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Nueva York
Camila

Lauren entró a la cama a media noche.

-Hola Camz.
Bostecé cansada y soñolienta. Había perdido la esperanza en que volviera hoy.
Me acurruqué en sus brazos sin pensarlo, ella susurró algo que no entendí y besó mi frente.

-Me gusta que estés tan cómoda.

-¿Como sabes que lo estoy? Dijo divertida. En realidad no debí haber dicho eso por que me obligaría a confesar la verdad.
Las dos noches que habíamos dormido en mi cama yo me había arrastrado a sus brazos a la mitad de la noche y por las mañanas antes de que despertara yo volvía a mi sitio.

-No se siempre lo imaginé así.
Rió. Pero su sonrisa me hizo alucinarme. Estaba acomodándome un poco para abrazarla mejor y darle un beso. Pero ella me buscó antes de que me moviera más. Sus labios tibios golpearon los míos y las dos gemimos con entusiasmo. Era tan lindo ese momento que ahora me molestaba demasiado saber que Marie era quién dormía con ella todas las noches antes de estos días.

-¿Que hiciste hoy? Preguntó entretenida mientras revolvía un poco de mi cabello.

-Hable con mis amigas y creen que estoy muy mal solo por escapar contigo.

-Estoy preocupada, no debería meterte en problemas y yo lo soy ahora.
Sus ojos bajó la luz leve estaban confundidos. O preocupados no podía leer muy bien su expresión, pero necesitaba que confiara un poco más en la decisión que ya habíamos tomado y yo no querían terminar con mi orgullo roto otra vez. No quería imaginarme que al final del día Lauren se arrepintiera de irse y sé casara con Marie.

-Son riesgos que yo quiero pasar Lauren, y por favor. Esta vez me ayudé sentándome en su abdomen y haciendo que me mirara.

-Camz, no tendremos sexo hoy.
Dios. Lauren era la única chica que resistía tanto a hacerlo. Todas las veces que habíamos coqueteado se resistía tanto que no terminaba de entender de donde obtenía esa habilidad por que yo estaba segura que si ella lo proponía ahora, yo quería hacerlo.
Sobe sus brazos levemente y luego llegué a sus mejillas. Le di un beso al inclinarme. Suspiró.
Sus manos ahora jugaban con la piel de mi cintura.
El corazón me latía muy rápido, estaba alterado, yo temía que fuera demasiado tarde para resistirse de querer a Lauren de forma diferente.
Me encantaba estar así con ella. Besarla y luego mirar cómo trataba de ocultar sus pensamientos.
Me recosté en su pecho.

-¿Quieres dormir ya?
Preguntó al verme tan rendida.

-Quiero que me digas lo que debo hacer.

-¿Conoces el hotel Elite? Cerca...

-Lo conozco. Interrumpí.

-Quiero que me esperes ahí el viernes, luego tomaremos el primer avión que salga de la ciudad.
Vaya plan. Comencé a reír y ella a mirarme mal.

-¿Que?

-Lauren ese no es un gran plan, pero esta bien, te veré ahí el viernes y más te vale aparecer, por que soy capaz de irte a buscar a la ceremonia.
Sobo mi mejilla con cariño.

-¿Y porque harías algo así por mi?
Nos miramos fijamente por un largo rato. Aún no quería saber la respuesta. Me daba miedo aceptar lo que en realidad nos estaba uniendo. Sentí su corazón latir bajó mi oído.

-Ese día te lo diré.
Jugué un poco. No insistió más y con facilidad me llevó a su lado. Yo me giré de espalda y busqué que sus brazos me acogieran, dormir de esa forma debería estar dentro de las obligaciones del matrimonio. Me reí en mi mente. Sus manos rodearon mi cintura, mientras pegaba su cuerpo al mío y ocultaba su aliento en mi cuello.

-Ya duerme Camz, por que debo despertarme temprano y volver al otro departamento.
Mi corazón se aplastó. Había sentido mi tensión por que me giró para besarme.

-Pero debes saber que donde quiero quedarme es contigo, toda la noche y por la mañana.
Sonreí contra sus labios y volví a la posición cómoda. Caí rendida sin querer.
Cuando desperté era por el leve movimiento que hacía Lauren para salir de la cama.

-¿A donde vas?

-Perdón no quería despertarte.
Me moví a la orilla donde estaba sentada en la cama y la abracé por la espalda.

-No quiero que te vayas aún.

-No me iré Camz, es sólo que debo hablar con mi hermano y ahorita es la hora en que sale al trabajo.
Cierto. Su hermano debía tener muchas dudas ahora.
Sin esperar a que me recostara ella usó su nuevo móvil y espero pacientemente a que le contestaran. Yo recargué mi cabeza en espalda.

-Hola Chris, habla Lauren.
Estuvo hablando con el por casi 15 minutos. Ahora entendía que ellos eran realmente cercanos y tenía la curiosidad de conocerlo. Sabía también que tenía dos sobrinos. Sonreí. No imaginaba cómo podía ser con ellos.

Pensé en mis padres y en avisarles que iba a desaparecer del mapa por unos días. Y recordé a mi pequeña hermana, no hablábamos desde hace mucho. Tal vez el viaje que queríamos hacer debería ser a Miami. ¿Era muy pronto para que la conocieran?
Lauren colgó.

-Chris quiere conocerte. Simplemente dijo. -Esta un poco inquieto por saber quién finalmente sacó a Marie de mi cabeza.
Apreté su pecho con entusiasmo y reí. Yo también quería conocerlo y saber un poco más de Lauren en Londres.

-¿Quieres visitar a mis padres en Miami? Yo quiero hacerlo.
Me miró un poco asustada.

-Camz ¿No crees que esto va demasiado rápido? Por que no se...conocer a tus padres me inquieta un poco.
Sobe su cabello. Y la besé.

-Lauren, tu y yo nos hemos acostado en dos ocasiones, nos hemos visto por 4 días seguidos de esta forma y planeamos escapar de tu novia y sus padres, de una boda ¿En serio sigues creyendo que es muy pronto?
Ella comenzó a reír conmigo y terminamos sobre la cama rodando. La miré, sus ojos juguetones, no se calmo hasta que me tuvo contra su cuerpo y haciéndome cosquillas.
Nos besamos y una cosa llevo a la otra.
Lauren seguía con sus dedos dentro de mi cuando me sacudió un orgasmo, fuerte y qué me hizo mirar estrellas. -Debes dormir ahora Camz. Susurró tras acomodarme en la cama.

-No te vayas aún.

-Esperaré hasta que te duermas y voy a abrazarte un rato más. Besó mi mejilla con cariño.

TODO ES MIEL SOBRE HOJUELAS. 😱

La insoportable Jauregui Donde viven las historias. Descúbrelo ahora