hermosa, si es que eso era posible.
Flor se volteó y al verla así una sonrisa llena de amor se dibujó en su rostro, dándose cuenta de que esa imagen se le quedaría grabada en su corazón y en su memoria toda su vida.
-Acá te la dejo- dijo Gero risueño entregando a su amiga
Flor tomó de la mano a Jaz llena de amor y dejó una leve caricia.
-Te ves  hermosa- dijo una vez frente a ella
-Vos sos la que estás hermosa- dijo Jaz robándole un beso
Sus ojos seguían cerrados cuando se separaron, quería disfrutar del beso
-¿Lista?- dijo con una sonrisa
-Más que lista- afirmó Flor con la misma cara de boba enamorada

Gero inició la ceremonia con las típicas palabras que se dicen en estos casos, pero ninguna de las dos lo escuchaba, solo escuchaban el latido constante de sus corazones
-¿Los votos?-
-Yo… yo empiezo- se adelantó Jazmín
-Adelante-
-Flor, yo… yo nunca pensé que iba a amar tanto a una persona, que iba a necesitar tanto de alguien para poder vivir. De hecho, había renunciado al amor. Pero todo eso cambió el dñia en que te vi llegar al Tigre. Tan linda, con esa carita de niña inocente, con esa sonrisa y esos ojos curiosos que me analizaron de arriba abajo- ambas rieron –Desde ese día algo en mí supo que eras especial, que ibas a ser un antes y un después en mi vida… y lo fuiste. Me la devolviste. Me devolviste las ganas de vivir, me salvaste, me hiciste darme cuenta de que si había esperanza. Por eso y por miles de cosas más te amo, Florencia Estrella. Y no me importa el tiempo que nos quede, o lo que vaya a pasar… solo quiero que sepas que- las ganas de llorar no la dejaban casi hablar – Que te amo, y que siempre te amaré… y cuando… cuando ocurra-
-Jaz…- no quería dejarla terminar la frase
-Cuando ocurra no quiero que te sientas sola. Porque yo estaré contigo siempre- llevó la mano a su corazón –Acá-
-Siempre- dijo Flor antes de lanzarse a los labios de su novia
El beso fue suave y delicado, solo duró unos segundos, pero ambas sintieron que sellaban una especie de juramento con él
-Yo antes no sabía qué era vivir, Jazmín. No sabía que era ser feliz, que era arriesgarse… no sabía nada. Mi vida apestaba no tenía sentido. Hasta que llegaste tú… con tu chulería natural, con tus locuras, con tus malos chistes- ambas rieron –vos me ensañaste a vivir, a disfrutar de la vida, a amar… vos fuiste la que me salvaste, la que me sanaste… con tus besos, con tus caricias, con tu forma única de mirarme… sé que esto… bueno, sé muy bien lo que puede pasar… pero no me importa, quiero estar contigo. Quiero devolverte los momentos felices, quiero ser yo la que te cure esta vez. Quiero que me sigas enseñando como vivir-
-Prometo amarte siempre, Florencia Estrella-
-Prometo amarte siempre, Jazmín del Río-

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora