Angry Sex; Taoris

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—¿Se puede saber qué significa esto? —dijo Tao mientras le mostraba a Kris una noticia en la pantalla de su móvil— ¿Cuándo pensabas decírmelo?

A pesar de haber escuchado perfectamente sus palabras y saber a lo que se refería el mayor lo ignoró y pasó de largo. Cargaba con él una maleta bastante grande, la cual llevó consigo hacia su armario y comenzó a llenar con sus prendas, sin molestarse tan siquiera en doblarlas.

—¡Kris! —Tao lo persiguió enfadado y, por mucho que le doliera al orgullo, sus ojos estaban rojos por haber estado llorando— ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿¡Por qué no me dijiste que te ibas a ir!?

Que este siguiera haciendo como si no hubiera nadie a su alrededor sacó al menor de sus casillas. La rabia que le consumió hizo control de su cuerpo así que, sin medir sus actos, agarró a Kris de su camiseta y lo arrastró a la fuerza con él hasta el centro de la habitación. El más alto intentó forcejear pero a pesar de ser más corpulento que Tao era a su vez bastante más débil por lo que no consiguió ser libre hasta que finalmente lo tiró contra el suelo.

—¿¡Pero qué crees que haces!? —era la primera vez que abría la boca desde que entró en la habitación.

—¿¡Por qué no me dijiste nada!? —para evitar que Kris se levantara del suelo Tao se sentó sobre su regazo y lo inmovilizó agarrándolo por las muñecas.

Percatándose de que ya era imposible huir el mayor se vio obligado a hacer contacto visual con su atacante y lo odió, porque la imagen que tenía delante no hacía más que hacerle sentir culpable. Se fijó en como el menor se mordía sus mejillas para evitar parecer triste, pero ya lo delataban lo suficiente las lágrimas que ya andaban acumulándose en sus ojos.

Se quedaron así durante un instante que se hizo más que eterno hasta que Tao lo soltó, más que dispuesto a irse y a dejarlo solo, pero antes de que se levantara del todo fue el turno de Kris de agarrarlo. En cuanto la oportunidad se dio se hizo con el cuello de su camisa y lo acercó hasta que finalmente sus labios chocaron, de una forma tan ruda que el sabor característico de la sangre se hizo presente en la boca de ambos.

Con torpeza se precipitaron sobre el suelo, esta vez con las posiciones invertidas. Aún así no se separaron y continuaron con ese desesperado roce de labios y mientras Tao enredaba sus dedos en la cabellera de Kris este procedió a desnudarle sin ninguna delicadeza, destrozando los botones de la camisa que llevaba puesta.

En cuanto el torso del menor se halló plenamente descubierto Kris procedió a atacarlo con la misma agresividad de antes. Empezó en aquellas destacadas clavículas, mordisqueándolas hasta que subió a su cuello donde clavó sin contemplación ninguna sus dientes, eso iba a dejar una gran marca. Lamió un poco la zona en cuanto se separó, como si así lo fuera a curar antes, y volvió a descender hacia los pezones. A la vez que prestaba atención a esa zona empezó a desabrocharle el pantalón, odiaba que siempre usara esos pitillos tan ajustados y difíciles de quitar.

Tao en cambio ya se encontraba más que desesperado, pataleó un poco para intentar ayudar a Kris a que lo desvistiera antes y les costó, pero finalmente consiguieron quitarle una de las piernas, les daba igual que las prendas quedaran colgando en uno de sus tobillos. Luego estaba Kris que no se quitó nada, se abstuvo simplemente a bajarse los pantalones y la ropa interior lo suficiente como para liberar su miembro.

La preparación fue escasa, a penas dos dedos mal lubricados con saliva, por lo que no es de extrañar que a Tao le doliera más que nunca la penetración, pero le dio igual, a esas alturas todo le daba igual.

—Te odio, te odio —comenzó a decir el menor mientras Kris le embestía.

Aunque él no lo había notado las lágrimas que tanto intentó retener empezaron a descender por sus mejillas sin su  consentimiento, cosa que no escapó a los ojos del mayor. A pesar de que el acto era de todo menos dulce Kris se inclinó para atrapar cada una de esas gotas saladas entre sus labios, negándose a que tocaran el suelo.

—Todo esto es tu culpa, te odio —continuó diciendo Tao.

Se negó a ser el único que quedara con marcas por lo que coló como pudo sus manos entre el jersey que llevaba el mayor y clavó las uñas en la primera piel desnuda con la que tuvo contacto, así a cada uno les quedaría un recuerdo de lo sucedido.

Pocos minutos fueron los que tardaron en alcanzar el clímax, culminando por fin con todo aquello y, aunque no lo dijeran, con su relación.

Tao ni se molestó en tomarse un descanso, en cuanto notó a Kris salir de su interior lo empujó, cogió sus ropas y se fue al baño a darse una ducha, sabiendo que él ya no estaría cuando saliera.

Cuando fue a elegir una lista de música en su móvil que escuchar durante el largo baño caliente que tenía pensado tomarse la noticia que tanto daño le había causado volvió a aparecer en su pantalla.

"Es cierto que Kris ha presentado una demanda hoy  en contra de SM Entertainment para la anulación de su contrato ... El abogado Cho Bum Suk, quien representó a Hangeng, ha recogido este caso."  

—Te odio.

Y por primera vez en mucho tiempo Tao prefirió tomarse el baño en silencio.

Kinktober; EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora