Voyeurism; XiuBaek/ChenMin

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Después de muchos años compartiendo una gran amistad Baekhyun había decidido dar el siguiente paso, confesándose aquella tarde al mayor de los mellizos Kim, Kim Minseok. A pesar de haberlo hecho esperándose lo peor, el lindo hombre de rechonchos cachetes lo sorprendió aceptando su declaración de amor.

Si Baekhyun ya era pegajoso desde que este lo aceptó lo era mucho más, no se despegaba de él en ningún momento, o casi ninguno ya que después de todo iban en cursos diferentes. En el momento en el que el timbre tocaba el ya estaba saliendo por la puerta corriendo a buscar a su ahora novio y acompañarlo a su casa.

—¿Pero no tienes cosas mejores qué hacer? 

Para su desgracia casi no tenía oportunidad de compartir algún momento íntimo con este porque el menor de los mellizos, Kim Jongdae, vivía pegado a su culo. El día que Baekhyun los conoció pensaba que eran solo conocidos ya que estos no se parecían en nada, la única similitud que llegaba a ver es que uno tenía ojos gatunos y el otro la sonrisa.

—¿Y tú? ¿No estás mayorcito para seguir pegado a tu hermano? —respondió mientras se amarraba con más fuerza al brazo de Minseok.

—¡Parad ya! —interrumpió Minseok finalmente— Los dos parecéis unos niños pequeños.

Ambos fingieron que las palabras del mayor les había afectado pero estuvieron haciéndose caretas a sus espaldas, hasta que finalmente llegaron a casa.

Un fin de semana los tres quedaron para ayudar a Baekhyun estudiar ya que los mellizos eran alumnos de muy buenas notas, cada uno con su especialidad. Como al más joven le costaba algo entender se les fue la tarde explicándole.

—Ya ha anochecido, —dijo Minseok mientras se percataba del oscuro cielo que se podía apreciar a través de su ventana— si quieres puedes quedarte a dormir.

Mientras que a Baekhyun se le iluminaron los ojos de la alegría, en el rostro de Jongdae se formaba una clara expresión de sorpresa ya que sus oídos no creían lo que su hermano acababa de decir.

—¡No! —se quejó— Yo le acompaño a casa.

—¡No, no y no! Me quedo aquí, no pasa nada. Voy a llamar a mi madre. 

Baekhyun se fugó antes de que el de sonrisa gatuna consiguiera echarlo.

Los padres estaban ausentes por un viaje por lo los procedieron a cenar sin ellos, con sus pijamas ya puestos, el menor tuvo que improvisar uno con la ropa de su novio. A las pocas horas ya se encontraban en sus respectivos cuartos. Baekhyun, como era obvio, fue al cuarto de Minseok, una pena que este tuviera doble cama.

—Buenas noches, Minnie.

—Buenas noches —dijo el mayor antes de inclinarse hacia su novio para darle un pequeño beso de buenas noches.

Solo bastaron unos pocos pestañeos para que Baekhyun cayera totalmente rendido, era de sueño fácil y ayudaba la paz que le traía la simple presencia de Minseok.

Cuando sus ojos se volvieron a abrir el reloj que había en la mesa marcaba. Buscó entre la oscuridad la puerta, intentando no ser muy ruidoso para no despertar a su novio, lo que no sabía es que él ya no estaba ahí.

Salió del baño dispuesto a regresar a la confortable cama pero un extraño sonido que salió de la habitación Jongdae hizo que parara en seco. La puerta se hallaba semiabierta y se podía apreciar una pequeña luz escapar del pequeño hueco. Su curiosidad lo llevó a acercarse, pero el gemido que oyó al otro lado hizo que se paralizara.

 Su rostro se coloreó de un fuerte rojo, avergonzado por lo que acababa de escuchar. Se giró listo para dejar al mayor disfrutar de su momento íntimo pero antes de que sus pies llegaran a moverse otro sonido captó su atención.

—¡Jongdae!

Era, inconfundiblemente, la voz de Minseok.

Baekhyun se arrastró hacia la rendija de la puerta, necesitaba comprobar si aquello había sido un simple engaño de su mente. Lo averiguó en el instante en el que se le ocurrió mirar lo que estaba pasando al otro lado, Jongdae estaba haciéndolo con su propio hermano.

El shock dejó al menor helado, ver como su novio estaba siendo penetrado por alguien de su propia sangre era algo que no se esperaba ver. Sentado en el suelo se tapó la boca con la mano por miedo a ser escuchado.

«Minnie»

Baekhyun esperaba ponerse a llorar, que aquella imagen le dieran ganas de vomitar y le repugnara pero su novio se veía tan bien así, a cuatro patas y siendo penetrado por Jongdae y suplicaba que le diera más fuerte.

—¡Tú eres mío! —soltó el de sonrisa gatuna a la vez que dejaba caer su mano sobre el trasero de Minseok.

—Tuyo, tuyo, ¡soy tuyo!

La mano que previamente estaba tapando su boca fue bajando lentamente hasta llegar al bulto que tenía ya formado en sus pantalones. Baekhyun casi ni se percató de lo que acababa de hacer hasta que comenzó a masturbarse.

«¿Qué mierdas me pasa?», se vio obligado a preguntarse porque después de todo acababa de excitarse con un acto que a muchos podría resultarle horrible, además de que técnicamente le estaban siendo infiel.

«¡Para!», se ordenó, fallando al momento. Parecía como si su cuerpo lo ignorase, su mano se movía al compás de las embestidas de Jongdae. Cada vez que Minseok gemía o gritaba el nombre del contrario una corriente eléctrica recorría cada nervio de Baekhyun, que agradecía sumamente que su novio fuera tan ruidoso ya que gracias a eso no lo escuchaban.

Con sus orejas y cara totalmente sonrojadas, pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos y saliva escapando de su boca, Baekhyun alcanzó el que consideraría el mejor orgasmo de su vida al mismo tiempo que oía al menor de los hermanos haciéndolo. Pena que no pudo disfrutar de ello ya que enseguida se percató de la situación en la que se encontraba, por lo que se levantó los pantalones, limpió como pudo los restos y se fue corriendo de ahí.

—¿Qué tanto miras? —preguntó Minseok al ver como Jongdae no apartaba la mirada de la puerta. Sonaba agotado, todo por culpa de la acción que acababa de tener.

—Nada, no te preocupes —le contestó mientras acariciaba su rostro con suavidad y dejaba un suave beso en su frente.

Jongdae le dirigió una última ojeada a la puerta y sonrió, quizás podría llegar a algún acuerdo con Baekhyun.


Kinktober; EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora