Capítulo 13. ¡Ahora sí, te mato!

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Nota: 👀
Hola estrellitas de mi cielo,
Solo deseo darles las gracias x todo el apoyo que le dan a esta historia, x cada voto y comentario. ¡Son maravillas/maravillosos.
Realmente estoy muy agradecida con ustedes. Un beso. 💞

¡Buena lectura!


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Me dio una palmada en la espalda mientras levantó una ceja, luego la vi abandonando la sala de juntas dirigiéndose a su oficina sin añadir nada más. Tal vez me había pasado con los revolcones que me daba con ella o había abusado de su magnífico coño o simplemente era una nueva broma de ella, y conociéndola, supuse que era la variante más plausible.

Por una mujer con poca clase y estilo era una verdadera tentación. Y no entendía por qué. Tal vez, en otras ocasiones ni siquiera la había mirado para no hablar de enterrarme en ella hasta lo más fondo de su ser. No era una de las mujeres con las cuales yo solía salir. Tenía una altura decente; un cabello rubio, desordenado y apático que a poco les llegaba a los senos grandes—estos sí estaban dignos de un infarto; unos ojos grandes azules que me desafiaban constantemente y una boca sucia como el infierno—aun así, aún pienso meterme en esa boca; pero no tenía nada que a mí normalmente me incitaba.

Una cosa estaba segura.
Esa mujer era nada más y nada menos que la esposa del diablo. Furiosa como un habanero, peligrosa como el sexo sin preservativo y, desgraciadamente para mí, inteligente como para hacerme la vida un calvario.

Teniendo en cuenta el último aspecto, pude afirmar que su réplica fue una broma. Ninguna mujer inteligente deja de cuidarse, más cuando tiene un jefe tan sexy como yo.

Decidí olvidar ese momento y me dirigí hacia mi despacho. Durante el camino, varios empleados me estaban robando varios minutos para no sé cuántas mierda. La vi a ella también.
¡Maldición, otra vez con Emir! Acaso no se da cuenta de que hace poco estaba follando conmigo...

—Señor Sinclair— me interrumpió mi asistente personal número uno. —Sabe que hace unos días le comenté sobre la cita que tengo con el abogado...— habló y habló y no sé qué mierda dijo ya que mi atención estaba dirigida en ellos dos que se estaban divertiendo en el pasillo de mi empresa, con mi amigo y ella siendo mi puta asistente personal número dos.

—Aja— murmuré mientras pasé mi pulgar por mi labio inferior, molesto por no poder escuchar bien lo que se decían, ya que esa mujer no deja de hablar. —Ve a dónde quieres.— la corté y me dispuse a caminar cuando de repente me detuve y me giré hacia ella. —Antes de que te vayas, por favor, dile a la señorita Flow que ponga su maldito trasero a trabajar. Y también dale unos trabajos extras.

—¿Cómo qué?— me miró a los ojos y su sonrisa despareció.

—Algo del trabajo de la próxima semana, por ejemplo— contesté firme y ella dio un paso hacia mí.

Te conozco x los zapatos ©®  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora