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Nueva York
Lauren

Había mentido sobre ir a correr, sobre la ducha que me di cuando ella desayunaba. Marie estaba muy silenciosa, pensativa y me preocupaba.
Había pensado mucho en la propuesta de Camila, no era hasta ahora que caía en cuenta que la decisión ya la había tomado antes de salir de su departamento. Se había quedado dormida, sobre su cama, todavía desnuda y con esa cara angelical que me encantaba.
Estaba enamorada de ella. De Camz, de la chica del colegio y de la mujer que era ahora. Podía leer en sus ojos que ella también había caído por mi. Me había prometido dejar las cosas con Jacob, el chico con el que se había visto. Luego terminé reclamándole con celos que lo metiera en su departamento.
Camila había reído frente a mi.
El pobre había dormido solo en su sofá y eso me llenó de satisfacción.
Me quería a mi.

No teníamos nada planeado. Solo la respuesta y que debíamos mantener eso por debajo del agua. Ella le contaría a Dinah y a Mariza. Yo no podía contárselo a nadie.
Marie me besó al despedirse.
Mande un mensaje a Camila.

~Quiero verte cruzar el pasillo~
Sonreí cómo una tonta al enviarlo. Para mi sorpresa, apareció en la mirilla. Pero no dudo en tocar mi puerta.
Sonreímos.
Fue directo a mis labios.

-Ahí tienes tu respuesta. Dijo.

-Quiero escapar contigo. Susurré en su oído. Ella asintió y plantó sus labios en los míos con rapidez.

-¿Puedes venir en la noche otra vez?
No, era muy arriesgado. Incluso ahorita. Marie podía regresar al departamento sin ningún motivo.

-No quiero levantar sospechas Camz, hoy no puedo ir, pero el viernes haré solo lo que tu me digas.
Sus labios se posaron en los míos antes de irse por el pasillo y dejarme ahí sonriendo sola. Necesitaba armar un plan de escape. Incluso que ella desapareciera días antes que yo.
Marie era capaz de seguirme a donde sea si le explicaba que estaría fuera unas horas.
La mejor opción para dejar el departamento era durante sus horas de trabajo.
Para entonces Camila podría esperarme fuera de la ciudad.
Me angustié un poco al pensar en Chris ¿Que probabilidad había en que intentaran hacer algo en su contra?
Debía llamarlo y contarle todo, así estaría alerta.

Hice me rutina diaria y espere a la tarde para llamarlo.
Había tomado la noticia con mucho entusiasmo. Quiso prestarme dinero pero no hacía falta. Yo tenía un ahorro especial.
Y Camila no parecía preocupada por eso.
Pensé en su trabajo. Ella en serio debía sentirse atraída a mi como para arriesgar esa parte.
Aunque no me lo había dicho sabía que también me quería. Era una terca demasiado adorable.
Dios.
Eran solo semanas en las que nos volvimos a ver y habían bastando solo tres días para unirnos.

-Quise fastidiarte, si, Lauren, pero ahora no entiendo como paso, yo no quiero que te alejes de nuevo, me haces sentir increíble -susurró sobre mi pecho antes de dormirse esa mañana.

El móvil que usaba para mandar mensaje era el pequeño que había conseguido en la tienda de abajo. El mío permanecía encendido para las llamadas repentinas de Marie. Se suponía que hoy saldríamos a cenar con sus padres otra vez.
Quería intentar hablar con su madre otra vez.

Camila

Seguí a Marie por la mañana. Se había detenido en su trabajo. Dentro de esas oficinas era complicado observarla pero cuando salió. Iba de la mano de ese tipo.
Se miraba tan normal. Sonreía con el e incluso el la mimaba mucho ¿El no sabia la clase loca que era?
Terminamos en un restaurante cercano y con dificultad logré sentarme cercanos a ellos.
Mi móvil comenzó a sonar. Contesté asustada. No quería que me notaran.

-¿Donde estás Camila?
Dinah llamaba desde la oficina.

-Hola, lo siento, te llamaré en un rato. Colgué rápidamente.
Marie salió de la mesa al tocador y la seguí. Entro al baño y yo entre al de lado.
Cuando salió decidí esperar un poco más de rato.
Su móvil sonó y tuvo que regresar. Por debajo de la puerta la mire recargada en el lavamanos.

-Bastante bien. Rió. ¿Con quién hablaba? -Por supuesto que mis padres no sospechan, no hay razón para confesarle a mis padres sobre eso ¿Lauren?
La nombró y mi corazón se hizo pequeño.
-Sigue a mi lado y tendrá que hacerlo para siempre...no tengo nada que perder.
Colgó después se un rato y se fue. Yo estaba muy enfadada y salí por la puerta secundaria del establecimiento.
Eso de andar como detective no iba a funcionar bien.
Además después de fugarnos juntas no haría falta saber más de esa mujer.
Cuando llegué a la oficina Dinah estaba como una loca. Demasiado estresada y enfada por que yo no apareciera hasta entonces.
Le conté la verdad, ella se negó.

-¿Pero estás loca?
Al menos no como Marie quise decirle pero tenía sospechas de que ella solo fingía estar así de mal.
Justifiqué mi decisión por la forma en que me sentía con Lauren y con nadie mas lo había hecho, era justo que me diera una oportunidad.

Lauren me habló mas tarde.
-¿Lauren sabes donde lleva su control Marie?
Se extrañó por la pregunta.

-En el hospital central, lleva citas mensuales, solo ha tenido una hace semanas ¿Porque?

-Para demandarlos. Mentí y solté una risita por el chiste. Lauren por supuesto no se lo tomó bien.
-Venga solo es una broma ¿No vamos a vernos hoy?

-Marie va a aparecer en cualquier momento en el departamento pero escucha tengo una idea, tu puedes salir de la ciudad antes que yo. Sugirió. ¿Antes que ella?
-Es para seguridad y que nadie sepa que me he ido contigo, solo piénsalo ¿Si?

-Bien, mañana sabre que hacer, quiero verte hoy.
Lauren soltó una risa por la línea.

La insoportable Jauregui Donde viven las historias. Descúbrelo ahora