Todo había empezado como una broma, con un simple tweet en el que decidió desahogarse un poco.
«Mirad acabo de ver el tweet de una chica rechazando 800 dólares a la semana de un sugar daddy y a otra chica rechazando 3000 por una foto de SUS PIES. Escuchen tengo mis mensajes abiertos y mis pies listos para vosotros queridos sugar daddy, podéis enviarme A MI esas ofertas».
Lo publicó justo antes de irse a clase así que no se enteró de lo viral que se había vuelto hasta que volvió a encender el móvil en cuanto salió. La cantidad de me gusta y retuits superaba los diez mil y, lo que empezó como un mero chiste, terminó causando que su cuenta colapsara de la cantidad de mensajes que tenía pendientes.
Aquella tarde se había dedicado a borrarlos, no sin antes leerlos. Muchos de ellos ya se notaban que eran de puro cachondeo y otros ya cruzaban la línea de lo depravado. Por fin los pudo eliminar todos y para que procedía a cerrar sus mensajes hasta nuevo aviso, hasta que milésimas antes de que su dedo presionara el la opción de aceptar; un último mensaje le llegó.
«10000 por una foto de tus pies», ponía en este.
—¡Otro depravado! —había dicho en alto tras leerlo pero una vez le volvió a echar otro ojo se lo pensó mejor. Después de todo el mensaje no tenía ninguna foto de un pene incluída en este o palabras obscenas, luego recordó lo difícil que le estaba costando llegar a fin de mes y cuando ya ató cabos se dijo:— Solo es una foto de un pie, ¿verdad? No pierdo nada probando.
Finalmente se decidió por responder y aceptar la propuesta del desconocido.
El hombre, el cual respondía por el nombre de Suho, dijo que le haría el ingreso al momento. Al poco rato recibió la notificación de su banco y casi cien veces tuvo que contar los ceros porque no se creía que lo que estaba sucediendo era verdad. Sin esperar ni un segundo más Yixing cogió, se sacó los zapatos y los calcetines, y le envió diversas fotos de sus pies al descubierto a aquel hombre, después de todo se lo merecía.
El joven creyó que ese evento se trató de algo meramente puntual pero a la semana siguiente ya estaba recibiendo nuevos mensajes, en todos pidiéndole lo mismo y recibiendo siempre la misma y exagerada cantidad de dinero, llegó un tiempo en el que se hizo hasta costumbre. Yixing le había pillado tanto el gusto que incluso hubo alguna vez que se pintó las uñas para ofrecerle a su «Sugar Daddy» algo novedoso.
Todo iba bien hasta que un día el tal Suho decidió cruzar la línea y pedirle de quedar en persona. Cualquier persona cuerda rechazaría esa posibilidad pero estamos hablando de Yixing, quién ya se estaba acostumbrando demasiado a esa buena vida y sentía que no pasaba nada por dejarle ver sus tan deseados pies en persona.
La hora y el día de la reunión fue marcada.
Para su desgracia el joven llegó con bastante antelación a la habitación de aquel gran hotel de lujo, por lo que no le quedó otra que esperar sentado sobre la cama, ya descalzo; a ese tal Suho.
Sus ojos ya estaban comenzando a pesar con la espera, pero antes de que se rindiera por completo el sonido de la puerta abriéndose lo despejó.
—¿Suho? —dijo el chino con un acento bastante marcado a causa de los nervios.
Y de repente apareció ante él y sinceramente, ahora mismo no le importaba que fuera un fetichista de pies porque en ese traje y con el pelo tan bien peinado como lo tenía se hacía ver como modelo.
—Encantado de conocerte, —«hasta su voz es bonita», pensó en ese momento el joven— Soy Junmyeon, pero puedes seguir llamándome Suho.
—Oh, —dijo el chino, sorprendido por toda aquella formalidad— llámame Yixing.
Tras un breve silencio incómodo Junmyeon se acercó al joven y se sentó junto a él en la cama, donde le tendió una hoja de papel llena de letras y números.
—Es para dejar claro lo de hoy, ¿veinte mil te parece bien? —Yixing juró que se desmayaría ahí mismo. Leyó así por encima el documento y acto seguido lo firmó con el bolígrafo que le prestó el contrario— Bien, ahora si puedes descalzarte.
Parece que no se andaba con rodeos pero en parte lo entendía, para lo que estaba pagando más le valía aprovechar el tiempo.
El menor se descalzó y dejó sus pies expuestos para el disfrute de su comprador, quien en nada los agarró y los posó sobre su regazo.
Yixing casi se muere intentando aguantar las cosquillas que le causaban las manos de Junmyeon acariciándolo, pero en cuanto el mayor los elevó y comenzó a besar los dedos todos; ahí Yixing dejó de reírse.
El joven empezó a sentirse acalorado, jamás pensó que la imagen de un hombre besando sus pies podría llegar a afectarle así y peor se puso la cosa cuando la lengua de este se dispuso a pasar por ellos.
Esa sensación de humedad se encargó de hacer estragos en él, tanto que incluso estaba llegando a ponerse duro y al parecer el otro lo notó porque no se molestó en ocultar esa sonrisa de satisfacción que hizo al ver el sonrojado rostro del menor y como este ya estaba jadeando.
—Oye, —Junmyeon apartó le dio un toque a Yixing para llamar su atención y luego y sin pudor ninguno se movió y apoyó su pie encima de su ya notoria erección—, ¿podrías?
El joven captó el mensaje al momento.
Asintió y, mostrándose más que sumiso, procedió a mover su pie sobre la tela de ese caro pantalón y a delinear con sus aún húmedos dedos la silueta del miembro que se marcaba sobre estos.
Él no lo sabía pero en ese preciso instante acababa de dar comienzo a una nueva relación entre esos dos. El menor había creído que todo terminaría definitivamente en el momento en el que Junmyeon se corrió con su ayuda pero las citas siguieron teniendo lugar hasta que, llegados a un punto, Yixing terminó dejando su antigua vida y se fue a vivir con su nuevo «sugar daddy», quién a parte de mimarlo y consentirlo terminó enamorándose finalmente de algo más que sus pies.
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Buenas gente <3
Solo quería informar que esta pequeña historia la basé en este tweet que vi hace tiempo y que recuerdo que me había dado mucha gracia 😂
¡Espero que os haya gustado!
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Kinktober; EXO
FanfictionSerie de drabbles, cada uno con una pareja y un kink diferente. Basado en el Kinktober de lordsantiagoaz.tumblr.com