Kinktober; EXO

Morning Sex; SuLay

Junmyeon despertó horas después de que el Sol saliera, topándose con un Yixing aún dormido a su lado. Algunos rayos de Sol caían sobre su rostro, pero eso no era suficiente para lograr despertarlo. 

El mayor se quedó unos minutos admirando las bonitas facciones del joven hasta que decidió que sería buen momento para levantarse, por muy poco que le gustase realmente la idea. 

Mientras bostezaba se frotó los ojos, pestañeando varias veces seguidas hasta que por fin pudiera ver todo con completa nitidez. Estiró sus brazos y se reincorporó, quitándose las pocas mantas que los cubrían. 

—¿Junmyeon? —dijo una más que reconocible voz a sus espaldas.

—Buenos días —la voz de recién despertado de su pareja no pudo causarle más que ternura. Cuando se giró para verlo todas sus ganas de levantarse y de separarse de él se disiparon, haciendo que volviera a meterse entre las mantas para abrazar y besar el rostro del menor—, ¿qué tal dormiste?

Un par de inentendibles palabras salieron de esos rosados labios, labios que Junmyeon no pudo evitar besar en cuanto las soltó. A estas alturas ya le daba igual el mal sabor de boca que siempre quedaba a primera hora de la mañana.

—Vamos, te voy a preparar el desayuno —Junmyeon intentó levantarse pero Yixing se amarró a él con brazos y piernas, impidiéndole escapar.

En ese momento el coreano sintió como algo duro chocaba contra su cadera y de lo colorado que se hallaba el más joven, no había duda ninguna, se había despertado cachondo.

—Déjame ayudarte con esto —dijo como el buen novio que era, dándole a entender al más joven sus nulas intenciones de irse en aquel instante.

Yixing, con los ojos aún cerrados, soltó su agarre y dejó caer sus extremidades sobre el colchón; estremeciéndose con el choque del aire frío chocar con su casi completamente desnudo cuerpo.

Junmyeon comenzó acariciando su pecho, una zona de él que adoraba. Le parecía adorable como por mucho que se tonificara seguía poseyendo una figura bastante delicada. La de veces que Yixing se había quejado por tener una espalda fina como la suya y la de veces que Junmyeon había tenido que regañarlo por decir eso ya que él la adoraba así, tal y como era, y se aseguraba de demostrárselo siempre que podía.

—Más rápido—susurró el joven chino.

—Acabo de empezar, no seas así —le contestó mientras acariciaba la zona con una excesiva suavidad, parándose donde se encontraban uno de sus pezones para agarrarlo con fuerza entre sus dedos.

Con ese mero gesto ya consiguió que la espalda del joven se arqueara y que soltara algo parecido a un gemido, todo gracias a lo increíblemente sensible que era Yixing por las mañanas.

Junmyeon no se dedicó mucho a jugar con esa zona, rápidamente dejó de apretar para bajar a donde se encontraba el duro miembro del menor atrapado por la única prenda que este llevaba puesto. El coreano lo liberó de su prisión de tela y después le agarró las rodillas para poder abrir bien sus piernas y deleitarse con la maravillosa vista que su novio le ofrecía. 

—Eres precioso —era verlo y los halagos fluían casi automáticamente.

Yixing abrió los ojos por primera vez en cuanto sintió como la mano de su pareja rodeaban su eje más que erecto, lo que le hizo dar un leve respingo.

El mayor movía con mucha habilidad sus dedos, ejerciendo la presión adecuada. Fue capaz de comprobar su buen trabajo gracias a lo rápido que el líquido preseminal empezó a salir de la punta, el cual aprovechó para usar de lubricante y deslizar sus manos con más facilidad.

—No —empezó a decir Yixing, interrumpiendo la tarea del mayor—, no quiero acabar así, quiero acabar contigo dentro.

La boca de Junmyeon formó una clara «O» al escuchar la petición de su novio. No tardó en formarse una sonrisa sobre sus labios por lo que le acababa de pedir, y es que a veces le sorprendía las cosas sucias que podían salir de alguien con una cara tan angelical.

—Tus deseos son órdenes, precioso —le contestó finalmente, a la vez que se deshacía de la poca ropa que seguía llevando puesta.

Esa mañana el desayuno lo iban a tomar en la cama.