Espero la caida. Pero esta nunca llega. Mi corazón palpitaba cada vez más rápido y ahora el viento parecía cada vez más sofocante. Esto era predecible.
Lentamente, abro los ojos, esperándome lo peor. Mi cuerpo emanaba calor debido a los nervios. Me cuesta ver un poco, mi vista estaba borrosa, hasta que poco a poco se va despejando y me quedo embobada viendo unos hermosos ojos color pardo. Veo como todo lo demás gira a mi alrededor.
¿Que me está pasando?
No caeré en esto.
El chico me suelta y me agarra del brazo hasta dejarme en la escalera sentada.
- ¿Estás bien?- Pregunta, me examina
- Si, gracias. - Lo miro, descubriendo lo que quiere.- ¿Quién te envió? ¿Quién eres?
Sabía que no podía confiar fácilmente en las personas y también sabía que había un motivo por el que me ayudó.
- ¿Quieres que te ayude a ir a la enfermería?- Ruedo los ojos.
- Te hice una pregunta.
- Está bien. Soy Aiden. - Se que mi expresión no es muy buena, por qué se ve incómodo. Toca mi tobillo. Sobandolo.- Yo te ayudo.
Dejo que me lleve. Tengo que aprovechar, no podía moverme, necesitaba ayuda.
Al llegar, me sienta en la camilla en la que estaba antes.
¿Como sabía donde estaba?
O solo es coincidencia.
Eso dice mi conciencia.
- ¿Te sigue doliendo?- Asiento, la verdad es que era un dolor soportable. Saca una venda y me cubre el tobillo lastimado.
- Respóndeme. ¿Quién te envió? ¿Que quieres?- Pregunto, harta de no haber respuesta.
- Me encantaría saber de qué estás hablando, pero no lo se. Solo soy un chico que vio a una bella señorita casi caerse por las escaleras, mi instinto me hizo agarrarte y ser buena persona.- Me sonríe cálidamente. Vuelvo a rodar los ojos.
- Mientes.
- No lo hago. - Hace una pausa y nos fundimos en un silencio incómodo.- Espero volver a verte.
- Yo no.
El rie. Y su risa es hermosa, pero no lo digo. No quiero creerlo. Cuando para, sigue hablando.
- Capaz nos veamos mañana. - Agrega y yo lo ignoro.- Cuídate. Adiós, Madison.- Se despide, saliendo de la enfermería.
Recapacito.
-¿¡Como sabes mi nombre?!- Grito, pero él ya no está.
¿Que mierda?
Dejo los pensamientos tontos afuera de mi, y creo lo que me dijo.
Solo es una buena persona que me salvó del ataque del monstruo.
-Sigo viva.- Digo, dirigiendome al monstruo.
Veo la mesita, donde todavía yacía la carta de Giselle. La tomo y leo lo que dice, con su letra muy poco entendible.
Estúpida.
¿Como te pasan estas cosas?
Me encantaría quedarme contigo, pero tengo que acompañar a mi madre a su tonta cena con su novio >:v
Recupérate pronto, hablamos por teléfono. Y nos vemos mañana.
XoXo :3
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El Monstruo Debajo De Mi Cama
Novela JuvenilDesde pequeña creía que había un monstruo que vivía debajo de mi cama. Lloraba todas los noches del miedo que me daba. El tiempo pasó, me llevaron a un psicólogo, con la esperanza de que me ayudara a creer que no había nada. La cosa es... ¿Me ayudó...