Monstruo 6. "¿Él te sigue molestando?"

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Cuando por fin tocó para ir a desayunar. Sali prácticamente corriendo del aula. Giselle a mi lado, me perseguía como podía.

- ¿Donde vas?- Pregunta, sin aliento.

- A la psicóloga, tengo hora de nuevo.- Ella asiente, recordando.

- Iré a tomar desayuno. Que te vaya bien, Madi.- Me dice, para luego darme un gran abrazo e ir por su comida.

Camino rápido, sin querer encontrarme con nadie. Pero dada mi mala suerte. Pasa todo lo contrario. Me encontré con él.

Me habló.

El monstruo.

Siento una respiración pesada en mi oreja, para luego escabullirse en mi nuca.

- Por más que vayas por ayuda, nunca me olvidarás, nunca te salvarás de mi.- Respiro profundamente.

Capaz esto es falso y solo mi imaginación, como dicen los demás. Tengo que creerles y así todo estará mejor. Así yo estaré mejor.

- ¿Vas al psicólogo?- Una voz me interrumpe de mi trance.

- Ah, eres tú de nuevo. Deja de seguirme, acosador.- Le digo a Aiden, el cual solo estaba observándome con preocupación.

- ¿De verdad estás bien? No te ves bien. - Agrega y me examina. Noto como traga saliva, nervioso.

- Que buena manera de decirme fea. Indirectamente.- Dije, secamente. El ríe.

- Ya te dije, eres linda, no pienses lo contrario. - Se acerca. - Perdona. No me mates.

- Te quiero matar desde que te conocí. Créeme... - Y cuando iba a volver a ofenderlo, siento unos labios suaves y carnosos en mi mejilla. Las cuales se estaban empezando a sentir calientes.

Me sonrojé.

Y odio hacerlo.

- ¡Tonto!- Le grito y me voy furiosa a donde la psicóloga. Pero en cuanto estaba a punto de abrir la puerta. Unas personas llaman mi atención, y hacen que mi corazón se arrugue.

Axel y Alanis se estaban besando. La tenía contra la muralla descaradamente. Y en el colegio. Mi mente viaja a viejos recuerdos en los que el estaba conmigo, en los que no me ignoraba, en los que me quería y su sola presencia con la otra, hace que mis puños se apreten.

- ¿Los conoces? ¿Es tu novio?- Muchas preguntas.

- No, no es nada mío. - Digo, triste.

- No lo parece...- Murmura.

- Solo cállate. Adiós.- Abro la puerta y le cierro en la cara.

Escucho a través de la puerta como murmura palabras, que a mi oido no son entendibles.  Saludo a Marrie y empieza mi sesión.

1 mes después.

- Mi bella princesa, ¿Quieres este jugo, hecho por los dioses para una diosa?- Pregunta Joel, dirigiéndose a Giselle, la cual lo mira con desagrado. El se queda esperando su respuesta.

Este era nuestro último receso, el más largo para almorzar, antes de que empiece nuestra última clase. Siempre tomabamos jugo en la tarde y en la mañana de desayuno un rico café. Por eso, Joel, quería conquistar a mi amiga dándole un jugo. Lo que no sabe es que ella haría cualquier excusa para negarselo.

- No me gusta el jugo de piña. Sorry.- Dice. Y este se desilusiona, una vez más. De tantos rechazos no se cómo sigue intentándolo.

- ¿Te traigo uno de naranja, frutilla, manzana? El que quieras, princ...- No termina su frase.

El Monstruo Debajo De Mi CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora