Capítulo 25 "Corazón egoísta"

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Vacío,  miedo,  desesperación todo esto era lo que sentía Jazmín del Río en esos momentos.  Miedo a perder la única cosa buena y linda que le había pasado en los últimos años...  Flor...  Su Flor.
Todo por culpa de una tonta confusión,  de algo que debió resolver hacía bastante tiempo...  Por culpa de su cobardía,  del temor de su reacción al decirle lo que había escondido realmente tras ese tonto juego de los veranos.
Corrió lo más que pudo con la intención de parar a Flor antes de que llegara a casa,  pero al salir al sendero se desesperó al ver que no había rastro de ella. 
Pensando en que sería el primer lugar en donde la morocha se refugiaría fue a La Estrella.
Sus manos temblorosas,  la mirada perdida...  Estaba nerviosa,  demasiado nerviosa.  No sabía que decir,  no sabía cuál sería la palabra correcta para justificar lo que había hecho con su vida en esos últimos años.  Temiendo a que Flor al igual que el resto no entendiera la dolorosa pero necesaria decisión que había tomado con su vida.
Tomando valor tocó el timbre de la Estrella y en menos de un minuto la figura de Carla se dibujó ante ella.
-Hola- dijo mirando al suelo.  Preparándose para la remienda de Carla, conociendo a la Estrella ya seguramente sabía todo lo recién sucedido entre ellas
-Eh,  ¿no estaba Flor con vos?- dijo Carla sorprendida al abrir y encontrarse con la silueta arrepentida de la colorada
Al oír esto Jazmín el interés que estaba teniendo en el suelo de aquel porche se desvaneció pero no sus miedos, y  levantó la cabeza de inmediato para mirar a Carla con el ceño fruncido
-¿No está acá? - sorprendida
-No,  ¿por qué?  ¿Pasó algo? - dijo Carla dándose cuenta de la cara de pena que cargaba la colorada
"¿Dónde estás?¨ Pensó la colorada realmente preocupada.  Flor no estaba nada bien después de lo sucedido,  y temía lo peor.  No es que Flor se fuera a suicidar o algo por el estilo,  pero lo que sí podría hacer era irse de aquel lugar y dejarla para siempre.
El miedo llenó el corazón de Jazmín,  pero entonces reaccionó.  No se podía irse sin Carla,  sin sus cosas.  ¿No?  No podía dejarla así
-Jaz...  Jazmín...  ¿Estás bien? - dijo Carla sacándola de su estado de trance -¿Qué te pasó,  boluda?  Te quedaste colgada-
-Sí,  sí,  perdón.  Es que...  Nada,  cosas mías- dijo tratando de no notarse preocupada y muerta de miedo
-¿Segura? - analizándola con la mirada
-Sí,  re.  Che,  sí Flor aparece o llama...  ¿Me puedes avisar?  Necesito hablar con ella... -
-Ok,  ¿pero qué pasa?  ¿Discutieron? – preocupada
-No,  no.  Nada serio.  Solo una tontería  no avisas,  ¿ok? – dijo Jaz forzando una sonrisa para aliviar la situación
-Ok,  ve tranquila- dijo Carla aún desconfiada
Jaz bajó de porche  con miles de preguntas en su cabeza, cuando volvió a sentir la voz de Carla
-Jazmín-
-¿Qué? - girándose a verla
-Sí vuelves a hacerle daño a mi hermana te mato,  ¿oíste? – dijo la Estrella tratando de sonar amenazante y señalándola con el dedo para imponer más
Jaz sonrió ante aquel comentario.  Aunque no estaba segura de qué responder.  Ya le había hecho daño a Flor y sí seguía con ella terminaría por hacerle más daño...  Aunque estuviera fuera de sus manos.
-No,  no lo haré-  y sin más continuó con su camino, dejando a una más tranquila Carla sentada en el porche de La Estrella
No supo bien cuánto caminó,  pero cuando se vino a dar cuenta ya el sol estaba desapareciendo y el cielo estaba un poco más nublado de lo normal
-¿Dónde estás?- murmuró una vez al lado de viejo muelle mirando hacia todos lados.  La desesperación se veía claramente reflejada en sus ojos  color esmeralda,  los cuales estaba algo rojos debido a las caprichosas lágrimas que habían escapado de ellos.
Caminó un poco más hacia la punta de muelle,  entonces fue que la vio.  Allí a unos pocos metros de dónde estaba,  se encontraba su morocha.
Estaba sentada en la orilla,  con sus manos abrazando su encorvado cuerpo y la cabeza apoyada en las rodillas.  Se veía tan hermosa...  Tan triste.
El corazón de Jazmín se estrujó al verla de esa forma,  con la mirada perdida,  pensativa... Se maldijo una y otra vez al darse cuenta de que ella era el motivo de su sufrimiento.
-Espero que algún día me perdones,  mi amor- murmuró mientras la miraba hipnotizada.  La amaba.  La amaba con toda su alma,  por eso sabía que lo mejor para ella era alejarse...  Pero no podía...  Desde el día uno en que conoció a Florencia supo que su alma se había aferrado a su ser y sus ojos a su sonrisa…. Una sonrisa que se había empeñado en conseguir, pero que hasta ahora por culpa de sus errores solo había conseguido borrarla
Haciéndole caso a su corazón e ignorando lo que le decía su cabeza Jazmín comenzó a caminar en dirección hacia la morocha. Estaba nerviosa, inquieta. No sabía bien qué decirle, pero sin duda lo único en lo que podía pensar era en tenerla entre sus brazos
Mientras, Flor se perdía en la corriente del agua.  Trataba de no pensar en nada,  solo en observar aquella cristalina agua que mojaba sus pies.
No quería sufrir...  Solo quería ser feliz...  Junto a ella.  ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?  ¿Por qué Jazmín tenía que ser tan complicada?
La constante imagen de Elena a su lado...  Imaginársela como su verano la mataba por dentro. 
También pensaba en el dolor de la rubia,  en su mirada llena de tristeza con la que hablaba al referirse a Jazmín.  Sin duda Elena estaba enamorada de Jazmín,  mientras que la colorada solo la ignoraba.
¿Pasaría igual con ella?  ¿Jazmín la ignoraría una vez se aburriera de ella?  Todo esto azotaba su cabeza una y otra vez...  Le mataba imaginarse a Elena besando aquellos labios que sentía ya como suyos
De pronto sintió la presencia de alguien a su lado.  No siquiera se volteó a vez,  sabía exactamente quién era...  Ese cálido aroma solo lo podía tener una persona
No dijeron nada,  solo se quedaron ahí...  Una sentada al lado de la otra con la mirada pérdida en el río
-Perdón- la vez ronca de Jazmín fue la que rompió el silencio
-No...  La que te debe pedir perdón a vos soy yo- dijo Flor provocando que Jazmín la mirara con urgencia
-¿Vos?  ¿Por qué? - confundida
-Por comportarme como una mina insegura...  Por haberte hablado así...  Por no haber dejado que te expliques...  Por huir de vos- dijo y su voz sonaba cada vez más quebrada
Para ese entonces amabas tenían lo ojos humedecidos y sus labios temblaban de las lágrimas que trataban de retener en vano
-No,  Flor- dijo Jaz con la voz llorosa mientras se acercaba más -Vos no tienes que pedir perdón por nada...  Yo fui la imbécil,  yo fui la que provocó esto...  Debí haberte aclarado las cosas hace mucho tiempo y no lo hice por miedo...  Por miedo a perderte-
Flor la miró por unos instantes... Concentrándose en aquella pequeña lágrima que desaparecía por su barbilla
- Yo...  Yo en este tiempo he hecho cosas de la cuales me arrepiento... De la cuales no me siento para nada orgullosa...  Yo...  He tenido otros veranos- confesó bajando la cabeza, aunque para Flor esto ya no era una sorpresa. Se lo imaginaba
-¿Cuántos? - preguntó Flor con la voz ronca
-¿Qué? - se detuvo a mirarla un poco fuera de juego  no se veía venir esa pregunta. Se esperaba un reclamo, un puteada  pero no esa pregunta ¿Cuántos?
-¿Cuántos fueron,  Jazmín?  ¿A cuántas chicas destrozaste? - su voz salía fría,  dolida
Jaz la miró por unos segundos.  No sabía que responder.  Ni ella misma sabía cuántas chicas había pasado por sus manos en esos años.  La vergüenza,  el arrepentimiento fueron sentimientos que abordaron la cabeza de la colorada y su corazón.
-No lo sabes,  ¿verdad? - dijo Flor entendiendo su silencio
-No... - bajó la cabeza huyéndole a la mirada inquisidora de la morocha
-O sea,  que las usaste y luego la desechaste como si no fueran nada importante,  como si no tuvieran sentimientos...  ¡¿Vas a hacer eso conmigo también?! – en la mirada de Flor se notaba el miedo, el desprecio, la decepción
-No,  Flor...  Yo nunca...  Nunca te haría daño...  De hecho,  a esas chicas tampoco se los hice-
-Sí,  y yo ahora de boba te creo- dijo irónica rodando los ojos
-Es la verdad- sujetó su manos con fuerza,  pero al ver la mirada asesina que le dio a su agarre se alejó -Yo no rompí, no utilicé a esas chicas...  Ellas fueron mis verano y yo el suyo...  Al acabarse el tiempo ellas volvían a su vida y yo me quedaba acá...  Como una loca anécdota de sus vacaciones-
-¿Y Elena? -
-¿Qué pasa con ella? - confundida
-Se nota que sufre...  Ella te ama y tú no haces nada más que rechazarla...  Ella se quedó...  Jaz,  si yo me quedara...  ¿Vos me rechazaría al igual que lo haces con Elena? - preguntó y Jazmín sintió como una pedazo de vidrio dañara su pobre corazón
-No...  No...  Obvio que no,  Flor.  Yo a vos te amo,  te amo de verdad...  Nunca te ignoraría,  nunca te haría sufrir...  Al menos no intencionalmente-
-¿Y a Elena? -
-Flor,  Elena es parte de mi pasado... Y si,  es la única que se ha quedado...  Pero yo dejé de amarla.  En el momento en el que...  En el que ella comenzó a querer actuar como mi dueña...  En ese momento mis sentimientos cambiaron-
-¿Vos la amabas? - la voz de Flor salió casi en una hilo de voz
-La quise...  Y mucho...  Pero no la amé...  Esto...  Esto que siento en mi corazón en estos momento solo lo he sentido por una persona,  Flor y esa persona sos vos- sus ojos verdes se conectaron con los marrones por primera vez en la tarde
-¿Por qué? ¿Quiero saber por qué lo hacías?  Era solo diversión o...? - dijo  apartando la mirada con el ceño fruncido y mojando sus pies en el agua
-No te voy a negar que me divertí,  porque si lo hice...  Pero no lo hacía por eso... – su voz sonó triste
-¿Entonces...? – confundida
-Quería vivir,  Flor...  Quería sentirme viva... - suspiró conteniendo sus lágrimas
-No te entiendo-
-No lo vas a hacer,  al menos no por ahora-
-Explícamelo- dijo en un tono casi de súplica
-Aún no,  mi amor- acarició su mejilla con temor a ser rechazada pero no fue así,  Flor recibió su caricia cerrando los ojos para poder sentirla mejor -Te juró que algún de te lo voy a contar...  Solo que hoy no-
-Yo te quiero,  Jaz.  ¿Lo sabes? – abriendo sus ojos
-Sí,  yo también te quiero-
Flor tomó su manos con fuera y se aferró a ella
-Por favor,  no me lastimes... -
Jazmín sintió como su corazón se debilitaba ante aquellos ojos suplicantes repletos de lágrimas.  Nunca una mirada había causado tanto estrago en ella,  ninguna como la que Flor le estaba dedicando en estos momentos.
¿Lastimarla?  ¿Qué hacer para evitar lastimarla?  No podía...  Sabía que tarde ojos temprano Flor acabaría sufriendo en sus manos...  Sabía que lo mejor era dejarla ir...  Pero su corazón,  aquel corazón que era sumamente egoísta en cuanto de amores se trataba se lo impedía.  ¿Como iba a dejar ir a la única persona que lo había hecho latir?
-Nunca lo haré- dijo Jazmín en una hilo de voz,  al mismo tiempo que halaba a Flor para fundirse en una abrazo con su cuerpo.  Necesitaba sentirla,  pero más necesitaba esconderle aquella culpa que se reflejaba en sus verdes ojos en esos momentos.  ¡Mentirosa,  sucia,  mala,  egoísta! Le gritaba su conciencia.  Pero al mismo tiempo su corazón egoísta gritaba con tanta fuerza que era lo único que escuchaba con cada latido era:  ¡Ama!!!

Summer (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora