Capítulo 18 "Día 5: Brindis"

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Día 5: Brindis
Era casi medio día, y el sol pegaba más débil que de costumbre en el Tigre. Dentro de la Estrella una confundida Florencia miraba al techo. Se sentía culpable, mala hermana por lo sucedido con Carla. Tal vez no debía haber sido tan cruel con su pobre hermanita, pero es que simplemente no se aguantó. Ya estaba cansada de tener que dar explicaciones de su vida privada. Siempre era así, tal parecía que todas podían hacer lo que quisieran menos ella.
Por otro lado su mente también divagaba en el recuerdo de la colorada. Aún no se creía lo que recién había sucedido entre ella. Si cerraba los ojos, Flor estaba segura de poder sentir aún las manos de Jazmín alrededor de su cuerpo, su piel suave, sus labios… todo en ella la tenía completamente fuera de sí misma.
De a poco sus ojos comenzaron a cerrarse, era demasiado por un día y lo que realmente deseaba era quedarse dormida con la esperanza que al despertar todo fuera más tranquilo. Sus ojos se estaban cerrando y su respiración se hacía cada vez más pesada, cuando de pronto el sonido de su móvil sonando la hizo salir de la entrada del mundo de los sueños.
Miró hacia la mesilla donde este estaba, sabiendo a qué se debía el sonido… era un mensaje. Se inclinó un poco para tomarlo y su cara cambió por completo al ver quién era.
Jazmín: Hola, hermosa. ¿Cómo está todo?
Flor: Más o menos
Jaz: ¿Tu hermana?
Flor: Sí, digamos que no se ha tomado muy bien las cosas
Jaz: Lo siento si fue mi culpa.
Flor: No, nada que ver. En realidad fue mía. Abrí demasiado la boca. Ese es mi problema. A veces me paso
Jaz: Estoy segura de que no fue tan grave
Flor: Eso espero
Jaz: Oye, ¿Estás ocupada?
Flor: No, estoy en mi cuarto. ¿Por?-
Jaz: Es que necesito que vayas a un lugar. ¿Recuerdas el muelle?
Flor: Si...
Jaz: Pues te espero ahí en treinta minutos. Apúrate
Flor: Jaz...
Jazmín se ha desconectado
Sonrió y ladeó la cabeza hacia un lado debido a la ocurrencia de la colorada. No sabía muy bien qué tramaba pero seguramente viniendo de ella sería algo bueno, algo que sin duda le haría mejorar su estado de ánimo.
Se levantó rápidamente de su cama, dirigiéndose hacia el armario. Ahí tomó una remera de color negro, y unos shorts, y tras colocarse unos tenis salió de su cuarto mientras se recogía el pelo en una coleta. Quería ir sencilla, tampoco quería parecer una desesperada.
Bajó las escaleras con la mirada hacia abajo, lo menos que quería era tropezarse con su hermana y que le arruinara nuevamente el día. Pero al bajar para su sorpresa no había nadie, al parecer Carla se había salido, pues no había rastros de ella. Encogiéndose de hombros pensó que era lo mejor, y sin más salió de La Estrella.
Caminó unos metros hacia el puente, donde la esperaría Jazmín. Pero con cada paso sentía su corazón latir de prisa. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué le causaba tanto miedo ahora ir a ver a la chica? Tantas cosas pasaban por su cabeza ¿Cómo sería a partir de ahora? ¿Cómo se saludarían? Dios, sentía sus mejillas arder.
Paso a paso, llegó a su destino y al estar cerca de este pudo divisar la imagen de Jazmín recostada a una de las barandillas esperándola. Jaz llevaba el pelo suelto, lo que hacía que se viera realmente hermosa cada vez que este volaba al viento. Flor la miró de arriba abajo, fijándose en aquel par de piernas que se veían más que definidas gracias al corto short que esta traía.
Al notar la presencia de Flor, Jaz se fue acercando a ella con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que Flor solo miraba embobada la parte descubierta de su abdomen.
-Hola- dijo  Jazmín una vez frente a ella y tras esto se inclinó para dejar un suave beso sobre casi la comisura de su labio
-Hola- respondió Flor con una sonrisa tímida en su cara. Podía jurar que sus cachetes estaban color fuego ante la presencia de esta chica
Jaz se separó de a poco de su cuerpo, y de repente su sonrisa se desvaneció, lo que hizo preocupar a la morocha.
-Sígueme- dijo Jazmín tomándola de la mano y sin darle oportunidad la arrastró fuera del puente
Caminaron unos metros, hasta que Flor se dio cuenta de que Jazmín se dirigía hacia unas rocas muy cerca de la orilla. ¿A dónde iban? ¿Qué pretendía la colorada?
-Jaz, ¿A dónde vamos?- preguntó pero la chica solo continuó caminando –Jazmín, por favor. Decime a dónde vamos. ¿Qué pasa?- confundida por la actitud de la chica
Unos pasos más y la colorada se detuvo haciendo volver su impactante sonrisa
-Lo que pasa es que llegas tarde- dijo señalando una dirección –Y se me calienta el vino-
Al mirar en la dirección indicada Flor sintió que le faltaba el aire de la emoción. Ante ella entre aquella rocas había una manta lista para un picnic, acompañada por copas y una botella de vino.
-¿Qué es esto?- preguntó Flor sin siquiera respirar
-Es mi regalo para vos… Bienvenida al día 5- susurró Jaz muy cerca de su oído
Al oír esto Flor no se contuvo y casi como un acto reflejo se lanzó a sus brazos dejando un pequeño beso en sus labios. Fue mínimo y rápido, pero todo esto causo estragos en el interior de ambas.
Al notar lo que había hecho, Flor bajó la cabeza avergonzada, pero ni siquiera pudo reaccionar cuando sintió las delicadas manos tomar su cuello y halarla hacia ella para sumergirla en un profundo beso.
Jaz ya no aguantaba más, hacía esa boca suya ese día o perdería la cordura. En un principio el beso no fue correspondido, debido a la sorpresa, pero al ver que esta no se detenía, Flor se dejó llevar por aquellos deliciosos labios.
Eran tan suaves. Nunca pensó que unos labios podían sentirse tan bien como se sentían los de Jazmín. Era único es contacto, de eso estaba segura, estaba totalmente segura de que con nadie llegaría a sentir esos fuegos artificiales que sentía cada vez que Jazmín la tocaba, la miraba y ahora la besaba.
Dejándose llevar por sus impulsos, Flor dejó que sus dedos se colaran en sus largos cabellos y haciendo una leve presión profundizó el beso. Jaz llevó sus manos hacia las caderas de la morocha, donde con sus pulgares dejaba leves caricias.
De pronto la lengua de Jazmín  entró en acción, lo que provocó el más grande de los placeres en la morocha, la cual se preguntaba si Jazmín sería tan buena con su lengua en ambos sentidos.
La cosa ya estaba subiendo de temperatura, cuando Jazmín fue la que decidió romper el contacto de a poco. Con sus frentes unidas y sus respiraciones agitadas ambas comenzaron a reír debido a lo que habían hecho. Ninguna se lo creía.
-Disculpa… es que… si no lo hacía de nuevo creo que iba a morir-confesó Jaz con esa sonrisa en su rostro
-Vos podes darme los besos que quieras, Jazmín- dijo Flor antes de ser ella por primera vez la que atacara de esa forma los gruesos labios de la colorada
Beso tras beso, cayeron en sobre la manta, donde Flor se colocó sobre Jazmín. Sus labios no se separan ni para tomar aire, parecían fundidas una a la otra. Las manos traviesas de Jazmín comenzaron a acariciar los costados del cuerpo de Flor, mientras la morocha se movía casi inconscientemente sobre ella. La cosa estaba tomando un color rojo intenso, y Jazmín sabía muy bien a dónde las llevaría, por lo que controlándose comenzó a alejar a Flor de su cuerpo.
-Creo que… creo que será mejor que comamos- dijo como pudo
Al oír esto Flor se dio cuenta de la situación en la que estaban, y llena de vergüenza se levantó del cuerpo de Jaz. Ella ni siquiera se había dado cuenta de lo lejos que se había dejado llevar.
-Sí, creo que será lo mejor- rió nerviosa
Jazmín sacó unos emparedados y sirvió el vino en aquellas copas, para luego comenzar con su nueva manía favorita: observar comer a Flor.
Realmente le fascinaba lo tierna que se veía la morocha mientras comía, parecía una nena de cinco años.
-¿Siempre va a ser así?- preguntó Flor de repente
-¿El qué?- saliendo de su estado de hipnosis
-Esto… yo como y vos me observas- comentó haciendo enrojecerse a Jazmín
-Lo siento, yo solo…- nerviosa
-Me gusta- finalizó Flor dando otro mordisco a su sándwich pero sin apartar la mirada de la colorada, la cual solo tomaba vino
-A mí también me gusta- dijo Jazmín mordiéndose el labio inferior
Tras un rato, Flor terminó de comer y se acercó aún más a la colorada con una mirada curiosa, la cual causó la risa de Jaz.
-Pregunta lo que quieras preguntar de una vez- dijo Jazmín descubriendo sus intenciones
-¿Cómo es a partir de ahora? ¿Cómo se hace?- preguntó la morocha apenada
-¿El qué?-
-Esto- señalándolas a ellas dos
-Como vos quieras, Flor…- dijo Jaz acercando su mano a la mejilla de la chica y acariciándola con dedicación –Todo sigue como vos lo desees-
-Yo deseo que siga- dijo Flor clavando su mirada en sus labios
-Yo también- dijo Jazmín y en menos de un segundo sintió nuevamente los labios de Flor junto a los suyos. Era un beso lento, calmado, y necesario
De a poco Jaz se separó una vez más y se acostó en el suelo, indicándole a Flor que la acompañara. La morocha se recostó a su cuerpo con lentitud y cuidado, no quería apresurar las cosas, y muy pronto sintió las manos de Jaz envolverla en un abrazo
-Me gusta tenerte así- confesó la colorada mirándola directamente con esas esmeraldas que tenía como ojos
-A mí me gusta estar así- dijo Flor y le dejó un pequeño pico –Se siente tan… especial-
-Es que lo nuestro es especial ¿O no?-
-Sí- rió Flor –Y tanto…-
Jazmín se le quedó mirando unos segundos embobada. Le gustaba eso. Le encantaba perderse en la belleza de aquella chica que tenía frente a ella. Dejándose llevar por sus impulsos acercó su mano hacia el rostro de Flor y comenzó a acariciar su mejilla, haciendo estremecer a la chica ante el contacto
-Sos hermosa ¿Sabías?- dijo perdiéndose en ella
Flor abrió los ojos y una divertida risa se escapó de su boca
-Exagerada. No soy hermosa. Vos lo sos- dijo Florencia
-No, no… en serio, Flor. Vos sos la mujer más hermosa que he visto en mi vida… sos especial, sos única. Desde que te vi me gustaste- confesó la colorada acercándose de a poco hacia sus labios
-Debo confesar que vos también me encantaste desde que te vi por primera vez- dijo la morocha sonriendo nerviosa
-Dios, ¿Qué me has hecho, Florencia?- exclamó Jaz antes de lanzarse sobre ella y comerle la boca
Esta vez no era un beso cariñoso, ni fino… predominaba el deseo y la lujuria en él. Jazmín se moría por sentirla, se moría por hacerla más suya… no solo su boca. De la boca de Flor salían numerosos gemidos… nadie la hacía sentir como Jazmín lo hacía.
Jaz estaba por tomar las riendas de la situación y llevar este beso a otros niveles como estaba acostumbrada a hacer en numerosas ocasiones, pero entonces recordó algo… Flor no era como las otras, ella era única… ella era su preciada Flor, la cual debía cuidar y amar como nunca antes lo había hecho. Por esta razón Jazmín comenzó a frenar la intensidad del beso, convirtiéndolo en uno cariñoso y delicado, pero sin dejar que perdiera la pasión.
Estaban más que sumidas en aquel delicioso beso, cuando Flor tuvo una sensación rara. Ese tipo de sensación que uno tiene cuando algo malo está a punto de suceder, y esto fue acompañado por la sensación de ser observada
Sintiéndose rara se fue separando de Jazmín poco a poco, para alzar su vista y mirar asustada hacia sus alrededores, como buscando algo
-¿Qué pasa?- dijo Jazmín con la respiración entre cortada por el beso
Flor la miró y no pudo evitar sonreír al ver todo su labial corrido, y sus labios hinchados por lo recién sucedido, pero se volvió a centrar en su sensación
-Nada, es solo que… me pareció que nos observaban- le dijo mirando hacia todos lado
-¿Observaban? ¿Quién?- dijo Jaz reincorporándose
-No lo sé. Fue solo un sentimiento- dijo Flor y ahí Jaz ladeo la cabeza de un lado a otro
-Ya entendí, Flor. Tranquila- dijo sentándose
-¿El qué?- preguntó Flor confundida
-Es normal que sientas vergüenza ahora. A mí también me pasó, y me parece bien que quieras mantenernos en secretos en un inicio. Quiero que sepas que yo no te voy a obligar a nada y…- comenzó Jazmín con su alegato, el cual fue detenido por los dedos de Flor sobre su boca
-Shhh… Deja de hablar- Jaz asintió sorprendida –No siento vergüenza de lo nuestro. Para nada-
-¿De verdad?- dijo Jaz sorprendida
-¿Cómo puedo tener vergüenza del motivo de mi felicidad?- dijo Flor haciendo sonreír como nunca a la colorada, a la cual ya se le escapaba una lágrima de la emoción –No siento vergüenza de nosotras, Jaz. Lo que siento por vos es tan bello y tan fuerte que no puede ser motivo de vergüenza ¿Ok?- Jaz asintió emocionada –Es solo que de verdad me pareció que alguien nos miraba… pero al parecer solo fue una impresión-
Jaz miró hacia los alrededores, pero solo pudo ver unos autos cerca de ellas… ninguno reconocido
-Sí, es solo una impresión- le dijo volviéndola a acercar a ella –A parte, si alguien nos mira ¿Qué más da? Que vean lo bello que es lo que tenemos- y volvió a unir sus labios
Esta vez fue un beso corto, y tras esto volvieron a su antigua posición: Flor acostada entre los brazos de Jaz. Estuvieron así unos minutos en silencio, sin necesidad de decirse nada, solo con el sonido de sus corazones como música de ambiente.
-Yo siempre lo supe- confesó Jaz mirando hacia el cielo
-¿El qué?- apoyándose en su pecho para mirarla
-Que serías mi mejor verano- confesó la colorada robándole una sonrisa a Flor, la cual casi inconscientemente llevó la mano a su cuello en busca de aquel colgante, pero se sorprendió al no encontrarlo
-¿Buscabas esto?- dijo Jaz metiendo la mano en su bolsillo y mostrándole aquel colgante con la palabra Summer –Verano… Mi verano-
-Siempre- sonrió Flor y Jaz la hizo levantarse para colocarlo nuevamente en su cuello, de donde nunca debió haber salido
-Listo- dijo una vez colocado –Ahora volverás a ser mi verano, Florencia Estrella- dijo dejando un pequeño besito en su nariz
-Nunca dejé de serlo, Jazmín del Río- dijo Flor besándola suavemente
Jaz se quedó con los ojos cerrados disfrutando del contacto, cuando se alejó de la chica para tomar su copa de vino
-Te propongo un brindis- dijo Jaz alzando su copa y entregándole la de Flor
-¿Por qué?-
-Por vos- dijo Jaz tratando de brindar pero Flor alejó la copa antes de que pudiera chocarla
-No, por mí no- Jaz la miró confundida –Por nosotras- dijo y ahora sí que chocaron las copas
-Por nosotras- coincidió Jaz y sin perder más tiempo probó aquel vino que ahora descansaba sobre los finos labios de su morocha. Los cuales se habían convertido en su lugar favorito en el mundo
Eran felices, a pesar de todos eran felices… se amaban, y al fin y al cabo en esto consiste el amor. En vivir el presente sin importar lo que les pueda deparar el mañana, con tal que sigan juntas. Por primera vez Flor no pensó en el futuro, solo se dejó llevar. Mientras que Jazmín por primera vez había logrado olvidar su terrible pasado y futuro.
Pero a solos unos metros de ahí, desde un jeep de color fuego, una rubia llena de rabia maldecía una y otra vez  a la pareja. Los puños de Elena se aferraban con fuerza al volante al ver aquella escena. Su Jazmín… porque era de ella, estaba besando a otra chica… a una extraña, alguien a quien acaba de conocer… ¿Acaso esa sería su reemplazo? ¿Ella sería su nuevo verano? Si era así, Elena se encargaría de que no durara mucho tiempo. Ella amaba a la pelirroja, y no la iba a dejar tan fácil.

NOTA
A las 100 vistas y 10 votos subo los demás. Besos a aquellos que leen esta hermosa historia, la cual no va ni por el principio... 😂😂😂 MuAKIss a todos

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora