- Madi, sabes que te aceptaré de todas formas, si eres lesbiana...- No termina su frase, por qué yo la interrumpo.
- No sé quién era. Pero no fue nada linda la imágen.- Trago saliva, completamente nerviosa.
El miedo me estaba apoderando cada vez más. Sentía como cada pelo de mis brazos se erizaba uno a uno, pronto mi corazón bombardeaba más sangré de la que comúnmente lo hace. Mis cuerdas vocales vibrando.
- Estaba descuartizado.- Termino por fin la frase. Toda la cafetería se sume en un silencio intenso. Todos me miran, no de una forma buena.
Se que todos creen que estoy loca, pero no lo estoy, me parece raro que todo lo que haya visto en los sueños haya pasado, pero ahora se han vuelto más macabros y si la muerte de esa persona realmente ocurre, me sentiré muy mal por no haber podido haber hecho nada para impedirlo.
- Trae tu café y vamos a sentarnos. Te espero en la mesa.- Se despide Giselle, se da vuelta, confundida y con las manos temblando, da pasos lentos hacia una mesa vacía, me espera.
Tomo mi café de una vez y me encamino a la mesa. Sin esperar nada.
- Madison...- La voz que no había presenciado hace tiempo, se estaba haciendo presente.
- No, no, no, no.- Me niego rotundamente a volver a caer.
- ¿Que pasa contigo, cría? No sabes en lo que te estás metiendo. Si sigues igual de imbécil morirás pronto...
Trato de ignorarlo. Pero me es imposible, mis manos tiemblan y no puedo moverme, ya no tengo control de mi cuerpo. Siempre ocurre esto. Todas las veces que me habla.
- Tu tiempo se ha acabado. ¿Creíste que desaparecí, eh? Estabas equivocada, estoy más cerca de lo que crees, demasiado cerca.- Su aliento rosa mi cuello y tiemblo. Lo tengo al lado mío. No me doy vuelta. Pareceré una loca si lo hago y eso es lo menos que quiero hacer. Eso daría por convocado a todos los chicos y chicas sobre mi locura. - Descifra esto...- Empieza a hablar en un idioma completamente desconocido para mi.- Uno, dos, tres...- Unas garras se entierran en mi nuca, sangre empieza a salirme de la zona, mi cabeza empieza a ser golpeada y solo logro gritar. Mi cabeza y cuerpo quiere reaccionar, pero esto siempre pasa cuando estoy con él. Me paralizo.
- ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!- Mi garganta duele, afirmo el vaso de café, hasta que este explota y cae. El agua hervida es dispersada por un lado del piso, no se cómo me deben estar mirando los demás, no quiero observarlos, no quiero comprobar su odio por mi. Respiro profundo y trato de sobrellevar la situación. Pero ya no podía más. El dolor se estaba haciendo cada vez más persistente. Mi cabeza dolía, mis oídos lo hacían, mi nuca, todo. Una lágrima recorre mi rostro. Solo una basta para que el monstruo ría. Se alimenta de mi miedo, de mi sufrimiento. Lo que dice a continuación me pone en alerta, y me hace saber que mi vida nunca volverá a ser la misma.
-Cuidado este año, Madison.
Es lo único que le escucho decir. Antes de caer fuertemente al piso y no tener conciencia de nada de lo que pasó a continuación.
☠️☠️☠️☠️☠️
Mi cabeza deambulaba en fragmentos horribles de mi vida y de mis pesadillas. Una persona se empieza a acercar a mi, lentamente, erizando mis pelos en un segundo, mi corazón palpitaba más de la cuenta. Todo para mí era demasiado borroso, una voz desconocida me llamaba, hasta que sentí unas manos sacudirme.
Abro los ojos.
Un chico está al frente mío.
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El Monstruo Debajo De Mi Cama
Novela JuvenilDesde pequeña creía que había un monstruo que vivía debajo de mi cama. Lloraba todas los noches del miedo que me daba. El tiempo pasó, me llevaron a un psicólogo, con la esperanza de que me ayudara a creer que no había nada. La cosa es... ¿Me ayudó...