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19. Problemas & Pociones


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Harry tomaba notas rápidamente en la clase de pociones y era un alivio para sus amigos de Griffindor que el profesor no haya asistido, y que fuera el ayudante de él, el que diera la clase. Harry podía ver el aula más tranquila y la atmósfera nada pesada, incluso Neville no había tenido ningún incidente. Podía contar con sus dedos lo pocos ocurridos, entre ellos solo Seamus y su amigo por una tonta competencia. El encargado Black los regaño, pero no les bajo puntos. Miró de reojo a su compañero, Draco tenía su caldero casi vacío y no seguía las instrucciones de la pizarra. Comprobó que ni siquiera estaba haciendo la poción del pizarrín, negó, Draco estaba molesto y su única forma era haciendo pociones a su gusto, y tal parecía que no seguirá las del encargado Black. Harry se movió lentamente hasta quedar lo más cerca posible de su compañero de fila, Draco fiel a su palabra no se sentó junto a él, sino adelante. Harry podía verle el cabello largo casi rosando su nuca y el el lóbulo de las orejas que ahora se movía gracias a los movimientos de Draco cuando alcanzaba algún utensilio.

—Pss, Draco... tienes que hacer la de la pizarra.—cuchichió Harry.

—No quiero.

—Pero son puntos, y tú eres el mejor en esto. No crees que deberías destacar más.

—No.

Harry no siguió hablando, había visto a Black caminar hacía ellos. Se preocupó tanto por Draco que sutilmente arrojo una semilla color rojo al caldero de Draco cuando Black se quedo platicando con una Pansy a mitad del pasillo por su poción, y la explosión no tardó en llegar.

—¡Malfoy!—gritó el joven Black.

Draco tan concentrado que estaba en cortar algunas hiervas no se fijo en nada y la explosión le dio en la cara, sus cabellos chamuscados y hollín en toda la cara no era todo, su uniforme estaba prácticamente negro y algunos cabellos de su platinada cabeza estaban en llamas.

—¿Qué, cómo? — tartamudeo las preguntas, que eran más para él que para alguien en particular.

—Es lo que quiero saber, Malfoy. —Black no salia de su asombro, Malfoy según su tutor era él mejor de la clase hasta ahora, que el caldero haya explotado no era rutinario por decir nulo en el historial de Malfoy y si el profesor Snape se enteraba él tendría que responder.

—Profesor, hay que llevarlo a la enfermería.—Harry se acercó al maestro y arrastró sutilmente a Draco con él, no podía dejar a así a su amigo.

—Potter.—Black se giró y miró al chico que tenía los ojos muy abiertos y sin habla, observo que revisaba su caldero por todos lados, tal parecía que ni sabía que fue lo que ocurro. Chistó los dientes—. Llévalo entonces.

—Sí, vamos Draco.

Salieron en silencio, y Harry se mordió el labio, sabía que cuando su amigo se enterase de la verdad él sufriría.

—Tú te fijaste en algo, Potter. Yo... no vi nada raro—. Draco seguía perdido en su cabeza en encontrar fallos donde él no los había cometido.

—Err, no.

—Bien. Iré más tarde con el profesor Severus para poder hacer mi poción. Tal ves con los de primer año. No creo que tenga problemas con ello.

—Pero ahora hay que llevarte con madame Popy, ella sabrá que hacer contigo. Y tu pelo, mira como esta aun.

Draco internamente lloro, su pelo, su hermosos pelo,ya lo tenía largo, era su forma de seguir la tradición Malfoy, los hombres de la noble familia, siempre lo llevaban largo. Sino que Brax lo negara. Bueno a su prometida no le agradaba su cabello largo, así que Brax se lo corto y él la tomo como siguiente en la línea familiar.

Crónicas de un doncelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora