<< ¿Cuál es tu nombre?
¿Tienes un lugar a dónde ir?
Oh, ¿podrías decirme?
Vi que estabas escondido en este jardín. >>
The truth Untold, BTS- ¿Y qué vamos a ver?
- La piedra filosofal.
- ¿Otra vez?
- Si no quieres verla, puedes ir a tu casa en este preciso instante - dejé el paquete de galletas en mi escritorio - No te voy a amarrar para que te quedes aquí. ¡Y NO MIRES ESO! - arrebaté una de las hojas escritas a doble clara que el chico tenía en su poder.
- La verdad es que no me valoras como deberías - el puchero infantil en su rostro resultaba contradictorio en relación a su físico - Y eso te va a pesar algún día.
- Sí, claro. Y Quirrel no se lavaba la cabeza porque temía que Voldemort se pudiera ahogar - jalé una de las hojas sueltas sobre la mesa - Pero la veremos después de que termines la tarea de matemáticas - tomé el lapicero más próximo a mí y lo destapé - Siento que Vílchez está buscando cualquier pretexto para resondrar a medio salón.
- Es el tutor - se estiró tomando su mochila del suelo - ¿No es ese su deber?
- Su deber es enseñar y que los alumnos puedan comprender sus clases - tamborileé la tapa del bolígrafo entre mis dedos - Aunque tienes algo de razón. Pero tampoco puedo culpar del todo al pobre profesor. Si fuera él, tampoco aceptaría de muy buen modo que todo el equipo de básquet se salga a la hora de su clase.
- Pero el campeonato ya va a empezar. Tenemos que aprovechar todo el tiempo posible - dijo Danny mientras depositaba su cuaderno azul sobre la mesa - Ustedes también deberían hacer lo mismo.
- No - bostecé mientras ahora buscaba mi cuaderno de matemáticas.
- ¿Por qué no? - ahora tenía su cabeza apoyada en la pila de cuadernos frente a él pero mantenía su vista en mí.
- Porque no le veo necesidad - levanté un par de fólderes.
¿Dónde estaba ese maldito cuaderno de matemáticas? Juraba haberlo dejado en mi escritorio ayer después de llegar del colegio. Ni siquiera lo había abierto porque había resuelto la tarea en el colegio pero, recordaba haberlo visto. No negaré que el mero hecho de tenerlos en regados por la mesa era algo que pudiera sugerir que no estaba muy pendiente de ellos. Pero, en medio de aquel desorden, yo tenía un orden. Sí, así de contradictorio era la disposición de los útiles escolares en mi casa. Hasta el cuaderno guinda, que usualmente portaba Nikki, probablemente tenía mejor organizado los nombres de todo el colegio. Eso era algo de lo que podía estar segura, lo había visto varias veces desde que estaba en poder de Mónica. Lo que había cambiado solo era que varios nombres se habían agregado conforme ingresaban nuevos estudiantes y, la caligrafía. La letra alargada de Mónica fue reemplazada por el trazo redondeado de Nikki.
Pero, volviendo al tema principal que es mi algoritmo de distribución en mi espacio personal, ello se debía a que mi vida social había vuelto a gozar de más acción que de costumbre. Los últimos dos meses habían sido particularmente trabajosos para mí, no por los estudios sino por mi rol como co-capitana. La entrenadora había vuelto de su licencia de maternidad y tomó muy bien mi regreso. De la misma forma, también nos felicitó a Nikki y a mí por haberle aligerado el trabajo de seleccionar a las nuevas. Aún así, hizo que jugaran un par de partidos frente a ella solo para corroborar su rendimiento.
Además, el club de lectura se reunía oficialmente todos los sábados y, los entrenamientos del equipo de vóley ahora eran prácticamente todos los días. Yo no tenía problema con ello, ya que las tareas académicas no representaban gran peso para mí. Las hacía en el colegio y ya. Asunto resuelto. Las clases acababan a las 12:45 p.m. y el entrenamiento empezaba a las 4 p.m. Eso me dejaba tiempo más que suficiente para ir a casa, almorzar, leer y/o terminar algún deber que requiriera algo más elaborado que escribir en el cuaderno.
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Teen FictionA sus 16 años, Ale conocía muy bien la montaña rusa que es la vida. Solo se dio cuenta de que era popular ante la traición de su mejor amiga y ello la condenó al destierro social a cargo de la misma. Tras un largo tiempo de reflexión, ya no está di...