XXVI

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Mi madrina era viuda, mi padrino murió en un accidente de trabajo, ella cayó en una depresión tan fuerte que se alejo de todos. Compró una casa que estaba en medio de la nada. El pueblito más cercano estaba a 2 horas.

Solo pocos conocíamos la ubicación, pues respetabamos su deseo de estar a solas.

Nunca tuvo hijos, sin embargo, a mi me tiene mucho cariño, al menos eso recuerdo de la última vez que nos vimos en el entierro de mi padrino. Ambos fueron de bautizo.

-¿No tienes hambre querida? -me pregunta mi madrina y levanto la mirada para verla

-Si, es solo que no entiendo a mis padres

-Los llamé cuando te duchabas, me dijeron que llamaban en 2 horas

-No tenían que hacer esto

-Cuentame como es el chico

-¿Qué?

-Como es Matías -dice y deja su cubierto a un lado para prestarme toda su atención

-Es un chico muy lindo -digo con una sonrisa en los labios

-¿Buen físico?

-Si -le digo riendo

-¿Cómo es?

-Bueno es más alto que yo, tiene su cabello de color cobre, sus ojos miel, sus pestañas largas y risadas, sus labios no son delgados, pero tampoco gruesos, son normales, su complexión es delgado musculoso, pero sin exagerar, solo lo necesario para hacer que cualquier chica lo mire, y su sonrisa es blanca, sus dientes parejos sin imperfección y sus dos hoyuelos que se forman en sus mejillas cuando sonríe son lo mejor de éste mundo

-Es todo un príncipe ese joven

-Si

-¿Y cómo es por dentro?, Como persona quiero decir

-Al principio era un chico super coqueto y de sonrisa juguetona, pero conforme lo fui conociendo me di cuenta de sus hermosos sentimientos, es todo un caballero, educado, me da mi lugar, es muy cariñoso y sobreprotector -suspiro y sonrío -Pero tiene problemas

-¿Qué clase de problemas?

-Bueno, al parecer sus padres lo rechazan y le dan todo el cariño y la atención a su hermano mayor Esteban, al parecer la única figura de la que ha recibido amor es de su abuelita

-Que triste

-Si y la última vez que lo vi, estaba en el hospital porque su abuelita estaba en urgencias

-¿Por qué no te quedaste con él?

-Mis padres llegaron, él me pidió que me fuera, que cualquier cosa me llamaba, pero mis padres tenían sus propios planes -se me hizo un nudo en la garganta -Le pusieron algo a lo que tome en el desayuno y me desmaye, cuando desperté y pude estar consiente estaba en la habitación de arriba

Mi madrina agachó su mirada

-Todo lo que te dije sobre Matías mis padres no lo saben, con ellos no puedo sentarme a platicar como contigo, porque si les digo algo que no les gusta escuchar se ponen como locos

-Lo siento -dijo sin levantar la mirada -Te dejo que termines, necesito ir al baño

El teléfono comienza a sonar y voy a contestar.

-"Bueno"

-"¿Yaritza?"

-"Si mamá soy yo"

-"¿Cómo te sientes cielo?"

-"¿De verdad quieres escuchar la respuesta?"

-"Se que debes estar confundida"

-"Oh no, estoy de todo menos confundida, no puedo creer que tu y papá me hagan esto"

-"Cielo es por tu bien"

-"No, basta de decir eso, no es por mi bien, es por su bien, para tenerme controlada"

-"¿Qué pasa contigo Yaritza porque me hablas así?"

-"¿Como quieres que te hable si me mandaste a la mitad de la nada?, le pusiste una responsabilidad a mi madrina que no merece tener, me alejaste de mis amigas, de mi novio mamá"

-"Matías ya no es tu novio"

-"¿Qué?"

-"No vas a volver a verlo"

-"¿Te atreviste a tocarlo?" -mi voz sonaba furiosa, como jamás había estado

-"No seas ingenua, por supuesto que no"

-"¿Entonces?"

-"Le explicamos la situación y dijo que entendía, que se olvidaría de ti"

-"No es verdad" -las lágrimas en mis ojos están nublandome la vista

-"Lo es, así que olvidate de él"

-"No sabes cuanto te odio" -le digo y cuelgo para que no escuche que estoy llorando

Subo las escaleras corriendo y cierro la puerta, me recargo en ella y me siento en el piso abrazando mis piernas.

Matías no era así, él no haría eso ¿O si?. Él no me dejaría al menos no sin hablar primero conmigo. Él no podía dejarme así como así.

Escuche a mi madrina que tocaba la puerta

-Quiero estar sola

-Cielo, te quiero decir algo

-¿Qué pasa? -le digo mientras limpio mis mejillas

-Mañana tienes escuela

-¿Qué?

-Vas a terminar la preparatoria en la que está en el pueblo, mañana comienzas, el uniforme está en el armario y los zapatos en una caja debajo de tu cama

-¿Mañana o tarde?

-Tarde cariño

-¿Por qué en el vespertino? Jamás he estado en la escuela por la tarde

-Son reglas de tus padres

-Está bien, gracias

-Tu mochila y cosas están en la última puerta del armario

-Gracias

Escucho sus pasos alejarse y me pongo de pie.

Camino al armario. Abro la última puerta hay una mochila nueva de color menta, tomo un recopilador, una estuchera con plumas, colores, lapiz, borrador, sacapuntas y corector.

Tomo un paquete de 100 hojas en blanco y lo meto a la mochila.

Estaba a mitad del semestre, esto no podía ser peor, la chica nueva, que llega a mitad del semestre, que vive alrededor de la nada y en un pequeño pueblo. Nada podía ser peor.

Fui buscando el dichoso uniforme hasta que lo encontre. Era un completo asco.

Una falda de cuadros café, una playera blanca con un borde cafe capuchino, un sueter simple del mismo tono, calcetas blancas con el borde de arriba que hacía juego con la falda. Los colores eran deprimentes.

Saqué los zapatos y eran parecidos a unos ortopedicos, sin ningún estilo.

Me dejé caer sobre la cama y comencé a golpear con todas mis fuerzas la almohada.

Mi vida se estaba convirtiendo en un infierno y no tuve como impedirlo, todo lo planearon a mis espaldas y nadie se detuvo a pensar como me iba a sentir yo.

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora