La insoportable Jauregui

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Nueva York
Lauren

Entramos a la gigantesca casa. Camila parecía demasiado atenta a los detalles, yo simplemente imaginaba en mi cabeza que muebles podría tener, retocar las paredes, cuadros y luces por todo el lugar. El hombre estaba demasiado seguro de venderla, solo Camila decidía si funcionaba o no para lo que planeaba.

-¿Que te parece?
Llegó a mi y a Lolo cuando dió todo el paseo por la casa.

-Es muy bonita y grande, puede ser todo un negocio.
Asintió sonriendo y besó la cabecita de Lolo. Iba a irse pero me quejé.

-¿Porque solo lo besas a el?
Le pregunté enfadada. Tomó mi mano para alejarnos y llevarme a una puerta que daba al patio.
Sujetó mis mejillas y plantó sus labios en los míos. Mis manos estaban ocupadas así que no pude sostenerla par evitar que se alejara.
-¿Ya decidiste a donde quiere ir a comer?
Asintió y miró su teléfono móvil.

-Mariza y Mark nos han invitado a comer en su departamento ¿Que te parece?
Me agradaban los dos así que acepte enseguida. El pequeño Lolo se inquieto en mis brazos y lo bajé al piso. Comenzó a olfatear nuestros zapatos. Lo llevé al pasto un poco maltratado de la casa para pasear mientras Camila cerraba el negocio por completo. Tomé muchas fotos y videos del cachorro haciendo cosas tan tiernas.

Por la tarde terminamos en el departamento de Mariza y Mark. Acogedor y en la planta 13 de un edificio.

-Hola Camila. Saludó su amiga, me dió un beso en la mejilla, después de ella y Mark extendió su mano a ambas.
Aunque Mariza me guiñó al mirar como tomaba la mano de mi novia, no me dejé intimidar. Mark se llevó a Lolo de mis brazos.

-¿Y este lindo cachorro?

-Fue un regalo de Lauren y se llama Lolo.
Camila dió la información completa y todos reímos cuando menciono que éramos sus madres. El pequeño era encantador.
La comida había sido tranquila y llena de preguntas sobre mis años en Londres.

-¿Natación?

-Lo he dejado estos últimos días.
No había ido a nadar por un motivo. Tomé la mano de Camila bajo la mesa.
-He estado ocupada.
Mariza levanto sus cejas jugando y Mark fingió que no entendía nada.

-¿Y que planean hace? ¿Vivir juntas?
Mariza preguntó siguiendo con el juego. Eso no estaba aún en mis opciones. Era muy pronto.

-En realidad hay muchas otras cosas que hacer antes de vivir juntas. Respondió Camila muy segura.
-Quiero conocer al hermano de Lauren y ella a mi familia, tal vez en navidad.

-¿Tu familia? Aclaré mi garganta, poniéndome nerviosa, cosa que provocó la risa de Mariza.

-Si Lauren, ¿Porque pones esa cara?
Negué un par de veces y tomé el resto de mi copa con vino tinto.

Camila

Tendría que arreglar muy pronto la inseguridad que tenía Lauren cuando mencionaba a mis padres. Ellos no se negaban a que yo saliera con ella por lo qué pasó.
Se rascó la nuca y yo le di un golpecito en el brazo. El tatuaje reciente debía permanecer tal cual estaba. Me regaló una linda sonrisa.
Mark nos contó que tenía familia en Miami pero no los visitaba seguido y menos ahora que tenían otros planes. Querían tener un bebé y eso llevaba algunos gastos extras.

-¿Tu no quieres? Mariza me preguntó, rodé los ojos, sabía que solo intentaba molestar a Lauren.

-Dios, de verdad que me caes mal, deja de tratar de hacer eso.

-¿Hacer que?
Moví mi cabeza en dirección de Lauren y todos reímos.
El resto la pasamos entre platicas y bromas. Cuándo salimos de ahí pensé en ir a la casa pero no quería alejarme de Lauren. Necesitaba pasar más tiempo a su lado.
Subí a la motocicleta detrás.
Después de un rato aparcó frente a la casa. Se descolgó al pequeño Lolo y me lo entregó para tomar los cascos y acompañarme a la puerta.

-Me gusta pasar mucho tiempo contigo Camz, pero creo que ya deben descansar.
Habló con ternura y me besó un par de veces.
Había soltado mi mano para abrir mi puerta.
Dejé al pequeño en el piso.
Sonrió dulcemente otra vez y me abrazó.
-Hasta mañana cariño, te visitare en cuanto despiertes ¿Si? Buscaré algún buen plan para mañana.
Besé sus labios de forma suave.

-Lauren. Pronuncie y ella se quedó frente a la puerta.
-Duerme aquí ¿Si? Es que me siento...no sé...me he acostumbrado estos días, además yo supongo que nadie puede decirnos que no. Traté de convencerla y mordí mi labio.

-Puedo quedarme un rato mas para platicar o ver televisión, puedo esperar a que te duermas. Yo me quejé. -Pensé que querías hacer otras cosas antes de intentar vivir juntas.

-Dios Lauren, si quiero pero también quiero tenerte junto a mi todo el tiempo ¿Tengo la culpa?
Lauren rió.
Me tomó en brazos y me besó haciéndome retroceder hasta el sofá. Se sentó y luego me llevó a sus piernas.
Había comenzado un juego muy lento con mis labios, tomando cada parte de ellos, luego aceleraba y volvía al inicio con un pequeño pico. Acariciaba mi cintura y mi espalda, yo apreté sus hombros. Pasamos mucho tiempo ahí tocando y besándonos. Tanto que comencé a calentarme demasiado. Debíamos parar y buscar otro entretenimiento, por que si continuaba Lauren sospecharía que solo quería hacer el amor con ella de nuevo.

-Diablos. Se separó. -Debo irme antes de que no pueda contenerme.
Yo Me puse de pie de sus piernas.
Tomó mis mejillas y besó mi frente antes de tomar sus llaves de la mesa de la entrada y salir de la casa a prisa.
Suspiré pesado. Bien, eso de ir lento me desesperaba, lo tenía muy claro. Subí para tomar una ducha y acostarme en la cama para dormir.
Di muchas vueltas pero no pude conciliar el sueño. Extrañaba a Lauren conmigo.
Ver sus ojos antes de cerrar los ojos. Su sonrisa al buscar unirme a su cuerpo todo lo que pudiera.
Cuando no pude más, tomé mi móvil y la llame sin siquiera mirar la hora. Contestó enseguida y su respuesta me hizo sonreír enamorada.

-Lo se, Lo se Camz, yo tampoco puedo dormir, ya saldré del departamento te veo en unos minutos cariño.