Monstruo 17. "¿¡Que está pasando aquí?!"

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Lágrimas escaparon de mis ojos  Mi respiración estaba agitada, y solo podía ver su cuerpo. Embelesado, sangrando y sin vida. Me sentía sumamente terrible. Algo dentro de mi se había apretado, no era una sensación linda. Lo que veía se comparaba totalmente al asesinato de Marrie.

Todo había sido mi culpa.

Mediocramente me sentía.

He vivido consumida por el miedo, me temo que no puedo hacer nada ante eso. Solo afrontar las consecuencias y mi doble moral. Tantas veces juré ser fuerte y no temer ante el monstruo, solo era una capa más que me cubría de los escalofríos que me provocaba en el organismo.

Y cuándo mi cuerpo reaccionó. Caminé hacia el, mis rodillas se dieron directo al piso, mis manos estaban manchadas de sangre. Su camisa estaba rota, dejando ver su pecho, tenía la cara demacrada, ya no respiraba, ya no estaba aquí para molestarme.

- Perdona....- Empecé a llorar sin control. Me sentía tan culpable de que toda la gente que estaba a mi alrededor salga dañada, y solo por hablarme, no se hasta qué punto quería llegar el monstruo, pero yo no aguantaba más, no iba a soportar que más gente muriese, y si para eso tenía que morir yo, lo haría, con honor, lo haría una y mil veces.

Corrí a la cocina, mi piel estaba de gallina, una voz me susurraba y soplaba al oído.

- Antes de que acabes conmigo, lo haré yo primero.- Tomé el cuchillo que estaba en la cocina.

Y corrí.

Lo que más me llamó la atención, es que estaba en un pasadizo, habían antorchas iluminando el estrecho lugar, fotos familiares, telarañas, insectos desconocidos, todo era de piedra. Hasta que llegué a un lugar construido de madera, cofres llenos de quién sabe qué, botellas con líquidos inexistentes para mí. Quería investigar. ¿Por qué en mi casa había un lugar así?

Y con el cuchillo en la mano, temblando, corté mi cuello.

Abrí los ojos. Sintiendo de todo. Toqué mi cuello rápidamente, todavía sentía el contacto de el cuchillo con mi diafragma, todavía sentía la sangre en mis manos. Mis ojos estaban tan abiertos, que temia que se salieran de su lugar. Desgarré mi cuerpo, pero ya no sentía dolor.

Empecé a sudar frío.

No podía hablar. No podía decir nada.

No podía moverme.

Y solo quería ayuda.

¿Cuándo pensé en que morir era la solución?

Y cuando menos lo esperé, con la sensación en mi cuerpo, mis piezas se movieron, mi cabeza se agitó, y yo, yo desperté.

- ¿Madison?- Aiden aparece en mi habitación, con una bandeja de comida. Me estremecí. El estaba bien, estaba sano y salvo. No le había pasado nada...

- Pesadilla....- Titubeé. En un intento de respirar.

El velozmente deja la bandeja en la pequeña mesita de mi habitación, viene hacia mí y me abraza.

- Tranquila... Todo era mentira, Madi, todo era mentira...- Me abraza cálidamente, temiendo que me rompiera en algún momento. Habla delicadamente. - Shhh...

Y gracias a Dios que me tranquiliza.

Mi voz sale en un intento desesperado.

- Gra-gracias...- Murmuro . El sigue abrazándome, pasan los minutos y no me suelta. La cordura viene a mi, y recuerdo todo lo que pasó la noche anterior. Mi grado de salud  - ¡Espera!- Lo suelto bruscamente. - Ay no...-Agarro una almohada y cubro mi cara con ella.

El Monstruo Debajo De Mi CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora