Capítulo 33. Familia

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Me encontraba en una prolongada tortura en la sala central de la casa de mis padres, con Iker a mi lado

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Me encontraba en una prolongada tortura en la sala central de la casa de mis padres, con Iker a mi lado. Mi madre lo estaba mirando con una sincera sonrisa, mientras que mi padre se había reservado el derecho de estudiarlo un poco más.

—¿A qué te dedicas?— cuestionó mi papá, mirándolo sospechoso.

—Actualmente manejó una empresa de zapatos— contestó cordialmente, relajado, haciéndome preguntarme si este hombre alguna vez había experimentado algún sentimiento negativo o siempre controlaba todo a la perfección.

Mi padre empezó a hacerle una serie de preguntas mientras que mi cerebro se estaba quemando. No sabía qué iban a decir o cómo reaccionarán al momento de la verdad. Lo que yo sentía no era miedo, sino un sentimiento de vergüenza. No quería decepcionarlos.

—Estoy embarazada— solté de repente, incapaz de conservar más el secreto por cuál había llegado en la casa de mis padres con Iker a mi lado.

Las caras de mis padres quedaron apáticas y sus primeras reacciones fueron mirarse entre los dos y luego a mí. Mi mamá tomó una larga inspiración y luego fingió una sonrisa tranquilizante, mientras que la expresión de mi padre se había puesto roja al instante, mostrando cómo el nerviosismo se instalaba de poco a poco. Iker cruzó sus dedos con los míos sin mirarme. Seguía igual, sin ninguna mímica nueva en su rostro.

—¿Qué piensan hacer?— preguntó mi padre pero noté la forma en cuál miró a Iker, haciéndome entender que lo interesaba más la respuesta de mi jefe que la mía.

—Lo vamos a tener— replicó seguro.

—Lo van a tener...— repitió en un murmuró. —Supongo que muy pronto se casarán— añadió y mi corazón se aceleró dos veces más fuerte.

—Papá— bajé la cabeza.

—Señor Flow, de seguro lo vamos a hacer. Solamente que en ese momento tanto yo como Milla estamos esperando la sentencia del juez— habló y mi padre frunció el ceño—Hace muchos años me dejé llevar por los impulsos y acabé en un matrimonio que resultó una mentira. Lo único que me interesa de ese pasado es mi hijo, a cuál quiero llevar en mi presente y en mi futuro al lado de su hija.

—¿Cuál es el color preferido de mi hija?— cuestionó mi padre antes de tomar un poco de café. —Contésteme, señor Sinclair.

—Amarillo.— replicó.

—¿Qué es lo que ella ama hacer?— volvió a cuestionar—¿Cuál es su comida preferida?— Iker calló—¿Qué es lo que le da miedo? ,¿Qué la tranquiliza?— levantó una ceja mientras demandó. —Usted no sabe nada de mi hija.— asintió con la cabeza mientras dio el argumento final.

—Cariño...— se interpuso mi madre, pero mi papá la cortó con un ligero gesto que había hecho con la mano.

—Usted ya tiene una familia—dijo pensativo—Y esto no le impidió meterse con otra mujer.

Te conozco x los zapatos ©®  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora