Shibari; BaekXiu

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Cuando los ojos de Minseok finalmente se abrieron notó todo el dolor y el frío que no sintió dormido. Su cabeza estaba a punto de explotar y su cuerpo se sentía pesado. Intentó moverse un poco pero halló eso imposible, algo estaba deteniéndolo, además de no tener ninguna prenda encima.

—¿Ya despertaste? 

La luz era muy tenue, pero aún así consiguió enfocar al dueño de aquella voz, el cual pudo identificar fácilmente gracias a las lujosas vestimentas que llevaba.

—Su alteza.

Los ojos del preso se abrieron de sorpresa ya que no esperaba que su secuestrador fuera nada más y nada menos que uno de los príncipes. Intentó moverse pero otra vez sintió algo apresándolo, apretándose contra él e inmovilizando sus músculos. Miró hacia abajo y se topó con que su torso y sus brazos estaban amarrados con cuerdas, recorriendo de una curiosa forma gran parte de su cuerpo.

—¿Por qué Minseok? ¿Por qué tuviste que traicionarme?

—No sé de que habla su majestad —y lo decía sinceramente, realmente no entendía por qué estaba ahí.

—Pretendías abandonarme, —Baekhyun se mostró triste, afligido, pero también enfadado— te ibas a ir.

Minseok era el hijo del médico particular de la familia real y había conocido al joven príncipe casi desde su nacimiento. El joven se encariñó enseguida con él y aunque no fuera de sangre real, su alto estatus permitió que su amistad fuera posible. El problema vino cuando empezaron a crecer ya que la educación que recibían eran totalmente diferente.

—Pero su alteza, —el mayor intentó levantarse pero lo único que hizo fue que le apretaran mucho más las cuerdas— eso no es cierto.

—¡Mientes! —la voz de Baekhyun se elevó, rompiendo con esa imagen dulce que le daba a todos.

El príncipe se levantó de su asiento y fue directo a donde yacía su querido amigo de la infancia. Al verlo tan cerca Minseok pudo notar como sus ojos estaban rojos y se daba a la idea del por qué.

La nuez del mayor se movió al tragar saliva, por primera vez en la vida le tenía miedo a Baekhyun.

—Te vas a casar, —su voz tembló— tu padre no para de alardear de lo hermosa que es su futura nuera, ¿cuándo pensabas decírmelo? 

—No lo creí relevante.

Parece que había dicho algo que no debía porque repentinamente lo agarró de las cuerdas y tiró hasta que su torso dejase de tocar el suelo. Percibió en los ojos de secuestrador un brillo extraño que no le dio tiempo a analizar por culpa de una boca ajena posándose sobre la suya.

Sus ojos se abrieron por sorpresa, comenzó a agitarse para intentar separarse pero entre que estaba atado y entre que las manos del más joven lo agarraban con fuerza de las mejillas les fue imposible. Su única vía de escape fue morderlo.

Baekhyun se separó, mostrándose mucho más dolido de lo que ya estaba antes y con sangre bajando de sus labios. Minseok pensó que estaba acabado ya que a la realeza nunca no se le podía hacer daño. Lo vio levantar su mano y cerró los ojos esperando a que llegase el golpe, pero lo único que sintió fue su cuerpo siendo rodeado.

—Te amo, —susurró el joven mientras abrazaba con fuerza el cuerpo del contrario— te amo. No me dejes por favor, no te cases.

Minseok notó como su cuello, justo la zona en la que estaba apoyado el rostro de Baekhyun, se humedecía, pero eso no quitaba el hecho de que lo había secuestrado y amarrado en su contra.

—Lo siento mucho su alteza, —soltó con toda la serenidad que pudo reunir— pero no creo que eso sea correcto, es imposible. Ahora libéreme por favor.

—¡No me digas lo que puedo o no hacer! 

Baekhyun volvía a relucir su faceta de niño mimado, de alguien que obtenía todo lo que quería. El hijo del médico nunca había visto una faceta así en su amigo, quizás era verdad eso que decían de que el amor cambiaba a las personas.

Sus pensamientos no pudieron seguir ya que de pronto Baekhyun dejó de agarrarlo, lo que hizo que cayera contra el suelo y se golpease contra el duro suelo, como le gustaría saber donde estaba. 

Percibió como el príncipe desataba su cinturón y dejaba que su hanbok se deslizase por sus hombros. Minseok sabía que eso no podía significar nada bueno, intentó gritar por ayuda pero seguramente estaría demasiado alejado de la civilización como para ser escuchado.

Cuando Baekhyun se inclinó para besarlo de nuevo el mayor giró su rostro, haciendo que el beso aterrizara sobre sus mejillas.

—Que cruel —lloriqueó su amigo, pero Minseok ya no sentía pena.

A modo venganza el joven príncipe agarró las cuerdas que cubrían su bonito pecho y tiró y tiró, haciendo que se clavaran más sobre su piel y sobretodo en las zonas del trasero y la entrepierna.

El cuerpo del mayor tembló ante aquella nueva sensación. Graves sonidos escapaban de él, sentía como si se estuviera asfixiando. Las ásperas cuerdas presionaban aquellas zonas tan sensibles suyas con tanta rudeza que cuando Baekhyun intentó volver a besarlo se dejó, esperando que con eso terminara con su tortura; y así fue.

—Buen chico, —dijo un muy sonriente Baekhyun tras separarse de los suaves labios de su amado—ahora siento decepcionarte, pero me tengo que ir.

Sin decir nada más se levantó y se volvió a vestir. Se acercó por una última vez a Minseok para depositarle un pequeño beso sobre su frente y luego se dirigió hacia la única puerta que tenía ese misterioso lugar. La abrió pero antes de salir se giró y dijo:

—Y no te preocupes por tu familia, ellos creen que estás muerto. Nos vemos.

Lo último que Minseok escuchó fue el de Baekhyun alejándose en su caballo.

Las lágrimas empezaron a descender por el rostro del mayor ya que sabía que en cualquier momento el príncipe volvería a terminar con lo que había empezado.

Kinktober; EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora