Actualidad Nueva York
CamilaEntré al departamento cansada. ¿Que tipo de tortura era eso?
Después de todo este tiempo mis planes cambiaban y con quejas de mi padre me decidía a abrir la empresa en Nueva York. No quería mudarme, vivir aquí en la ciudad era lo mejor que me había pasado. Me negaba a abandonar todo para regresar a Miami, aunque se molestara. Se trataba de mi vida y no iba a dejar que decidiera por mi.
Bufé. Estaba sola. Mariza se había casado hace cuatro meses y vivía cerca pero con su esposo, desde que se había marchado no tenía mucho con quién platicar. Mis vecinos no me agradaban y las pocas amigas que tenían vivían lejos.
Aunque Dinah nunca se negaba a pasar un rato conmigo, sabía que primero se quejaría por llamarla y por interrumpir su ligue de la noche.
Se escuchó un sonido en la puerta ¿Alguien tocaba? A esta hora si era muy raro.
Al abrir me topé con una chica desconocida. Vestía formal y pensé que era alguna vendedora.-Lo siento yo no he pedido nada.
Ella rió. No entendía que era gracioso.-Oh no, no vengo a vender algo, más bien vengo a presentarme.
Fruncí el ceño. No quería que la invitara a pasar o ¿Si? No entendía tampoco a donde se había mudado.
-Soy Marie, mi novia y yo acabamos de mudarnos al departamento de enfrente. Observé a la puerta. Según yo ese departamento estaba inhabilitado.
Acepté insegura su mano y sonreí de forma falsa ¿Que es lo que quería? Un pastel de bienvenida o algo así.-Soy Camila. Me presenté y dejé de tocar su mano. Me daba mala espina esa mujer.
-¿Quieres que te ayude en algo?
Pregunté cuando me cansé de mantener abierta mi puerta. Además necesitaba llamar a Dinah.-Si, si no es mucha molestia, si me regalas un poco de azúcar, tu sabes, aún no tenemos mucha comida y la necesitamos para el café.
Asentí y me di la vuelta. Esperaba que en serio se quedara afuera del departamento. Seria sosa y molesta esa chica mira que venir a pedir azúcar. Era algo tan tonto.
Coloqué un poco en una taza y se la llevé.
-Muchas gracias Camila, espero compensarlo luego, seria agradable invitarte a cenar una noche para conocernos, nosotros vivíamos en Londres, es una costumbre buena.
Asentí.-Por nada y bienvenidas, las veo luego, buenas noches.
No quería ser tan amable con ella. No quería vecinos metidos en mi vida ahora.
Ella se fue y llamé a Dinah. Me aseguró que estaría en menos de una hora ahí y que pidiera comida. Llamé para pedir italiana. La pizza y cerveza ya no eran parte de mi vida.
Esos años en Nueva York me habían obligado a vivir y comer al gusto de Mariza pero ahora que no estaba me daba un poco más de lujos. Sonreí. Recordé el motivo por el que me dolían los pies.
Por fin había encontrado el sitio perfecto y eso me encantaba. Lo había recorrido por horas. Imaginando todo en mente. El edificio era ideal para la oficina estaba a 30 minutos del departamento. Increíble. Además tenía el apoyo de Dinah, mi socia. Era también arquitecta y Mani otra amiga más ayudaría con la administración.
Cuando Dinah llego abriendo la puerta sin tocar.
La saludé con un beso en la mejilla.-Camila, por dios ¿Cuando ibas a contar que tenías vecina tan buena?
¿Buena? Marie no estaba tan buena como para decirlo. Me encogí de hombros.
-La acabo de ver salir de la puerta de enfrente y me a dado esa mirada.
Estaba emocionada y yo no lo entendía.-No se, acabo de conocerla hace unos minutos y me parece que esta bastante normal, no para exagerar y por favor olvídala, por que tiene novia.
Y era verdad la chica me lo había dicho.
En realidad buscar ahorita una vecina sexy no estaba en mis planes, ni había estado durante años. La última persona con la que estuve me había decepcionado lo suficiente. Carl, era un auténtico idiota y ni pensar en Vanessa.
Y si. Ese tiempo me habían llevado a aceptar que era bisexual. Lo había sido siempre.
Vanessa había provocado sentimientos en mi que desconocía. Pero con el tiempo pude afrontarlo. Ahora no salía con nadie. Por salud. No necesitaba que alguien más me agobiara con mis planes.-Dios, eres una asexual completa Camila, pero así te quiero ¿Como te fue hoy?
Salte de mi silla.-Lo he encontrado y mañana mismo me vas a acompañar al edificio, la empresa estará en pie en poco tiempo.
Dinah sonrió. No era tan entusiasta como yo pero al menos sabía que no iba abandonarme.
El timbre del departamento sonó otra vez. Algo molesta fui a abrir.
Mi cara cambio en segundos.-Hola, buenas noches, oye hace un rato vino mi...
No me había mirado y cuando lo hizo dejó de hablar.
Sus ojos verdes eran algo que no iba a olvidar. Me sentí asustada. Realmente asustada. Habían pasado cinco años y aún así sentía que en cualquier momento iba a soltar algo hacía a mi. Me sentí pequeña.
Sonrió pero de forma amable.
-Wow, esto si que...bueno, me sorprende un poco, demasiado tiempo sin vernos.Dinah llegó a mi lado. Sonrió de forma linda a Lauren. Le interesaba lo sabía. Mi amiga no podía disimular cuando algo le gustaba.
¿Ella en serio estaba ahí frente a mi? Era mi vecina por dios.
-¿Se conocen? Soltó interrumpiendo cualquier conversación que estuviera a punto de comenzar.
Asentí aún con el corazón acelerado ¿Le temía? O solo estaba impresionada por volver a verla. Ahí. Lucía realmente diferente. Con sonrisa linda y...
No. Ella era una loca chica acosadora o eso recordaba de ella. Me había hecho sentir humillada la última vez que la vi.-A si, del colegio. Respondió ella. Yo no había podido decir nada. Sus mejillas se enrojecieron enseguida. Yo me sorprendí. Jamás me hubiera imaginado a la insoportable Lauren Jauregui de esa forma.
-Soy Lauren.
Extendió la mano a Dinah y la tomó encantada. -Nos acabamos de mudar de Londres...mi novia y yo. Carraspeó incómoda.-¿Que pasó? ¿El azúcar no fue suficiente?
Pregunté cortante e interrumpiendo el inicio de charla entre ella y mi amiga.-Si, yo solo vine a dejar tu taza, realmente te lo agradezco Cam...Camila. O dios. Había estado a punto de soltar ese apodo que tanto odiaba. Le lancé una mirada poco amable. Se movió incómoda.
-Bien, me despido, pasen buena noche.Dinah no dejó de mirarla hasta que entró al departamento de enfrente y me miró de forma divertida.
-¿Fue tu novia?-¿Que? Casi grité. -Por supuesto que no, la insoportable y yo no teníamos nada que ver en el colegio.
Dinah no me creía. Yo me sentía achispada aun por volver a ver sus ojos. Llevaba el cabello más corto y oscuro. Su piel blanca lucía demasiado limpia, los años le habían caído bien y parecía un poco más alta. Todo una mujer.-¿Porque estas tan tensa entonces? ¿Insoportable has dicho?
Se rió del apodó.-Si, era una pesadita en el colegio.
Acosadora, quise decirle pero no me atrevía a contar algo de lo que Lauren me había hecho. Se suponía que no la volvería a ver ¿Quién movía los controles del destino? Por que tenerla de vecina con su novia, no iba a ser nada agradable.
ESTÁS LEYENDO
La insoportable Jauregui
Fanfiction-Todo el colegio huyendo de ella para convertirme ahora en su insoportable. Una linda historia de amor un poco particular. Lauren Jauregui era una buscona durante el colegio, atractiva y demasiado irrespetuosa. Acosa a Camila, la chica seria y centr...