EL CHICO QUE TEMÍA SALIR ADELANTE
<<Pienso demasiado en ti últimamente
¿Has estado desayunando sola como yo?
Pienso demasiado en ti últimamente
¿Es malo que espere que estés rota?
¿Es malo que desee que estés demasiado rota?
¿Que no hayas encontrado ese pez en el océano?
¿Es malo?
¿Es tan malo?>>
Moving along, 5SOSSentir la lata fría en mis manos resultaba extrañamente conciliador. Es decir, sentía que aquel molesto dolor en mi sien había empezado a amainar apenas pensé en beber un poco. Ya sé, es raro. Y sí, también sé que es ilegal. Soy menor de edad y todo ese rollo. ¿Pero quién a los dieciséis no comete estupideces? Nunca he escuchado que haya un requisito de edad para arruinar a la gente a tu alrededor. Yo no necesitaba cumplir los dieciocho para ello, ya había empezado con eso desde antes. ¿Más de un año atrás para ser exactos?
Vi a Fox dormir plácidamente en su cama, justo al lado de la mía. Me acerqué a él para ver si aún respiraba. Por supuesto que lo hacía pero, ese perro competía con mi mamá en su agudeza auditiva. Esperaba que siguiera así unos minutos más, hasta que me acabara mi cerveza. No me apetecía que Fox quisiera jugar conmigo y, terminara por derramar toda la lata mientras estaba en la sala. Mamá me castigaría hasta que acabara el colegio si llegara a siquiera oler algo de licor en el sofá. Quizás me vería obligado a actuar como un animal en cautiverio si, llegaba siquiera a percibir algo así en mi ropa.
Mejor no invoco a la suerte, que puede ser que me oiga.
Me levanté lentamente de la cama y, pateé mi mochila más allá de la cómoda. Había servido de buen refugio para las dos latas que había comprado pero, no debía correr riesgos. Me tomaría hoy una y mañana la otra. O quizás me tomara las dos hoy mismo.
Total, la ansiedad me estaba ganando.
Pero era lunes. Rayos, tal vez tendría que usar un poco más de enjuague bucal que de costumbre pero, ¿valdría la pena no? Olor a menta para tapar el de la cebada fermentada.
Desearía que pudieran existir también los enjuagues mentales. Quizás así se podrían tapar también los cargos de conciencia. O al menos esconderlos del resto momentáneamente.
Dejé la puerta de mi cuarto muy junta, para que el ruido no se colara tan fácilmente. Estaba solo a excepción de Fox. Mamá estaba trabajando y, Lucas estaría en quién sabe dónde. Me daba igual donde estuviera ese cretino. Si no fuera por mamá, ya le hubiera roto la cara apenas entró por la puerta. ¿Qué venía a hacer aquí?
¿Papá no le había dado su apoyo? ¿O el hijo preferido no estaba siendo del todo honesto con él también? ¿Acaso papá tampoco estaba enterado?
Resultaba tentador hacer aquella llamada a mi progenitor, pensé mientras tomaba asiento en el sillón para una sola persona. El sitio donde me encontraba reposando había sido el favorito de papá cuando aún vivía con nosotros. ¿Cómo pudo pensar ese bastardo que tenía el derecho a llevarse este mueble cuando se fue? Mamá tenía todo la razón para enojarse.
Reposé mis brazos en los de aquel sillón. Giré mi vista a la lata que pedía ser abierta con prontitud. Estaba sin helar pero, bueno, así tendría que ser bebida. Así que la acerqué a mi regazo mientras me disponía a levantar la pequeña pieza de metal que le serviría de apertura.
En verdad admiro que no bebas, Danny. Eso habla muy bien de tu calidad de deportista. Pero yo ya estoy lo suficientemente jodido como para hacer lo mismo ahora.
Agité mi cabeza mientras le daba el primer sorbo. ¿Por qué Luis tenía que aparecer en mi cabeza justo en ese preciso momento? Aquella vez en la fiesta de Ashley quedó tan ebrio que, agradecía a todos los santos porque sus papás le hubieran dado permiso para quedarse en mi casa aquella noche. Fue una noche afortunada el que a mamá la llamaran de emergencia del trabajo y, le solicitaran viajar con prontitud a Huancayo por unos temas con otros empleados. Solo Fox fue testigo de que tan ebrio estaba Luis. El chico llegó al punto de pedirme que le contara un cuento para dormir. Obviamente, lo mandé al infierno.
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Teen FictionA sus 16 años, Ale conocía muy bien la montaña rusa que es la vida. Solo se dio cuenta de que era popular ante la traición de su mejor amiga y ello la condenó al destierro social a cargo de la misma. Tras un largo tiempo de reflexión, ya no está di...