IV

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Me iba a arrepentir de esto, estaba completamente segura, si mis padres se enteraban me mataban junto con las tres chicas de cabellera roja. 

Me puse un pantalón negro ajustado, una blusa de lentejuelas plateadas, unas plataformas del mismo tono. Acomode mi cabello y puse labial y rimel en mi rostro. Maquillarme no era exactamente algo que frecuentara, entre más natural mejor.

La pantalla de mi celular se entendió indicandome que llegó un mensaje y no sonó porque estaba en modo silencio.

"Ya estamos aquí, ¿vienes sola o vamos por ti"

Suspiro y contesto con los nervios de punta 

"Ya bajo"

Las únicas veces que me escape fue cuando tenía 12 y 15 años. La de 12 fue porque las chicas tenían problemas y al final resulto ser una fiesta sorpresa para mi en su casa. Y la segunda fue porque tuvieron problemas con otras chicas mayores de la escuela. En ambas nos acacharon y castigaron.

Me quite las plataformas, las metí en una pequeña mochila junto con mis llaves, dinero, mi celular y una botella de agua.

Abrí la ventana y salte a la gruesa rama del árbol que estaba muy cerca de mi ventana, bajé como toda una experta. Una vez en el piso me puse las plataformas y corrí en silencio hasta el auto morado de Luna. 

-Voy a matarlas -les digo una vez arriba y que Luna arrancó

-Eso si tus padres no se nos adelantan -dice con una sonrisa Luna 

-¿Dónde es?

-En el antro del centro 

-Somos menores de edad -les digo 

-Lo sabemos mujer, pero tenemos amistades -me guiña un ojo Sol

-¿Dario y Dorian? 

-Dije amistades no novios 

Llegamos al antro y pude ver una larga fila.

-Nos están esperando -dice Estrella feliz 

Salimos y un grupo de chicos se nos acercó

-Hola chicas -dice Dario mientras besa a Estrella

-Hola bombón -le dice cariñosamente Dorian a Sol 

Recorrí los rostros nuevos, pero ninguno fue familiar 

-Vamos chicas -dice uno de ellos 

Caminamos en bola hasta la entrada, creí que iríamos al final de la fila, pero no, nos pusimos enfrente de la puerta  y el guardia nos dejo pasar. Al entrar la música retumbo mis oídos. 

Muchísima gente bailaba al centro de la pista, las luces llenaban de ambiente el lugar.

-Iré por unos tragos -dice un chico y va a la barra 

-Vamos hay que ir a bailar

Las cuatro nos paramos a bailar al compás de la música que sonaba a todo volume, no hacía falta decir que la que mejor se sabía mover era Estrella pues tomaba clases de baile en sus tiempos libres.

Luego de un rato los chicos se nos unieron. Me estaba divirtiendo como nunca y sin necesidad de los efectos del alcohol. Una de las ventajas que teníamos mis amigas y yo es que no necesitábamos embriagarnos para disfrutar. 

-Yaritza -me grito Luna al oido para que alcanzara a escucharla 

Trate de prestarle toda mi atención y poder escucharla antes que a todo ese ruido

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora