Junmyeon amaba a su novio, realmente lo adoraba y le hacía actuar de formas que jamás creería que actuaría. Sentía que no podría pasar un día sin él, una pena que este tuviera que irse a trabajar a China.
—¡Junmyeon! Te eché tanto de menos, ya quiero verte —dijo Yixing a través de la pantalla de su ordenador.
—Y yo a ti.
El joven coreano se encontraba en su cuarto con el portátil sobre sus piernas, viendo a través de este la linda imagen de su novio en pijama y con el pelo completamente despeinado. Gracias a dios la diferencia horaria no era tan grande y podían llamarse habitualmente.
—No te preocupes, prometo volver pronto aunque sea para hacerte una visita.
Ambos sentían como si el tiempo pasara volando cada vez que hablaban, no notaban el paso de los minutos ni como el sol se escondía para dejar paso a la oscura noche. Se aseguraron de actualizar todo lo que les había pasado, sin olvidarse de nada. Durante un momento Yixing tomó una pausa para coger un vaso de agua y justo ahí a Junmyeon se le ocurrió soltar su nuevo chiste, haciendo que su novio se riera y vertiera todo el contenido del vaso sobre la camiseta que adoptaba usar de pijama.
—¡Junmyeon! —dijo Yixing, culpando al coreano de su desgracia.
Sin pudor ninguno el joven chino procedió a quitarse rápidamente la camiseta, la cual tiró e hizo caer lejos.
Al ser lo único que cubría su torso lo dejó completamente al descubierto, haciendo que el mayor se sonrojara al verlo así. Llevaban tantos meses alejados que ya esa simple escena le provocaba.
—Ponte algo encima, —soltó mientras apartaba la mirada de la pantalla— te puede entrar el frío.
—¿Frío? —muchos creían que Yixing era un jovencito inocente y medio tonto, pero solo Junmyeon conocía la verdadera naturaleza de su novio— Pues yo la verdad es que estoy bastante caliente ahora.
El coreano volvió rápidamente su mirada hacia la pantalla, donde a parte de ver al menor semidesnudo podía apreciar como empezaba a tocarse el pecho de una forma que ya resultaba descarada. Las vistas le hicieron suspirar y desear ser aquellas manos.
Junmyeon estaba a punto de decirle que parase, que no siguiera, pero las palabras se atascaron en su garganta ya que prefería quedarse admirando como su novio se rozaba «accidentalmente» los pezones y susurraba de vez en cuando su nombre. A pesar de que el mayor vivía solo tuvo el instinto de mirar hacia sus lados comprobando que no había nadie a parte de él mirando el espectáculo que le estaba dando Yixing.
En cierto punto de la llamada el chino quitó el ordenador de encima de sus piernas y lo colocó en su cama en un posición en la que se pudiera apreciar casi la totalidad de tu cuerpo.
—Estás en ropa interior —dijo el coreano, más como afirmación que como pregunta.
Yixing le dedicó una dulce sonrisa a su novio justo antes de sacarse aquella última prenda que llevaba. Sintió una deliciosa corriente eléctrica recorrer toda su columna vertebral en cuanto se percató de como su querido novio se mordía los labios y como sus adorables mejillitas se tornaban de un fuerte rojo.
—Junmyeon, —soltaba Yixing mientras comenzaba a mover sus caderas para causar fricción contra el colchón— ojalá estuvieras aquí.
El mayor terminó siguiendo el ejemplo de su novio y dejó su portátil a su lado. Se hallaba tan ansioso que solo llegó a bajarse los pantalones y la ropa interior, lo suficiente como para poder tocarse.
Sus ojos siguieron lo que hacían las manos de Yixing, las cuales terminaron perdiéndose en algún punto pero no le costaba imaginarse en donde estaban gracias al camino que habían seguido.
—¡Junmyeon! —un fuerte gemido retumbó entre las paredes de ambas habitaciones— ¡ahí! Sigue, sigue por favor.
Yixing gemía mientras pronunciaba el nombre de su pareja y se imaginaba que los dedos que se encontraban moviéndose en su interior fueran los suyos. Tanto tiempo separados podían llegar a ser realmente tortuosos.
—Sigue así bebé —decía Junmyeon mientras movía su mano de arriba a abajo sobre su propio miembro.
Oír la voz ronca de su novio hizo que el chino se excitara aún más de lo que ya estaba. Improperios en su lengua natal salían de su boca mientras se atrevía con el segundo dedo en su interior, sin dejar de masturbarse.
Una vez ya introdujo el tercero se dio una pausa para coger de uno de sus cajones aquel juguete que tanta compañía le estaba haciendo ahora que su novio no estaba con él para satisfacerle cuando quería. Junmyeon lo observó con los ojos bien abiertos porque no es que el aparato fuera pequeño.
—No te pongas celoso, —soltó Yixing mientras besaba de manera provocativa la punta del consolador— tú me gustas mucho más.
—Igualmente pienso castigarte cuando vuelvas.
Yixing gimió de anticipación, esperando que pasaran rápido los meses que le quedaban fuera, pero por ahora quedaba disfrutar de lo que quedaba de llamada.
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Kinktober; EXO
FanfictionSerie de drabbles, cada uno con una pareja y un kink diferente. Basado en el Kinktober de lordsantiagoaz.tumblr.com