Monstruo 11. ¡NO SON SUS BRAGAS!

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Apenas pongo un pie afuera del colegio, mi celular empieza a sonar, entrando una llamada, siempre he dicho y tenido claro que no me gusta hablar por teléfono, prefiero mil veces mensajes de texto, pero este parece ser importante, no deja de sonar. Los chicos me miran, esperando que conteste, con desagrado lo hago.

-Hola.-Saludo, esperando que la otra persona hable.

-Buenos días, Madison. Soy el doctor que está a cargo de tu madre, ya se le ha dado de alta, por si te apetece venir a buscarla y comentarte un poco de su salud.- Le digo que voy en unos 15 minutos y finalmente, cuelga.

-¿Quien era?-Pregunta Giselle. Levanta una ceja, se preocupada demasiado.

-El doctor, tengo que ir a buscar a mi madre, nos juntamos otro día, en SUS casas.- Digo, recalcando el "sus", ellos rien.

-Te acompañamos.-Agrega Aiden. Los chido se levantan, y como si fueran chicle. Me siguen todo el trayecto. No me gusta estar con mucha gente tanto tiempo. Pero que más da, son muy tercos.

-¿Qué le pasó a tu madre?- Inquiere Joel. Con sumo cuidado de no ser desubicado.

-Hace poco tuvimos un accidente. Por suerte yo estoy bien, pero ella no tanto.-Hace una expresión rara. Sé que siente pena por mi.

-Lo siento.-Dice. Le sonrio débilmente.

-Ya estará mejor. ¿No crees que le moleste que vayamos? Creo que es mejor que descanse.-Agrega Dave.

-¿Para que? A ella todo le molesta, a pesar de su mal trato hacia mi, sigue siendo mi madre, el único familiar que tengo.- Se acerca y me da un abrazo. Inesperado, eso describe su acción,se queda un rato más, hasta que unas manos lo alejan.

Gracias.

-Suficiente, ella no quiere que le tengan lástima. - Inquiere Aiden, y eso es verdad.Me aleja y me deja en sus brazos. Parezco un objeto.

-Que celoso, amigo.-Rie Joel.

-¿Te gustaría que tocara a Giselle?-Pregunta, y los ojos de mi querido amigo se vuelven negros.

-Ni lo pienses.- Hace una pausa. Su semblante serio vuelve a ser el de antes.-  Ok, si, te comprendo.- Ríe nervioso.

Que extraño. 

Sus ojos.

Seguiría pensando a no ser de que Giselle me aleja de Aiden y entrelaza su brazo con el mío.

-Tontos. Es mi mejor amiga.- Sus comisuras se levantan con orgullo. Seguimos caminando por delante de ellos. 

-Su mejor amiga es sagrada, Aiden.-Le reprocha Dave, soltando una pequeña risita.

Finalmente, llegamos al destino. El doctor espera en su oficina. Mi madre sale de ahí, con su cara tiesa, el maquillaje perfecto, una cola, y un vestido ajustado, tacones de punta, siempre arreglada. Es muy hermosa pero su actitud....

Espera...

¿Quién le trajo un vestido?

El doctor termina de hablarme sobre su salud, parece estar bien. Aunque no lo veo muy convencido. Vamos a mi casa, ella no dice nada, su actitud es pacífica, característica anormal de ella.

Ella observa a mis amigos y me dice, con el ceño fruncido.

-No me pediste permiso, niña.-Riñe, con su humor de siempre.

Sabia que no duraría para siempre.

-Fue un imprevisto. ¿Estás bien, mamá?-Le pregunto, me preocupa su salud. Ella asiente y entramos a casa, de a uno.

El Monstruo Debajo De Mi CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora