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Nueva York
Camila

Dinah consiguió la película correcta después de un rato.Netflix podría tener muchas sorpresas.
Estaba muy concentrada pero se escuchó que alguien pasaba por el pasillo rápidamente me disparé del sofá y observé abriendo levemente la puerta. La loca había salido. Era de noche y eso significaba que Lauren estaba sola.
Dinah se acercó.

-Invítala. Asentí y luego me reí. Esto sería divertido. Dinah espero en sala mientras yo intentaba traer a Lauren y obligarla a ver una película.
Toque su puerta rogando por que Marie no volviera.
Ella no abría pero estaba segurísima que estaba del otro lado.
Tuve que amenazarla silenciosamente. Después de tocar de nuevo y esperar. Ella abrió.
La convencí de una forma tan buena. Me merecía un premio.
Sentarme sobre ella se me hacía costumbre y bueno, Dinah se divertía.
Una vez se acomodó lo más lejos de mi. Puse play a la televisión.
Las escenas sexuales salían a la mitad de la película así que no faltaba mucho. Comí palomas lentamente y me aseguré de que ella me mirara constantemente.
Usé una posición tentadora sobre el sofá y con la mirada busqué la aprobación de Dinah. Ella asintió. Lo estaba haciendo bien. Lamí uno a uno mis dedos y miré a Lauren.
Era una boba. Estaba cayendo y yo me divertí un rato más. Luego los gemidos sorpresivos en la televisión la hicieron distraerse. El volumen estaba alto en la televisión así que los gemidos agudos rodearon la sala y ella abrió los ojos demasiado.
Dios. Yo también me calentaba al verlo.

-Dios. Escuché decir a Dinah. -El personaje de la película daba algunos azotes a la mujer. -Me dan ganas de hacer un trío ahora mismo.
Lauren se incomodó.

-A mi de masturbarme. Dije en voz alta. -Traeré una sábana.
Dinah rió y pidió la suya. Las imágenes seguían igual. Cuando volví. Lauren estaba encogida en el sofá y fingía no haber escuchado nada de lo que dijimos. Apareció otra imagen intensa y la vi removerse. Yo gemí.
Lauren me miró seriamente desde su lugar y luego a Dinah. Distraída. Solo ella podía notar que estaba masturbandome, en realidad sólo lo actuaba. No haría eso ni en sueños frente a otra persona. Me moví inquieta en el sofá. Cuando en la televisión gritó la chica yo también lo hice.
Lauren se levantó del sofá.

-¿Dónde queda tu baño?
Preguntó. Dinah puso pausa a la película y caminó para conseguir más palomas.
Yo miré de forma sucia a Lauren.

-Te llevaré. Sugerí.

-No. Dijo.

-Si. Replique.

-Me Iré al departamento. Contestó.

-No. Dije.

-Si.

-Que no, Lauren. Tomé su mano y sin hacer caso a sus protestas la llevé a mi habitación. Cerré la puerta y la recargué en la puerta.
Sus manos estaban hacía los lados. Sin querer tocarme.
Acerque mi boca a la suya. Ella giró levemente su rostro. Recordé como años antes yo también intentaba defenderme así. Su resistencia estaba cayendo.
El golpe de la puerta principal se escuchó. Sabía que Dinah se había ido.
Lauren intentó hablar pero no pudo.
-¿Sientes esto?
Negó.

-Debo irme. Se quejó.
Besé su mejilla por un rato y apreté su hombro. Ella permanecía ahí.
-Por favor Camila. Rogó pero no hice caso. Con duda giré su cara a la mía. Nos miramos por un largo rato.
Podía besarla. Y lo quería pero algo me detenía.
Cerró sus ojos y cuando los abrió. Miré ese color oscuro en sus ojos. Dios no. Ahora fui yo quien se alejó. Pero ella me siguió. Mis pasos hacia atrás se detuvieron cuando sentí la cama detrás de mis muslos. Sonrió.
Yo me congelé y no pude apartar mis ojos de los suyos. La luz que entraba de la ciudad era suficiente como para mantener ese ambiente. Algo que me hacía susceptible. El miedo de ser acorralada por ella apareció otra vez.
-No quieres jugar conmigo Camila.
Dijo y dispuesta a dejarme así. Confundida. ¿Quien era ahora? Por que no se parecía nada a la mujer tonta que vivía con la vecina loca.
Tenía que terminar con esto y entré más rápido mejor.

-Si quiero hacerlo. Susurré. Ella volvió su mirada. Me atrapó.

-¿No te das cuenta que es una advertencia? No seas terca, por favor. Dijo con voz débil.

-No dejaré de intentarlo, tu sabrás. Dije valiente.
Con una extraña sensación. Ella se acercó a mi. Nuevamente y sin decir nada. Sujetó mis mejillas.
Me hizo mirarla y luego chocó su aliento con el mío.
Yo intenté actuar con normalidad. Paseé mi mano por su cuello.
No entendía nada de lo que sucedía. Solo que pensaba que iba a morir bajó su mirada.

"You look so beautiful today
When you're sitting there it's hard for me to look away
So I try to find the words that I could say
I know distance doesn't matter but you feel so far away
And I cant lie
Every time I leave my heart turns gray
And I want to come back home to see your face
And I
'Cause I just cant take it
Another day without you with me
Is like a blade that cuts right through me
But I can wait
I can wait forever
When you call my heart stops beating
When you're gone it wont stop bleeding
But I can wait
I can wait forever"

No era normal que una canción se repitieran en mi mente en ese momento. Algo que me recordaba terriblemente el tiempo que sufrí por ella. El vacío que había sentido durante meses, después de dejar de verla.
Ahora la tenía enfrente y debía estar pensando en odiarla pero mi corazón daba malas señales. Estaba confundido. Por que latía a prisa y mi mente se llenó de estrellas cuando ella lo hizo. Sujete con fuerza su cuello. Temiendo que se alejará como tanto lo hacía.
Sus labios se apoderaron de los míos. No era suave como la primera y última vez. No. Ella metió sin dudar su lengua en mi boca y comenzó a buscar desesperada algo de mi. Su mano apretó mi cintura y cerré mis ojos.
Correspondí. Mi boca y labios parecían estar para ella. Por que mordió mi labio inferior y yo gemí.
Quería más. No quería que dejara de besarme y la melodía se escuchaba tan fuerte en mis oídos. Ella me levantó del piso. Yo enredé mis piernas en su cintura y me apreté a su cuerpo.
Moví mis labios en los suyos. Comprendí todo. El beso que me robó, realmente le pertenecía.
Me sujetó por la espalda y poco a poco se reclinó. Yo sentí las sábanas suaves tras de mi espalda y como ella poco a poco amoldaba su cuerpo sobre el mío.
Se separó por segundos de mis labios. Yo tomé aire y la dejé jugar con la piel de mi mejilla y mi cuello. Todo hasta que la guíe de nuevo a mis labios. Se escuchaba el sonido de dos bocas desesperadas. Tocándose entre si. Ella introdujo su lengua en mi boca otra vez. Yo gemí.
Y me asustaba no desear otra cosa, simplemente besarme con ella toda la noche. Una idea de cierta forma inocente.
Necesitaba mirarla. Así que me separé poco y la abracé.
Miré sus labios. Hinchados y luego sus ojos. Estaban claros de nuevo. Ella soltó mi cintura y tomó mi mejilla. Quitando el cabello que cubría la mitad de mi cara. Mi pecho se movía cansado y el de ella, dios, podía sentir su corazón acelerado.
Yo sonreí. Y robe un beso corto. Ella también lo hizo. Sonrió y me miró. Besó mi mejilla.

-Camz...

La insoportable Jauregui Donde viven las historias. Descúbrelo ahora