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Nueva York
Camila

Mi padre me miró desde el sofá al lado.
Había despertado después de horas. Me sentía asustada, débil y entumecida por todo lo que había pasado.
Suspiré profundo. Mis padres llevaban pocas horas conmigo desde la última vez que había estado consciente.
Mi brazo dolía como nunca justo como mi pecho. Pensaba en Lauren y recordaba sus ojos llenos de temor. Luego se me helaba la sangre al recordar la imagen de Lauren en el piso con el cuerpo de Marie. Agradecía al cielo no haber visto como se disparaba a si misma.

-¿Como te sientes hija?

-Un poco mejor. Había recuperado un poco mi color. Había perdido mucha sangre y hasta hace horas me habían transfundido sangre posterior a la cirugía. Mi brazo tenía una fractura y lesión vascular. Como me habían contado los médicos. Por fortuna ahora estaba bien, solo con ese dolor inmenso.

Dinah y Mariza habían entrado a la habitación hace horas con confusión. Les había pedido no permitir a Lauren venir al hospital. Mis padres la detestaban ahora. Me habían obligado a contar todo.
-¿Donde están mamá y Sofia?

-Salieron a comprar algo para comer, yo iré cuando vuelvan.
Suspiré y cerré los ojos.
Mi padre especialmente se mostraba enfadado conmigo por todo lo que había hecho sin contarles. Yo sentía que era lo suficientemente grande como para tomar mis decisiones. Como por ejemplo verme con Lauren y buscar ayudarla con Marie.
A mi pesar al verla ahí. Tratando de escapar de Marie, me había dado cuenta de lo que representaba para mi. Yo la amaba. Realmente amaba a Lauren.

-Deja de mirarme así. Me quejé.

-Solo quiero que te pongas bien, para llevarte con nosotros a Miami, así me sentiré mejor y dejaré de regañarte con la mirada.

-Por favor, ya tengo suficiente.
Dije con la voz rota. Sus manos ahora estaban en mis hombros.

-Esta bien hija, solo trato de entenderlo y buscar la forma de ponerte a salvo ¿No piensas volver a hablar con ella verdad?
Negué. Aunque me doliera yo sabía que Lauren no iba a buscarme ni yo a ella. No podría superar la culpa que sentía. No era la forma en que había pensado cuando quise poner a salvo a Lauren.
Imaginaba que intentarían hacerle daño, más y me aterraba. Limpie mis lágrimas con el brazo libre de la escayola.

-Esta bien cariño, trata de descansar y reponerte.
Asentí y cerré los ojos esperando a que algo me hiciera sentir mejor.

-Papá, solo necesito que hagas algo por mi...necesito saber que Lauren esta a salvo ¿Puedes llamar a alguien para asegurarnos?
También se había enterado del detective que me había ayudado a saber la verdad sobre Marie.
Asintió inseguro.

-Sabes conocía muy poco a la familia de Lauren Jauregui, vivían al fondo de la calle de la casa y la miraba observarte demasiado, pensé que no era cercana a ti.
Yo no les había confesado como es que recordaba a Lauren tanto del colegio.
-También me enteré de la muerte de su madre y la de su padre años después de que dejara la casa...¿De verdad te importa que este bien?

-Si papá, demasiado, Lauren es importante para mi.
El sueño me venció y volví a quedarme dormida.
En realidad no era tan agradable dormir por que tenía pesadillas con lo que acababa de pasar. Luego veía a Lauren ser dañada por otras personas. Me despertaba en ratos con el corazón acelerado. Me esforzaba por sonreír a mi hermana pequeña. Por fingir que no me angustiaba Lauren.
Dudaba en buscarla antes de partir a Miami y consolarla. Tocar su mano y asegurarme de que estaría a salvo hasta de ella misma. Podría estar culpándose toda su vida y necesitaba que alguien la hiciera entrar en razón.

Aunque hubiera prometido a mis padres y a mis amigas. Me negaba a dejar todo de esa forma.

Dos días pasaron antes de que saliera del hospital. La única noticia que mi padre tenía es que su hermano estaba con ella. Que había dejado el departamento y estaba hospedada en un hotel. Que los padres y familia de Marie la habían llevado a Londres.
Subí al avión con un dolor intenso. Mariza y Dinah se despidieron de mi, al menos por unos meses. Necesitaba descansar y recuperarme de todo.
No sabría de Lauren por un tiempo, tal vez ella iba a regresar a Londres con su hermano y no volvería a hablar con ella nunca.

Llamé a su móvil un par de veces. Pero no contestó. Estaba destrozada y lo entendía. Aunque me doliera sabía que tal vez Lauren no me quería como yo a ella. Que jamás lo haría y esa culpa siempre la iba a sentir.

Mis padres intentaron convencerme de trabajar con ellos en Miami después de recuperarme pero yo quería volver a Nueva York y continuar con la empresa que por el momento Dinah manejaría a la perfección.

Jacob por otro lado había estado solo un día conmigo en el hospital. Durante la primera noche. Le había contado todo sobre Lauren y yo. Por el bien de todos decidio alejarse y considerar tener una amistad después de todo, yo no lo quería a el. Si no a Lauren.
Había estado asustado cómo yo después de encontrarme desangrándome, el me explicó que me había buscado por que tuve días rechazando sus llamadas. Por suerte nos había ayudado mucho ese día.
Su mano sostuvo la mía con fuerza mientras yo lloraba desconsolada en una camilla.

La insoportable Jauregui Donde viven las historias. Descúbrelo ahora