Al día siguiente despierto sin ganas, bueno, nunca las tengo, sabiendo que tendré un día de mierda. Agrarro el celular y lo primero que veo es un mensaje de Giselle.
Giselle creizi:
Espero que hayas dormido bien. Te iré a buscar para que nos vayamos juntas. TKM.
La admiro. Siempre ha sido feliz, tiene una familia unida, hermanos, padres que la aman, no está sola, no como yo. Siento que mi corazón desborda sufrimiento. Me lavo la cara y observo mi reflejo. Mis labios están sin color, tengo unas ojeras que matan, además de tener el cabello súper despeinado. Me habia dado una ducha ayer en la noche, y era obvio que me quedé dormida sin peinarme. Mi cabello siempre sufriendo las consecuencias. Apenas lo toco, un puñado de cabello está en mis manos. Abro mis ojos, alarmada.
-¿Quien será el próximo?- Escucho la voz del monstruo, lejana, en un vacio, vacio como yo. Lo ignoro. Unas uñas hacen eco con la mesa. Me dirigo a la habitacion de mamá, al abrir la puerta, me doy cuenta aun mas de lo sola que estoy. Sigue en el hospital. En unas horas, o dias vendria a casa. Mi hogar está en silencio, los sorbos de café que doy son los único que retumban en las paredes. Entonces, el timbre suena, y veo a Giselle lista para buscarme. Sus ojos se abren al verme.
-Luces horrible, Madi.- Dice. Con tanta simpatia.
-Gracias. Perdón por no tener el animo de arreglarme para ir al maldito colegio. Acabo de perder a alguien, maldita sea.- Refunfuño. Mis mejillas se sienten calientes.
-No fue mi intención, hermosa preciosa... Perdoname. Sabes que estaré contigo, y no por lástima.- Hace un puchero y entra a mi casa como si fuera suya, si no hubiera pasado esto, le habria respondido, pero no tengo ánimos. Me obliga a sentarme y saca algo de un bolsito. Ay no. Su bolsito de maquillaje.
-Ni loca.-Me alejo.
-¡Vamos!-Reclama. Tampoco estoy de ánimos para oponerme, asi que simplemente dejaré que me maquille como un payaso. Saca un corrector y las aplica en mis ojeras, me aplica rimel, y me pinta los labios de manera natural, pero de posibilidad que me de color.- Listo. Bella. Ahora vamonos.- Agarro mi mochila y nos dirigimos a pie hacia el colegio. En el camino, Giselle habla.- No puedo esperar ver la cara de Aiden al verte. Se morirá con tu belleza.
-Entonces lo ignoraré.
-Creo que de verdad le gustas, dale una oportunidad al insistente chico.
- Cuándo tu se la des a Joel, osea, nunca.- Me hace mala cara y ya no habla, sabe que no hay respuesta.
El camino es silencioso, y sin ganas de llegar, entramos al colegio. Ya en la sala de clases. Aiden, Dave y Joel se encuentran hablando en sus respectivos asientos.
-¡Mi amor!- Joel se acerca a mi amiga y la intenta besar de broma. Auqneu el haga eso, se que jamás se lo daría a la fuerza.
- Aléjate, puto.- Trato de no reirme a su respuesta. Mi amiga siempre tan respetuosa.
-¿Como estas, Madi?-Pregunta Dave. Si veo preocupación en su rostro.
-Que rápido corren los rumores.- Agrega Giselle, tratando de sacarse a Joel de encima. Se sienta finalmente en su asiento, yo tambien ,siento la mirada de Aiden fija.
-Acabo de perder a alguien, bien no estoy.- Contesto.
-Que tonto eres.-Le pega Joel a su amigo.
-Perdona, Madison. - Me toma de la mano tiernamente. Ahora siento la mirada de todos.
-Ya.- Respondo. Me sonríe, triste.
-YO TE AMO, MADI.- Agrega Joel, siempre feliz.
-Ya.-Respondo.
ESTÁS LEYENDO
El Monstruo Debajo De Mi Cama
Ficção AdolescenteDesde pequeña creía que había un monstruo que vivía debajo de mi cama. Lloraba todas los noches del miedo que me daba. El tiempo pasó, me llevaron a un psicólogo, con la esperanza de que me ayudara a creer que no había nada. La cosa es... ¿Me ayudó...