La insoportable Jauregui

19

Nueva York
Camila

La miramos entrar al departamento. Bastante normal no se miraba acomplejada. El problema vino cuando notó que algo faltaba en su departamento.
Abrió otra vez la puerta y usó el movil. Lauren hizo un movimiento torpe, al correr y al buscar su móvil en el sofá. Iba a sonar. Apenas alcanzó a apagarlo para evitar que ella lo escuchara cruzando el pasillo.

-Lauren apuesto que tiene como localizarte, apágalo.
Lo hizo de inmediato y volvió a la puerta. La mirilla era pequeña para las dos. Así que la deje a ella.

-No me siento bien al hacerle esto.
Susurró. Yo golpeé su frente fastidiada por su estupidez.
La alejé de la puerta y la llevé a la sala.

-¿Te sientes mal? Dios de verdad que me desesperas...genio ella te engañó.
Le repetí y volví a golpear su frente de forma leve.
Ella me miró mal y se levantó intentando intimidarme. Yo no retrocedí ni un poco. Sabía que no tenía cabeza para molestarme a mi. Todo la tarde se la había pasado encerrada en mi habitación. Llorando y luego se quedaba pensativa. Realmente estaba perdida.

-Mira, puede que ella este pasando por esos momentos de confusión, tal vez ni siquiera recuerde al tipo. Relajo sus hombros.

-Claro que lo recuerda, ya salía con el antes. Dije sin pensar mucho y me di cuenta de mi error. Me miró con sorpresa. Y me sentí muy incómoda.

-¿Tu lo sabías? Me reclamó.

-Oye yo no soy con quién debes pelear, ella esta cruzando el pasillo, además tu me pediste que te dejara en paz, lo hice, Dinah y yo la vimos cenar con el hace unos días, yo no quise contártelo. Gruñó y se acercó hasta dejarme acorralada.

-Claro que lo note, comenzaste a salir con ese hombre.
Rodé los ojos y salí de ahí. Ninguna salimos a trabajar y pasar tanto tiempo en el departamento me enloquecía. No tenía mucho ánimo de aguantarla. ¿Además de que se quejaba? ella también había engañado a Marie conmigo.

-No tienes nada que reclamar, tu querías acostarte conmigo, ya están a mano, puedes salir de mi departamento y enfrentarla de una vez. Respondí a su forma de mirarme.

-Fue diferente, lo sabes. Se quejó. ¿Diferente?
-Venga, tu y yo no salimos a cenar o nos acostamos, algo que seguramente ella ya hizo, es diferente.
Le saqué la vuelta y evité el tema. Ella no podía enterarse de que no dejaba de pensarla. Jamás. Y tampoco que la forma en que nos besamos me hizo alucinar y que tenerla cerca me aliviaba demasiado. Y ni hablar de la forma que me hizo sentir cuando se fue del colegio.
-Tu solo te divertiste al tratar de vengarte por la forma en que te moleste en el colegio, esto, lo de Marie es diferente, he estado con ella por años, tratando de entenderla y aguantar todo, no es justo para mi que me ponga el cuerno con alguien, se supone que me ama y yo a ella.

Asentí y le di la razón por salud de las dos. A las 10 de la noche ya no soportaba verla dar tantas vueltas. Marie había salido y Lauren no soportaba el hecho de que intentara hacerse daño.
Yo comprendí que su manera de ser era justificada. Por eso se molestaba cuando la llamaba loca. Solo estaba enferma y de gravedad.
¿Porque tener a otra persona? Si tenía a Lauren. Ella la cuidaba y la comprendía, tenía ojos verdes y esa sonrisa.
Por dios. Estaba alucinando.
Mi móvil sonó. Era Jacob y me sentí incómoda al tener a Lauren ahí.
Caminé a mi habitación para que no escuchara.

-Hola hermosa ¿Como estas?

-Muy bien y ¿Tu?
La conversación me distrajo un rato.

-Prometo estar para el día de la inauguración de la empresa, tengo algo que pedirte. Sonreí.
Iba a hacer la pregunta y yo no estaba segura de contestarle.
Colgué y salí.
Lauren no estaba en la sala ni en la cocina ¿Se marchó? Eso me hizo sentir mal.
Ella iba a volver con Marie hoy o mañana. No tenía otra opción.

Un toque en la puerta.
Dios. Solo faltaba que Marie viniera a exigirme por que dejé que su novia se ocultara en mi departamento.
Por la mirilla vi a una Lauren inquieta esperando a que abriera.
Ella entró casi tropezando y con un café en cada mano.

-Mierda,creí ver a Marie subir en el elevador. Yo no pude evitar soltar una carcajada. En serio le temía.
-Lamento ponerte en riesgo pero es que no tengo a quién más pedir ayuda.

-Ya, esta bien, pero por favor no tardes tanto en hablar con ella.

-En realidad tengo una idea, debo hablar con ella y he comprado un móvil nuevo.
Sacó de su bolsillo un celular pequeño y parecía muy barato. Muy seguro para llamar de incógnito.
Bebió su café y luego se recargó en la encimera. Esperando a que conectara.

-Hola Marie...no...no. Se tensó un poco y luego logré escuchar su voz levemente al quejarse. Lauren alejó el móvil del oído. No estaba en el departamento. Si no ya hubiéramos escuchado todo eso.
-Escúchame tu, no volveré al departamento, quiero mis cosas y quiero...¿Que? Pero...esta bien...no hagas una locura, por favor y piensa bien lo que quieres por que cuando vuelva lo debes tener muy claro.
Colgó y cubrió su cara cansada. Vencida. La encimera se volvió un buen lugar para esconderse y llorar. Yo sobé su espalda por todo el rato.

-¿Que pasa?

-A llamado a sus padres, ellos vendrán y se armará un lío, quiere que regrese al departamento antes de que lleguen el fin de semana.

-Esta bien, mira, es una buena oportunidad para darse un tiempo y que sus padres comprendan. Negó cansada.
-Ellos vienen para que me case con su hija. Dejé de tocarla.
Lauren no podía casarse con ella. Marie era completamente dañina para ella.
No quería que pasara eso.
Sollozo por un rato más. Tenía tres días para hacerla cambiar de opinión.